«Podría haber venido mi marido solo, pero yo estaría todo el día llorando»

Irene Echazarreta

Nada más adentrarse en el interior del centro de mayores Camino de Olivos, la sensación que desprenden sus instalaciones, profesionales y usuarios es la de un entorno cálido que se busca semejarse al del propio hogar. En una de sus plantas, transcurrido el desayuno, varios residentes se mueven al ritmo de la música, animados por una auxiliar. C

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