Un sabor «muy agridulce». Es el que deja esta vendimia 2025 a la mayoría de bodegas, pero especialmente a cooperativas como Tarón cuyos socios son … viticultores: «La escasísima producción tiene un efecto directo sobre las rentas de nuestros socios, pero lo cierto es que hemos recogido una uva extraordinaria de calidad», explica Gonzalo Salazar de Gurendes, gerente de Bodegas Tarón (Tirgo).
En este sentido, Salazar está convencido de que 2025 dejará un margen amplio para la elaboración de Pantocrator, el vino icónico de Tarón que sólo se elabora en cosechas excepcionales: «En Tarón comenzamos a trabajar con marca propia en los mercados a principios de siglo. Esta es una zona muy fría e históricamente la maduración para los tintos no era fácil, pero, sin embargo ahora, tenemos unas condiciones excepcionales y, sobre todo, unas garantías de acidez fantástica para el envejecimiento de vinos».
El primer Pantocrator nació en la añada 2005, una de las excepcionales del siglo XXI, y no se ha vuelto a comercializar hasta las cosechas 2010, 2011 y 2015: «El de la añada 2015 es el que tenemos ahora en el mercado, unas 21.000 botellas que han estado diez años en bodega antes de ponerse a la venta, y probablemente habrá también de las cosechas 2017 y 2019, pero, bueno, todo depende porque la decisión se toma siempre en función del comportamiento del vino», indica Salazar.
Pantocrator 2015

En este sentido, Pantocrator 2015, que fue recibido este verano por su lanzamiento al mercado con 96 puntos por la publicación Decanter, se intenta elaborar todos los años pero en la mayoría de ellos se queda a mitad de camino: «Es una selección de los viñedos más viejos y menos productivos de nuestros socios, no necesariamente las mismas parcelas todos los años. Cuando ya está en bodega, lo afinamos un año en depósito de inox antes de pasar a barrica de roble americano durante varios años, para volver a depósito y, finalmente, a la botella». «En total –continúa Salazar–, pasa al menos diez años en bodega, es decir, podemos decir que es un Rioja Alta de guarda extrema».
En todo este proceso de crianza es cuando un equipo dirigido por Laura Manzanos, enóloga de Tarón, decide si finalmente se embotella como Pantocrator, ya quecuando consideran que no da la talla irá para el Tarón Reserva. «Es un vino que nos ha dado muchas alegrías, hacemos también algún parcelario, de viñedos incluso centenarios de muy escasa producción, pero Pantocrator ha sido siempre nuestro vino más reconocido por la crítica y también comercialmente por su precio muy competitivo (27 euros PVP)». «De hecho –continúa entre risas Gonzalo Salazar– como gerente ya quisiera tener Pantocrator todos los años…».
Pantocrator, que pasa diez años en bodega antes de salir al mercado, se elaboró por primera vez en 2005 y sólo ha vuelto a salir en 2010, 2011 y 2015
Bodegas Tarón trabaja con 700 hectáreas de viñedo de cuatro municipios (Cuzcurrita, Sajazarra y Villaseca, además de Tirgo, donde se ubica la bodega), un territorio con una gran riqueza románica que la bodega explota desde el punto de vista turístico con visitas e incluso con catas en las numerosas ermitas e iglesias de la zona de Obarenes: «El Pantocrator es la representación tradicional de Cristo en el Románico, pero también significa etimológicamente en griego ‘todopoderoso’, que es lo que consideramos que es este vino porque se necesita mucha estructura para aguantar diez años en bodega antes de salir al mercado», concluye Salazar.
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