El códice 60 reposa en una cámara cerrada de la Real Academia de la Historia. No es un libro vistoso. Cuando Pascual de Gayangos se lo llevó a Madrid en 1851, según la tesis de Javier García Turza, ni siquiera reparó en él. Había otros manuscritos aparentemente más valiosos: beatos iluminados con destreza, diccionarios con alardes iconográficos… El códice 60 parecía un volumen más de toda aquella colección monástica, muy viejo pero no demasiado prometedor: un tomo pequeño, con tapas de madera, escrito en latín, con anotaciones al margen. Incluso los cantorales resultan más atractivos. Pero aquellas modestas anotaciones escondían, como diría Dámaso Alonso, «el primer vagido del idioma». En el importante valor filológico de las Glosas nadie reparó hasta que dos eruditos, Manuel Gómez Moreno y Ramón Menéndez Pidal, las descubrieron y analizaron.
Aunque de datación discutida, nadie cuestiona la importancia simbólica del manuscrito, clave para estudiar los orígenes del idioma. Por eso la Real Academia de la Historia (RAH), consciente de su valor, lo mantiene cerrado a cal y canto. Nadie lo puede ver. Hubo, sin embargo, una excepción: en el año 2001, se exhibieron durante tres meses en el Palacio Real de Madrid junto con el disco de Teodosio y otros tesoros de la RAH. Algo muy similar quiere hacer dentro de un año La Rioja, pero la institución que dirige Carmen Iglesias –ella misma patrona de la Fundación San Millán– se niega a prestarlas.
Hace dos años, el 5 de diciembre de 2023, coincidiendo con el aniversario de la declaración de los monasterios emilianenses como Patrimonio de la Humanidad, el presidente Capellán se reunió con Iglesias y más tarde le solicitó formalmente, mediante carta, la cesión temporal de las Glosas para una exposición en San Millán. «Hasta ahora se habían solicitado de una manera más informal y pidiendo la devolución. Habida cuenta de que esa vía no llevaba a nada, decidimos solicitar un préstamo temporal que es justo, tiene precedentes y permite que todas las partes puedan sentirse conformes», señala el consejero de Cultura, José Luis Pérez Pastor.
Hay continuos ejemplos de cesiones temporales. Un bien tan valioso, antiguo y delicado como la Dama de Elche viajó en 2006 desde el Museo Arqueológico Nacional hasta su ciudad de origen para participar en una exposición. Esta misma semana, el día 5 de noviembre, llegó a Toledo el lienzo del Tránsito de la Virgen, obra de Juan Correa de Vivar que está en el Prado. La pieza regresa por unos meses a su emplazamiento original, la sinagoga del Tránsito, que precisamente toma su nombre del cuadro, que llevaba 200 años fuera de su sitio. «La cesión temporal es una práctica habitual en el ámbito académico y museístico, donde la cooperación interinstitucional permite enriquecer proyectos de investigación y difusión del patrimonio», apunta el gerente del IER, Óscar Robres.
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Pese a que los ejemplos son cuantiosos y con bienes de muchísimo valor –la Gioconda llegó a exponerse en Nueva York–, la Real Academia de la Historia no dio su brazo a torcer. Encargó un informe al académico-bibliotecario, el medievalista Manuel Ladero Quesada, cuyos detalles nunca se divulgaron pero que justificaron un no inflexible.
Cegada la vía directa con la Real Academia, la petición de las Glosas se trató tanto con el presidente Sánchez en Moncloa como con el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en San Millán. Ambos consideraron razonable la reclamación riojana y manifestaron su apoyo al préstamo temporal para la exposición que tendrá lugar en Yuso en el segundo semestre de 2026.
El tiempo apremia. Según confirma el consejero de Cultura, ya se han pedido piezas a catorce instituciones de fuera de La Rioja, algunas tan relevantes como el Museo del Louvre, el Escorial o el Arqueológico Nacional. También a la Real Academia de la Historia, a la que se le ha solicitado no solo el códice 60 (Las Glosas), sino otros manuscritos de origen emilianense que guardan en su archivo. El pasado mes de octubre, Pérez Pastor mantuvo una reunión con el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí Grau, para tratar de desbloquear la cesión temporal del manuscrito. «La Real Academia es el custodio de las Glosas, un magnífico custodio, pero la propiedad del bien es del Estado, de todos nosotros», apostilla Pérez Pastor. En esa conversación, La Rioja propuso al Ministerio que los técnicos del Instituto de Patrimonio elaborasen un informe sobre el estado del manuscrito y los requisitos de seguridad para su posible traslado y exhibición. «Es una propuesta que podría servir para desbloquear la situación y aclarar qué haría falta para conseguirlo, porque hay voluntad para hacerlo», resume el consejero de Cultura. «Pensamos que puede ser una buena vía, pero es el Ministerio el que tiene que ponerla en marcha», señala.
LAS CLAVES
Catorce instituciones culturales de fuera de La Rioja han sido invitadas a colaborar con piezas en la exposición, entre ellas el Museo del Louvre, El Escorial o el Arqueológico Nacional..
Hace dos años el Gobierno riojano requirió formalmente a la Real Academia de la Historia la cesión temporal de las Glosas. De momento, con resultado negativo
Exposición, con o sin Glosas
En cualquier caso, está claro que en San Millán habrá una exposición importante en otoño de 2026. Si las Glosas llegan, su potencia simbólica será la guinda de un pastel que lleva dos años cocinándose; pero si no lo hacen, la Consejería asegura que habrá piezas importantes y muchos alicientes para visitar el monasterio. Entre ellos, nuevos espacios recuperados: «Cuando uno ve ahora Yuso, piensa que está completo, pero no es así. Hay un ala entera que requiere de una rehabilitación integral, parte de la cual no tiene ni siquiera forjado. Hemos puesto en marcha dos líneas de trabajo. Una valorada en 2,17 millones euros y otra en 1,5 millones. La primera va destinada a la recuperación física de toda esa zona y la segunda, a la adecuación expositiva y a la puesta en marcha de una exhibición que tiene que complementar lo que uno ve ahora cuando va a Yuso». Se trata, en particular, de hacer un mayor hincapié en la estrecha relación de los monasterios emilianses con la historia del idioma. «Hablamos de un lugar que no solo alumbra las primeras palabras escritas en nuestro idioma, más de mil, sino también el primer texto completo, una oración sobre la trinidad –explica Pérez Pastor–. Esto es importante porque no se trata de un apunte rápido o de una lista de la compra, sino de un texto complejo y muy relevante en el sistema de valores de la Edad Media. Pero además tenemos las primeras palabras en euskera y, siglos más tarde, aquí encontraremos el primer autor español de nombre conocido, Gonzalo de Berceo, que, además, no es un autor menor. Algo tendremos que decir sobre todo esto». Un recorrido, en fin, por la historia de la lengua y de la literatura que llegará hasta las orillas de la inteligencia artificial.
Si finalmente no llega el original de las Glosas, se exhibirá un facsímil realizado con la última tecnología. «No podemos apostar solo por una cosa. La exposición será muy grande y no vamos a depender solo de la presencia física de una pieza. La narrativa y la recuperación del monasterio serán alicientes muy potentes», subraya el consejero de Cultura.
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