Tragedia en las discotecas de Murcia: «Mami, la amo; vamos a morir»

Jairo, padre de una de las personas desaparecidas tras el incendio, una mujer de 28 años que estaba con su pareja y otros amigos de Caravaca, donde residen, estaba destrozado esta mañana, a la espera de información oficial. «Nos envió un audio. Le alcanzó para despedirse», asegura.

«Mami, la amo; vamos a morir», se escucha en el audio que Jairo recibió cerca de las seis de la mañana, donde también se oyen gritos y voces de otras personas urgiendo a que iluminaran la zona. Cabe destacar que el suministro eléctrico se cortó durante el incendio en varios locales durante el incendio.

La joven, según relató su padre, había acudido a la capital para salir de fiesta en esta zona. «Habían venido porque en Caravaca no hay discotecas; vinieron a amanecer. Era la segunda vez que venía», aseguró.


Alan Antonio Antía, uno de los asistentes a la fiesta que acabó en tragedia.


J. A. G.


«Había muchas personas dentro, fue muy angustioso»

Alan Antonio Antía, vecino de Murcia, explicó que participó en la noche de este sábado en una cena a la que se hicieron veinte personas de entre 30 y 50 años en el local La Fonda, una de las discotecas que ardieron durante la madrugada en la zona de ocio de Atalayas en una noche trágica que se saldó con varios fallecidos.

Todos los asistentes a la celebración eran inmigrantes originarios de Nicaragua, excepto uno de Ecuador. La cena empezó hacia las ocho de la noche y tras ella un grupo de nueve personas continuó la fiesta en el establecimiento.

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Este asistente se fue posteriormente a casa a dormir, hasta que recibió una llamada para informarle del suceso. «Me llamaron al móvil a las 5.30 de la mañana. Cogí mi patinete y cuando llegué a la zona de las atalayas me encontré que el local La Fonda estaba en llamas. Ardía el techo y algunas personas que estaban en la planta baja consiguieron salir. La gente comentaba que había muchas personas dentro, fue muy angustioso», explicó.

«De de las veinte personas de mi grupo que había dentro, nueve no salieron. Nos han dicho que han encontrado seis cadáveres y esto es una agonía. No sé por qué nos dicen que los cadáveres están en la discoteca Teatre, porque cuando yo llegué Teatre estaba cerrado. Solo queremos saber qué ha pasado y que sea lo que Dios haya querido», añadió.

Alan comentó que entre las personas que fueron a La Fonda estaban familiares y amigos, entre los que citó a «Tania, su marido Jon (de Ecuador), Sergio, Eric y Porfilia». En concreto, celebraban el cumpleaños de Eric, su primo, que alcanzaba los 30 años de edad. Los participantes en esta trágica fiesta están afincados en Murcia desde hace 17 años, y tienen empleos como repartidor, albañil, camarero y cuidado de mayores.

«Esto es un golpe muy duro que te da la vida»

Otro asistente, Walter Hernández, de treinta años, estaba en la planta baja del local La Fonda cuando de repente se inquietó: «Empecé a oler a humo y vi que se venía desde los ventiladores de la barra de abajo. Enseguida vimos que el humo venía de la planta de arriba y los empleados de la discoteca empezaron a decirnos que desalojáramos. Entre los trabajadores y algunas de las personas que estábamos abajo ayudamos a salir a la calle a mucha gente. En la discoteca había cientos de personas porque había muchas celebraciones».

«Vi a mi primo, Jordan, y pensaba que todo estaba ya calmado. Entonces me fui a casa, en el barrio del Progreso, esperando que mis familiares estuvieran allí, pero no había nadie. Como no tenía medio de transporte, me vine andando a Atalayas. Al llegar me encontré con el desastre», comentó a LA VERDAD.

«Esto es un golpe muy duro que te da la vida», declaró Walter, quien trabaja como jardinero y cuyo jefe fue a consolarlo y ofrecerle ayuda al Palacio de Deportes de Murcia, donde el Ayuntamiento instaló salas de apoyo psicológico a los familiares«.

Walter añadió que «jamás podía imaginar que lo que empezó siendo una cena de cumpleaños en el local La Fonda, de Puente Tocinos, de comida colombiana, acabaría así ».

Este superviviente del incendio comentó que entre las personas que quedaron «atrapadas» en la discoteca hay siete procedentes de Nicaragua y dos de Ecuador. Entre estos últimos citó a «Jon, aunque le gustaba que le llamáramos ‘Muerto’, y Rafael al que llamamos cariñosamente Rafa y del que espera noticias frente a la discoteca su pareja, Gloria. También están Eric y su pareja, Orfilia del Carmen».

La tía de Walter, Inés García, atendía a los periodistas entre sollozos y sin perder «la esperanza sobre el destino de mis familiares». «Esto es muy duro. No tenemos noticias de mi cuñada Marta y de su hijos Eric y Sergio», lamentó.

Mejor suerte corrió en la trágica madrugada de este domingo uno de octubre Víctor Míchel Valencia, de 27 años. Y, con él, su padre, también Víctor, ambos originarios de Ecuador. «Me acaba de escribir un WhatsApp mi hijo diciéndome: ‘Papá, estoy bien’. Estaba muy preocupado, porque él va a la discoteca Golden y no ha regresado a casa en toda la noche y esta mañana. He decidido venir al Palacio de Deportes, al ver las noticias sobre el incendio. Afortunadamente, justo ahora me está escribiendo. Gracias a Dios, está bien. Mi hija ha estado buscando a su hermano por todas las redes», contó el hombre.

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