Un alumno del Duques de Nájera salva la vida a un transeúnte que sufrió una parada cardiaca

Intervenir en los primeros minutos tras una parada cardiaca es fundamental para la supervivencia del paciente. Una frase que, sin duda, el alumno, Adán Rodríguez Manero, tenía grabada en su mente pero sin pensar en que tuviera que llevarla a la práctica a sus 17 años. Y es que su valentía, pero sobre todo su arrojo, hizo que el pasado martes pudiera reanimar, por dos ocasiones, a un hombre que había sufrido una parada cardiaca en la calle Murrieta de Logroño.

Una acción que, como afirmaron después los técnicos de emergencias desplazados hasta el lugar, «salvó la vida de este hombre» que, en estos momentos, según las últimas informaciones, se encuentra estable en el Hospital.

Aún días después y sin creerse todavía «lo que ha pasado», Adán Rodríguez ha explicado a Europa Press que el pasado martes, salió de sus clases del Grado Medio de Técnico de Emergencias Sanitarias del Duques de Nájera sobre las 20 horas y, «cuando iba a coger el autobús, al pasar por una puerta vi a gente que estaba pidiendo ayuda».

«Sin pensarlo pregunté qué pasaba y aunque en un principio me dijeron que nada, volví a preguntar y ya me dijeron que había una persona en el suelo y vi a alguien haciéndole la ‘RCP’. Cuando entré vi que no se estaba haciendo bien y me puse a hacerla yo».

En esos momentos, explica, «no sé muy bien qué pasaba. La ambulancia todavía no había podido llegar y yo intenté hacerlo lo mejor que supe porque, además, lo hemos practicado mucho en el módulo (asignatura) de ASISE (Asistencia Sanitaria Inicial en Situaciones de Emergencia) del grado».

«No pensé pero sabía que podía ayudar»

«No pensé pero sabía que tenía que hacer algo, pudieron pasar unos 5-6 minutos hasta que llegaron los técnicos de emergencias pero la verdad es que a mí ese tiempo se me hizo una eternidad», recuerda sonriendo.

Tras pasar los nervios iniciales, el alumno reconoce que, en ese momento, «pensé que podía ayudar. En cuanto lo vi, me puse a su lado, miré su respiración y su pulso y cuando vi que no tenía empecé a hacer la ‘RCP’ (reanimación cardiopulmonar). Le pude recuperar y le puse en posición lateral pero a los 10 segundos volvió a entrar en parada y volví a repetir la maniobra durante 1 o 2 minutos, no me acuerdo».

«La verdad -explica- es que no sé muy bien lo que pasó pero sí que sé que lo volvería a hacer».

Rodríguez Manero es estudiante de primer curso del IES Duques de Nájera y, como reconoce, «siempre tenía claro que quería hacer algo relacionado con el mundo sanitario. Al principio creía que iría relacionado por algo de Farmacia pero, finalmente, cuando vi el curso del Duques de Nájera me llamó la atención esta especialidad. Es algo que me gustaba desde siempre y estoy muy orgulloso de mi elección».

Además, indica, «sé que esto se aprende con la práctica y eso es lo que quiero hacer. Sé qué es lo que me gusta y yo no me considero un héroe, estoy seguro de que otra persona en mi situación hubiera hecho lo mismo».

La importancia de los primeros minutos

A pesar de ello, el técnico de emergencias sanitarias, Diego Saranova de Marcos, quien acudió junto a su equipo de la Unidad de Soporte Vital Avanzado de Logroño (UVI móvil) al lugar de los hechos, ha querido destacar «el buen hacer» de Adán.

«Ojalá más personas pudieran controlar cómo hacer una buena RCP en estas situaciones porque, sin duda, le salvó la vida», ha indicado.

Saranova de Marcos recuerda que, ese día, «recibieron una llamada informando de que una persona se había desplomado en un lugar público. Fuimos lo más rápido que pudimos desde el CARPA y, al llegar, nos encontramos a un chico muy joven realizando unas maniobras de reanimación muy bien hechas».

«La verdad es que nos sorprendió mucho porque la mayoría de la población no conoce cómo se hacen y los primeros minutos son vitales para mantener con esperanza ese corazón», indica.

Como ha explicado, «la mayoría de las paradas se producen por problemas coronarios -arritmias o infartos- y al llegar nos encontramos al chico que estaba haciendo él solo la reanimación cardiopulmonar».

En ese momento «le preguntamos y nos dijo que era estudiante de FP en técnico de emergencias, coincide que es mi profesión, yo trabajo en la UVI móvil desde hace 20 años, y ver a un chaval tan joven haciendo algo así da mucho orgullo».

Después, recuerda, «todo fue muy rápido pero le invitamos a trabajar y a colaborar con nosotros en la atención al paciente pero imagino que, con la presión del momento, dijo que no». Aún así, indica, «quiero volver a darle las gracias de mi parte y de todo el equipo porque, sin duda, ayudó a salvarle la vida».

Actuar a tiempo

Por ello, el técnico sanitario ha querido poner en valor «la importancia de saber actuar y hacer una ‘RCP’ a tiempo porque inmediatamente después de marcharse el alumno, el paciente recuperó el pulso y comenzó a respirar por sí solo».

Como ha indicado «cuando hay un paro cardiaco, el cuerpo deja de recibir oxígeno y hay un tiempo muy corto en el que ese déficit de oxígeno produce muchos daños y puede hacer que la muerte sea irreversible. Esto sucede en poco tiempo, por eso es muy importante los primeros 5-6 minutos después de entrar en parada. La reanimación cardiopulmonar básica mantiene al corazón latiendo, aunque sea artificialmente, y puede ayudar a salvar una vida».

Así -explica- «la posibilidad de supervivencia de una persona con un paro cardiaco a nivel extrahospitalario es directamente proporcional a las maniobras que se hagan con ella en los primeros minutos» por ello «sería tan importante que la gente supiera hacerlo e incluso que se enseñara en los colegios».

«La diferencia entre una situación y otra la marcan los primeros intervinientes», expresa, porque «nosotros en la UVI tenemos los mejores equipos, los más avanzados, pero si en los primeros cinco minutos nadie hace nada, las posibilidades se reducen muchísimo».

En este caso concreto, señala, «la recuperación del paciente fue muy exitosa. Este joven ha ayudado mucho a este hombre y tenemos que felicitarle» y es que, a veces, «una casualidad, puede salvar vidas».

Por su parte, la profesora del joven del módulo ‘ASISE’, Lucía Antón Vicente, ha querido agradecer, en nombre del todo el colegio, la labor de Adán. «No hay mayor satisfacción para un profesor que ver cómo nuestros alumnos pueden ayudar, con lo que aprenden en clase, a otra persona, y más en estas circunstancias».

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