
Hombres. Hombres en el sentido estricto y sucio que tiene la palabra a las puertas de un urinario público. Hombres con el pene en la … mano. Hombres sin más vida interior que la que literalmente recorre su tracto intestinal. Hombres con un alto concepto de sí mismos por el simple, simplísimo y caprichosamente biológico, hecho de serlo. Hombres que se creen superiores y con derecho a someter a quienes utilizan los lavabos de al lado. Hombres ciertamente asquerosos. Machistas.
El arriesgado pero meritorio atrevimiento de Daniel Veronese por recrear teatralmente ‘Entrevistas breves con hombres repulsivos’ de David Foster Wallace, un libro complicado, como casi todos los del complicado autor norteamericano, precisamente tiene la virtud de invitar a releerlo y descubrir que, si bien desde su publicación –hace ya un cuarto de siglo– el feminismo ha crecido hasta remover el rancio heteropatriarcado, el machismo por el contrario no ha cambiado ni de calzoncillos.
Encuentros breves con hombres repulsivos
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Autor:
David Foster Wallace. -
Versión teatral y dirección:
Daniel Veronese. -
Intérpretes:
Jorge Bosch y Gustavo Salmerón. Producción: PtcTeatro. -
Teatro Bretón:
17 de mayo.
Los posicionamientos de Foster Wallace sobre el posfeminismo ya eran discutibles en su momento, hoy día, casi dos décadas después de que el autor de obras de culto como ‘La broma infinita’ pusiera fin a sus páginas colgándose del cuello, están más que superados. Produce desconfianza asomarse a su puesta en escena sin saber cuál es el grado de identificación de Veronese y su intención, más allá de afrontar un evidente desafío creativo y de trabajar con un material innegablemente potente. El dramaturgo argentino es un genio en la dirección independiente pero también un lince para el arte más comercial de hacer caja.
«Esta pieza pone el foco en la farmacopea para atenuar la tristeza, que se revertiría interviniendo sobre sus causas»
Su selección de ocho de esos relatos lleva a pensar en una prioridad, más que crítica y solidaria, provocadora: epatar con las retorcidas sandeces que estos tipos verbalizan en su intento por mantener con las mujeres relaciones de poder, incapaces de hacerlo entre iguales. Desde el paternal que chantajea condescendientemente a su pareja para que no le deje hasta el manipulador que le traslada a ella la culpa de ser él quien se vaya, desde el que finge autocompasión para ligar dando una pena patética hasta el ridículo que se burla de los amantes empalagosamente complacientes, campeones del orgasmo femenino.
Hay humor, que todo lo aligera, pero hay sobre todo crueldad insultante, incluso sádica en la amenazadora descripción de una violación brutal y su demagógica justificación en los argumentos de Frankl en ‘El hombre en busca de sentido’. No, eso se llama revictimización.
Tampoco es casual que sean dos actores quienes se turnen en los roles de hombre que lleva la voz cantante y mujer que escucha, o solo aguanta. Jorge Bosch y Gustavo Salmerón cumplen sin proponer ni exponer mucho, casi monologando con contención hasta que les sale el macho. Es ahí cuando terminan preguntándose ¡pero qué coño quieren las mujeres! y dejando frases muy de hombre: ¡Vale, puta, tú lo has querido!… A mí que no me busquen en esos váteres.
Enlace de origen : Váter de hombres