«Reivindico el protagonismo de la mujer a lo largo de la historia»

María Adánez y Pepón Nieto, en ‘¡Ay, Carmela!’ / FARAUTE

La intérprete madrileña protagoniza en el Bretón junto a Pepón Nieto ‘¡Ay, Carmela!’, la tragicomedia sobre cómicos y memoria

J. Sainz

J. SAINZ Logroño

Se hizo popular en cuatro de las teleseries españolas más vistas , ‘Pepa y Pepe’, ‘Farmacia de guardia’, ‘Aquí no hay quien viva’ y ‘La que se avecina’, pero, además de televisión y cine, siempre quiso hacer teatro. En los últimos veinte años ha consolidado su carrera escénica con trabajos como ‘El príncipe y la corista’ (2002), ‘Las brujas de Salem’ (2007), ‘Insolación’ (2015) o ‘Divinas palabras’ (2020). La actriz María Adánez (Madrid, 1976), que también se caracteriza por reivindicar a la mujer, regresa al Bretón (hoy a las 20 h.) con una de las mejores obras para ambas cosas, la tragicomedia de José Sanchis Sinisterra, dirigida por José Carlos Plaza y coprotagonizada por Pepón Nieto ‘¡Ay, Carmela!’.

– Qué obra tan especial.

– Muchísimo. Es uno de nuestros grandes clásicos contemporáneos. Es una obra tan bien escrita, tan rica, tan divertida a la vez, con ese mar de fondo tan duro… Y tan nuestra, porque es una obra muy nuestra, muy de este país.

– ¿Qué significa para usted?

– Siempre me ha gustado y la quería hacer desde hacía años. La he visto varias veces, varias versiones. Es una obra indispensable sobre memoria histórica. Y, además, tiene ese juego del teatro dentro del teatro que es un precioso homenaje a los actores, a la dignidad del actor y a la fragilidad de nuestro oficio. Hay que cantar y bailar como actores de medio pelo y el público lo pasa pipa.

– Es una obra escrita durante la Transición, cuando España quería mirar al futuro y dejar atrás el pasado. Sanchis Sinisterra recordó entonces la necesidad de hacer memoria histórica.

– Esa fue la intención del autor, que no olvidásemos la memoria histórica, algo que ha tardado mucho en resolverse en nuestro país. Y recuerda la crueldad de la Guerra Civil. Tengo la sensación de que está muy vigente, y no solo porque tengamos una guerra muy cerca, también porque me asustan los nacionalismos que están resurgiendo, que son ideologías que pueden provocar enfrentamientos.

– ¿Qué valor tiene interpretar a Carmela, un personaje con tanto simbolismo?

– Es una mujer a la que le gusta la vida y me recuerda que hay que estar conectada a los instintos, a comer, a bailar, a sentir… Y es una mujer con un sentimiento de justicia que la convierte en heroína trágica. Pero es divertido interpretarla, te llena de energía positiva.

«Es una mujer con un gran sentimiento de justicia que la convierte en heroína trágica»

SOBRE CARMELA

«El teatro nunca abandona a las mujeres, siempre hay buenos papeles, tengas la edad que tengas»

SOBRE EL TEATRO

– Sobre todo ha habido dos grandes Carmelas: Verónica Forqué, la primera sobre un escenario (en 1987), y Carmen Maura en el cine (en 1990). ¿Qué opina de ellas y cómo se enfrenta al papel con semejantes referencias?

– Qué magníficas actrices y mujeres. He trabajado con las dos y las dos han sido mi madre en distintos trabajos. Con Verónica, de hecho, me une una relación muy bonita durante una época de mi vida y de mi carrera [en ‘Pepa y Pepe’]. Cuando una se enfrenta a papeles que antes fueron interpretados por grandes actrices da respeto y te preguntas qué voy a hacer yo, qué voy a proponer. Pero así es el teatro. Así que coges el papel e intentas hacerlo tuyo.

– Para eso está también el director, ¿no?, en este caso todo un maestro José Carlos Plaza. ¿Qué enfoque le ha dado?

– Yo creo que hemos hecho una propuesta muy auténtica y muy austera y pobretona. Hemos intentado acercarnos a la realidad de esos actores de segunda división que se meten por error en terreno enemigo y son arrestados con lo puesto, son obligados a improvisar una función para los fascistas y se tienen que coser los trajes y hacerse todo a mano. Hemos buscado la verdad de Carmela, sin perder toda la comedia y la tragedia que encierra.

– No puede haber Carmela sin Paulino, en su caso un Pepón Nieto que ha crecido como actor de teatro desde ‘El eunuco’.

– Es un papel maravilloso para cualquier actor y creo que Pepón hace uno de los grandes trabajos de su carrera. El personaje tiene una serie de cosas que Pepón hace encajar maravillosamente con su manera de actuar. Está espléndido, de verdad.

– Ambos son actores muy populares gracias, sobre todo, a la televisión. ¿Qué buscan y que encuentran en el teatro?

– Para mí el teatro ha sido el trampolín de lo arriesgado. Es el espacio donde yo he crecido como actriz, como mujer y como persona. Yo en 2005 estaba en lo más alto de la popularidad por ‘Aquí no hay quien viva’ y quería hacer teatro y quería hacer drama, quería desencasillarme de la comedia. Quería arriesgarme y crecer, investigar en papeles dramáticos. Paradójicamente ahora se ha convertido en una especie de seguro de vida, porque el teatro nunca abandona a las mujeres y siempre hay buenos personajes, tengas la edad que tengas.

– Ese riesgo del que habla se aprecia en los trabajos que escoge. ¿Cuál es su criterio?

– Procuro reivindicar el protagonismo de la mujer a lo largo de la historia. Emilia Pardo Bazán, en ‘Insolación’, reivindicaba a través de la mujer la libertad de amar. En ‘El pequeño poni’ tratábamos sobre el bullying, una obra magnífica de Paco Bezerra.

– Con Bezerra ya había hecho ‘La escuela de la desobediencia’.

– Eso es, otra obra sobre la libertad sexual de las mujeres o cómo en el siglo XVII solo podías casarte o ser monja o puta. El criterio, en todo caso, pasa siempre por buscar buenas historias que cuenten algo. Y tenemos muy buenas historias que contar.

– ¿Qué opina de la censura de ‘Muero porque no muero’ en los Teatros del Canal, en Madrid?

– Escuché el texto leído por esas magníficas actrices y sentí que era otro gran ejercicio a favor de las mujeres. Conociendo a Paco y el respeto que tiene por la religión pienso que nada de lo que se le acusa puede ser cierto. Muy pocos dramaturgos escriben tan bien sobre las mujeres.

– ¿Se puede hablar de un nuevo teatro español?

– Desde hace unos años hay muy buenos dramaturgos y directores. Sobre todo me gusta la diversidad y la gran variedad. Vivimos un momento muy rico.

– ¿Qué pequeño es el teatro, en comparación con los grandes conflictos, pero qué grande al mismo tiempo? No hay más que ver ‘¡Ay, Carmela!’.

– Para mí el teatro es mi vida. Y es algo que no puede morir ni con la inteligencia artificial. Vi un concierto de Whitney Houston en holograma y fue una cosa muy rara. Cuando alguien paga una entrada es porque quiere ver algo vivo. Así que, larga vida al teatro.

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