
Los servicios secretos rusos, FSB por sus siglas en ruso, han añadido a la lista de terroristas este martes a Mijáil Jodorkovski, exoligarca del petróleo, … junto con otros nombres relevantes de rusos antiguerra en el exilio. Moscú les acusa de «formar un grupo terrorista y querer derrocar al Gobierno ruso». Los acusados formaron en 2022 el Comité Antiguerra Ruso, justo cuando empezó la guerra rusa contra Ucrania.
Entre los otros señalados por el poder ruso están el crítico Vladímir Kara-Murzá (estuvo encarcelado desde abril de 2023 hasta agosto de 2024), la politóloga Yekaterina Schulmann, el ajedrecista Garry Kasparov, los empresarios Boris Zimin y Yevgueni Chichevarkin, el economista Serguéi Guríev, el periodista Yevgeni Kisiliov y la jurista Elena Lukiánova. Todos ellos tuvieron previamente la etiqueta de «agente extranjero» lo que indicaba que bajo el criterio de las autoridades rusas, recibían financiamiento del extranjero. Dicho título tiene obvias connotaciones negativas de la época soviética.
Según el FSB, este grupo «financia formaciones militarizadas ucranianas declaradas en Rusia terroristas y llevan a cabo labores de reclutamiento de personas para dichas formaciones, y utilizan estas posteriormente en planes para hacerse con el poder en Rusia por la fuerza». Esta organización se creó para plantar cara a la «dictadura agresiva» de Putin, según los propios fundadores.
La disidencia en vilo
El espacio para la crítica en Rusia ha menguado exponencialmente desde que empezó la guerra en Ucrania. Uno de los principales rostros de la disidencia, Aleksei Navalni, murió en prisión en 2024. Muchos de los partidarios de él y su Fondo Anti Corrupción (organización tildada de extremista por Moscú) han tenido que huir del país euroasiático y recibir condenas de cárcel. Este martes el activista Mijáil Kriguer ha empezado una huelga de hambre para denunciar su aislamiento en la cárcel donde se encuentra, donde pasa condena por cargos de «extremismo», algo que él consideró que fue más bien por sus «posturas contra la guerra».
Incluso el margen para cualquier resquicio de información alternativa se ha empequeñecido. Centenares de miles de webs, entre ellas las de medios extranjeros en ruso, las de cabeceras europeas y estadounidenses; además de la mayoría de redes sociales como Facebook, X e Instagram, entre otras están bloqueadas en Rusia. Muchas de ellas solo son accesibles con VPN, un tipo de servicio que permite al usuario usar la red como se estuviera ubicado en otro país. Las autoridades competentes también han limitado el uso de estos métodos, que no siempre funcionan apropiadamente.
Enlace de origen : Rusia acusa de «terrorismo» al oligarca del petróleo Jodorkovski y a otros exiliados