Rusia, China y Estados Unidos instan a sus compatriotas a evacuar Siria

Sábado, 7 de diciembre 2024, 14:07

Las evacuaciones de civiles extranjeros comienzan a producirse en Siria ante la gravedad del enfrentamiento entre el ejército gubernamental y la alianza rebelde. La ONU ha confirmado este sábado que su personal no esencial ha comenzado a ser retirado del país y solo quedarán las misiones necesaria para prestar asistencia a la población que vive una crisis humanitaria permanente desde el inicio de la guerra civil de 2011. También Estados Unidos ha urgido a sus nacionales a marcharse «mientras aún hay opciones comerciales disponibles en Damasco», cuyo aeropuerto permanece abierto,

China es otro de los países que ha puesto sobreaviso a su comunidad en Siria mientras la embajada rusa acaba de pedir a sus compatriotas que abandonen «inmediatamente» Damasco en algunas de las aerolíneas que conectan con Moscú. La legación diplomática afirma que seguirá operando con normalidad en la capital pese a la aproximación de los insurgentes, que ya se encuentran a solo 145 kilómetros de distancia, pero el hecho de que haya alertado a los residentes rusos a dejar el territorio sirio supone, según algunos analistas de esta crisis, una señal inequívoca de desconfianza hacia la pervivencia del régimen de Bashar Al Assad.

Hace solo cuatro días, los buques de la flota militar rusa anclados en la costa siria partieron de sus bases, aunque ni el Kremlin ni las autoridades locales han aclarado si realizaban una retirada en toda regla o únicamente cambiaban de ubicación ante el asedio de las facciones insurgentes a las ciudades del litoral. A medida que se suceden las conquistas por parte de estos grupos, crecen los rumores de que Siria estaría perdiendo el respaldo militar de sus aliados internacionales, a la vista de que el propio ejército gubernamental desiste de oponer resistencia.

El último caso es el de Irán, el aliado más poderoso del régimen de Al Assad junto con Rusia, que podría haber iniciado la evacuación de su personal militar en Siria, en lo que resultaría una de las señales más claras de la descomposición del actual Gobierno en medio de la ofensiva insurgente. Teherán habría organizado además la salida de sus compatriotas y diplomáticos, aunque su embajada ha emitido este sábado un comunicado donde niega cualquier movimiento de este tipo.

Conquista de Daraa

Las autoridades iraníes habrían decidido retirar a sus mandos y asesores de la Guardia Revolucionaria ante la renuncia del propio ejército sirio a combatir, según ha informado ‘The New York Times’. El repliegue de las fuerzas gubernamentales, que se han guarnecido en la capital, habría llevado a Teherán a convencerse de que no puede ayudar militarmente a Al Assad ni contribuir a controlar el curso de la guerra. «Irán está empezando a evacuar sus fuerzas y personal militar porque no puede luchar como fuerza asesora y de apoyo si el propio ejército sirio no quiere luchar», ha declarado el analista iraní Mehdi Rahmati al periódico neoyorquino.

El régimen de los ayatola no ha confirmado las informaciones. De hecho, la decisión supondría un giro de 180 grados respecto a la postura que ha mostrado en los últimos días con el anuncio del envío de tropas de refuerzo a Siria, además de otros medios de Inteligencia y de vigilancia por satélite. De momento, la coyuntura le es adversa a Al Assad, cuyo Gobierno controla cada vez menos territorio. Mientras la coalición insurgente, liderada por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), prepara la conquista de Homs, otras facciones locales se han rebelado en el sur y las Fuerzas Democráticas de Siria, de origen kurdo-árabe, lo han hecho en el este, donde se aprovechan del vacío dejado por la retirada del ejército.

Así, este sábado el régimen de Al Assad ha perdido una nueva zona estratégica: Daraa. A diferencia del resto del territorio ocupado, esta provincia y su población homónima no ha caído en manos de la alianza rebelde sino de grupos armados locales que tienen el dominio del 90% de la región, conseguido por los sucesivos repliegues de los militares. En total, más de 7000 combatientes y civiles han perdido la vida desde el estallido de la crisis el pasado 27 de noviembre.

La posible salida de altos mandos de la Guardia Revolucionaria y de los comandantes de la Fuerza Quds, la unidad de élite de Irán, que hasta ahora se encontraban desplegados en territorio sirio, complicaría la situación del ejército de Al Assad al perder a un importante grupo militar de asesores muy cualificados. La guardia iraní, por ejemplo, guió a finales de esta semana a las tropas gubernamentales en su repliegue de la provincia de Deir al-Zour para reforzar las defensas de la capital. Sin embargo, también Teherán tendría sus pérdidas; la principal, reducir presencia e influencia en uno de sus socios del denominado ‘eje de resistencia’. En la década anterior, Irán envió a miles de voluntarios para expulsar al grupo terrorista Estado Islámico y ayudar a Al Assad en la guerra civil. De aquellos hechos han quedado varias bases iraníes en suelo sirio, así como una brigada, la afgana Fatemiyoun, que ha terminado refugiada también en Damasco.

La batalla crucial se presenta ahora en Homs. Está a solo 145 kilómetros de Damasco siguiendo la autopista M5 y la rodean los insurgentes, que se aprestan también a organizar el siguiente cerco a la capital. Hayat Tahrir al Sham es consciente de que apoderarse de esta ciudad de casi 1,5 millones de habitantes puede suponer el final para el régimen. Una vez superada Homs, sus fuerzas podrían aproximarse y y aislar Damasco de cualquiera de las unidades militares que aún tiene dispersas por el resto del país.

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