Rusia y Ucrania arrancan el mayor intercambio de prisioneros de la guerra

Eso explica las amplias sonrisas que han dibujado entre lágrimas de júbilo los 540 soldados y 240 civiles que han sido intercambiados este viernes en la frontera que separa Ucrania y Bielorrusia. Es el inicio de una operación que se alargará todo el fin de semana y de la que se beneficiarán 2.000 personas, mil de cada bando. «Estamos trayendo de vuelta a nuestra gente», se ha congratulado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. «Es muy importante repatriar a todos los que permanecen en cautiverio. Estamos verificando cada apellido y cada detalle de todas las personas y esperamos que la operación continúe el sábado y el domingo», ha añadido.

Desde Moscú, el Ministerio de Defensa ha confirmado la devolución de soldados y civiles, apresados estos últimos sobre todo en la región rusa de Kursk, ocupada durante meses por tropas ucranianas. «Serán repatriados a Rusia para someterse a pruebas médicas y tratamiento, si fuese necesario», apunta la institución. Por su parte, las autoridades de Kiev informan del regreso de 387 hombres y tres mujeres. Muchos de ellos se han reencontrado con sus seres queridos en la propia frontera, mientras que otros familiares continúan esperando, sin saber aún si aquellos a quienes ansían abrazar serán liberados o no.

Esta operación es la culminación del único resultado tangible de la reunión que celebraron en Estambul el pasado día 16 delegaciones de Rusia y Ucrania. El esperado cara a cara entre Putin y Zelenski quedó reducido a conversaciones entre delegaciones de nivel medio que solo decidieron impulsar este intercambio de prisioneros. Hasta ahora, cada bando ha liberado a unos 5.000 prisioneros de guerra, y el mayor intercambio hasta el de ayer se llevó a cabo el pasado 19 de abril: aquel día regresaron a casa 550 personas.

Estos intercambios se han convertido prácticamente en el único contacto directo que mantienen los dos contrincantes. Sin embargo, Moscú se resiste a aceptar la propuesta ucraniana de ‘todos por todos’, lo que supondría la liberación de la totalidad de los prisioneros. Kiev estima que 8.000 militares ucranianos permanecen encerrados en Rusia –no ofrece datos sobre los rusos que alberga en sus cárceles–, aunque hay dudas sobre las cifras porque muchos de los soldados desaparecidos en combate pueden estar fallecidos o capturados. En Ucrania, la Cruz Roja opera en los centros para prisioneros de guerra y se encarga de contactar con los familiares para hacerles saber que están vivos, pero no siempre sucede lo mismo en Rusia.

Además, el gobierno de Zelenski denuncia que los rusos tienen encarcelados a unos 16.000 civiles en las zonas ocupadas, algo que viola la Convención de Ginebra, y que los invasores han abducido a unos 19.500 niños, a los que han arrebatado de sus familiares para reubicarlos en territorio ruso. Su devolución es una de las grandes prioridades del presidente ucraniano.

¿Conducirá a algo grande?

Como era de esperar, Donald Trump ha irrumpido en escena nada más conocer que el intercambio se estaba produciendo. El presidente estadounidense impulsa los contactos bilaterales y ha felicitado por la operación a ambas partes en la red social Truth. «¿Podría conducir a algo grande?», se ha preguntado.

No lo parece. Los intentos para arrancar negociaciones de paz han fracasado porque las líneas rojas de ambos bandos lo impiden: Zelenski exige un alto el fuego de 30 días, mientras Putin demanda la cesión de las regiones ocupadas, algo que Kiev rechaza de plano. No obstante, a juzgar por lo que trascendió de las negociaciones de 2022, Ucrania sí estaría dispuesta a aceptar su neutralidad y una reducción del tamaño de su ejército, aunque solo si se ofrecen garantías de seguridad que tanto Moscú como Trump rechazan.

Hoy ha sido un día feliz para muchos prisioneros de guerra, que han sido intercambiados o esperan su pronta liberación. Pero también es uno especialmente triste para los allegados de dos de ellos. Porque, según denuncian las autoridades ucranianas, fueron ejecutados por soldados rusos cerca de la ciudad de Pokrovsk, una de las localidades más codiciadas por los invasores.

Según el relato oficial de la Fiscalía, el crimen se llevó a cabo el jueves, cuando tropas rusas lanzaron un ataque en Udachne, uno de los frentes más activos del Donbás. Hicieron prisioneros a cuatro militares ucranianos y dispararon en la cabeza a dos de ellos. Se desconoce aún la suerte que corrieron los otros dos.

Se suman así a los 177 prisioneros de guerra cuyo asesinato ha documentado el equipo ucraniano de forenses creado ex profeso para investigar estos crímenes de guerra, que son especialmente difíciles de perseguir por la falta de pruebas gráficas y la imposibilidad, en muchas ocasiones, de acceder al lugar de los hechos.

Continúan los ataques

Por otro lado, a pesar de los intentos para avanzar en un diálogo que lleve a la paz, los combates continúan con la intensidad habitual: este viernes dos civiles han muerto en ataques de artillería contra Jersón, mientras el lanzamiento de misiles ha provocado el fallecimiento de una mujer en Chuhuiv y de un empleado del puerto en Odesa. Además, hasta la noche se han registrado 84 combates en cinco sectores del frente, entre los que destaca el de Pokrovsk. En todos ellos, las tropas rusas tratan de avanzar, aunque van ganando terreno muy poco a poco.

Por su parte, las Fuerzas Aéreas de Ucrania han destruido un centro de mando ruso en Bajmut. «Este ataque reduce seriamente la capacidad de la Federación Rusa para planificar y llevar a cabo operaciones en Pokrovsk», destacan los mandos ucranianos.