«La batalla de Stalingrado». Así define Julián Palacios la que están librando los viticultores, no sólo de Rioja, sino de buena parte del país, … contra el mildiu y contra el pedrisco, con dos danas en apenas un mes. Fenómenos extremos para los que la única receta es «seguir luchando», explica Julián Palacios, ingeniero agrónomo de ‘Viticultura Viva’. «La presión del mildiu aflojará con el envero, pero, por ahora, no queda otra que seguir tratando». Palacios, que espera una merma notable de cosecha, analiza con Diario LA RIOJA y TVR una de las peores campañas que se recuerdan.
¿Cómo está, en general, el viñedo riojano?
Los daños por mildiu y por el paso de la última dana son importantes. Tenemos parcelas cerca de los ríos en algunas zonas en las que se ha podido perder el 70-80% de la cosecha. Según subimos hacia la Sierra de Cantabria, que es por donde yo trabajo, podemos ver algunas viñas con hasta el 50% de daño, y, para más mala suerte, el granizo de la última dana afectó a las zonas altas donde apenas había daño por mildiu. Sí, lo de este año parece la tormenta perfecta.
¿Cómo pasa el mildiu de la hoja al racimo?
Ahora está por todos lados, pero aparece de golpe, sin avisar. Estaba claro que, con tanta humedad, este año íbamos a tener problemas. Lo podemos ver inicialmente en las hojas y por el otro lado de las mismas también vamos a apreciar una pelusilla blanca, que son las esporas. Lo que más nos preocupa es que estas esporas puedan pasar al racimo, que es lo que ha pasado.
¿El mildiu afecta a la cantidad y/o a la calidad?
Es una enfermedad muy puñetera si tiene condiciones meteorológicas a su favor y este año ha atacado en el momento clave y más sensible, en la floración. Si pasa al racimo, como decía antes, lo ‘devora’ total o parcialmente. El mildiu se lleva cosecha, sobre todo, racimos por delante. Pero también puede tener algún efecto sobre la calidad, y no es positivo, ya que algunas bayas no llegan a secarse del todo, con lo que entran en los depósitos. Pero, en general, la principal afección es sobre la cantidad de cosecha.
¿Qué es lo que tiene que hacer el viticultor después de la pasada dana y las cantidades tan importantes de agua que han caído?
Los daños han sido evidentes. Por un lado, están los efectos directos del pedrisco y, por otro, las consecuencias de más y más humedad que, combinada con el calor, es el ambiente ideal para el mildiu. Lo primero que hay que hacer, y no es fácil, es coger ánimo, porque el año está siendo descorazonador. No queda otra que seguir tratando y cuidando las viñas lo mejor que sepamos, porque la producción que hoy todavía tenemos en las cepas hay que intentar que llegue en las mejores condiciones a la vendimia. Sé que la tentación, a veces, es abandonar pero entonces no tendremos nada.
El problema de los costes.
Este año es tremendo y es un grave problema. Todos los tratamientos que se están aplicando suponen una inversión extra y se están disparando los gastos, con lo que hay muchos viticultores absolutamente descorazonados. Llevamos prácticamente el doble de fitosanitarios que en un año normal y, para los que gesstionamos en ecológico, son todavía más tratamientos de cobre porque tienen que ser preventivos. Más costes y menos cosecha es igual a más, a mucho más, desánimo, pero nuestro trabajo es así y no se puede tirar la toalla.
¿Por qué este año la presión del mildiu es tan intensa?
Porque se han dado todas las circunstancias a su favor: muchísima lluvia en primavera y en verano y muy continua, junto con unas temperaturas adecuadas para su desarrollo, y todo esto unido a muchos días de aguadas (rocíos), que hacen que en las cepas haya humedad todas las mañanas. Estamos teniendo un clima mas propio del Cantábrico y eso al mildiu le encanta. Entonces se está desarrollando y ‘disfrutando’ como si estuviera en la discoteca Pachá de Ibiza.
¿Va a pasar factura a la cosecha final?
Sí. Es un año excepcional en lo negativo y no sólo está pasando en Rioja, sino en varias regiones comoRibera del Duero, Rueda, Jerez, Montilla…., donde están teniendo los mismos problemas e incluso mayores, por lo que también tendrá incidencia en la cosecha general de todo el país.
¿Y cuándo afloja la presión?
Lo que estamos sufriendo son contaminaciones sucesivas, que son el gran problema, porque es un enemigo habitual que se suele controlar casi todos los años. El problema es la continuidad que tenemos en esta ocasión porque no para de llover de forma tormentosa y las temperaturas, sin vientos frescos que cicatricen, son ideales. Pero, en 10-15 días, llegará el envero y el mildiu deja de afectar al racimo. Eso sí, vamos a tener que seguir protegiendo la vegetación, pero los racimos que lleguen para el envero estarán salvados.
¿Esto es consecuencia del cambio climático?
Yo no tengo ninguna duda de que sí es una consecuencia directa. Estamos viviendo años muy convulsos por fenómenos extremos. Llevamos dos danas en apenas un mes, con pedriscos tremendos y adelantados. El futuro nos va a exigir adaptarnos mucho y estar muy alerta a todos estos avisos.
Enlace de origen : Sobrevivir en la tormenta perfecta: un mildiu incansable y dos danas en apenas un mes