
Estaba en casa con mi abuela cuando un dron ha impactado contra nuestro edificio. De repente, olía a neumático quemado. Me he asomado a la … ventana y he visto a gente correr, gritar, pedir ayuda. Era una sensación extraña. Estamos en guerra desde hace cuatro años, pero cuando las bombas llegan a tu casa te das cuenta de que está mucho más cerca de lo que crees», relata Aleksi, un joven vecino de Kiev. En el bloque de apartamentos donde vive han muerto este viernes al menos cinco personas durante un ataque masivo de Rusia con 430 aparatos no tripulados y 19 misiles. En Odesa fallecieron otros dos ciudadanos al ser bombardeado un mercado. Fue otra noche de terror. «Nos quedamos sin luz durante horas cada día… no sé qué podemos hacer. Simplemente, o te adaptas o mueres. No hay más alternativa», dice Aleksi.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, denuncia que fue una ofensiva «calculada» con el objetivo de causar el mayor daño posible a la población y a las infraestructuras civiles de la capital. Los drones lanzados en las últimas horas sobre Kiev dañaron viviendas en casi todos los distritos y alcanzaron un hospital. Los restos de un misil Iskander, según Zelenski, afectaron a la embajada de Azerbaiyán. La principal urbe del país es una ciudad de cristales rotos, fachadas agujereadas y equipos de rescate buscando supervivientes bajo los escombros.
Entre las víctimas mortales hay «una anciana en el distrito de Desnianski» y entre la treintena de heridos figuran «una mujer embarazada y un niño de diez años». Las fuerzas de defensa aérea, según el alcalde de la capital, Vitali Klitschko, derribaron 405 de los 430 drones y 14 de los 19 misiles rusos. Sin esa barrera, el ataque hubiera causado una carnicería. Moscú, por su parte, aseguró haber neutralizado más de 200 drones ucranianos, aunque no evitó que los aparatos disparados por Kiev provocaran un incendio en la refinería de petróleo de Sheskharis, en la ciudad portuaria de Novorosíisk, donde se declaró el estado de emergencia. Kiev confirmó que había utilizado un misil crucero Neptuno, con un alcance de 1.000 kilómetros.
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Como desde el inicio de la invasión, en febrero de 2022, Rusia trata de dejar sin suministro energético a Ucrania a las puertas del invierno. Ni luz ni calefacción. Para desmoralizar a la población. Pero ahora también las tropas armadas de Kiev responden con ataques a infraestructuras rusas de distintos combustibles.
Con escopetas de perdigones
«El noventa por ciento de nuestras bajas humanas y pérdidas materiales son causadas por los drones rusos», asegura el instructor jefe ucraniano Ihor Pouchkariov en el diario ‘Le Monde’. Tiene a su cargo un grupo que prepara a los soldados para enfrentarse a esas aeronaves. La guerra les ha enseñado que el mejor método es usar escopetas y rifles con cartuchos de perdigones. Los drones FPV, controlados por cable de fibra óptica, son inmunes a los inhibidores de frecuencia. Hay que derribarlos a tiros.
Ucrania respondió con el lanzamiento de un misil de largo alcance Neptuno, que incendió una refinería
Un FPV vuela a una velocidad de entre 70 y 100 km/h. Los soldados hacen prácticas de tiro el plato para enfrentarse a ese enemigo. Tienen dos o tres segundos para hacer diana. Las escopetas pierden eficacia a partir de los 60 metros de distancia al objetivo. Y a menos de 20 metros, la explosión sería ya demasiado cercana y letal. O aciertas o adiós. La vida depende de unos cartuchos que contienen entre 70 y 100 perdigones de plomo.
Y cada vez hay más aparatos mortales en el cielo de Ucrania. Rusia, según un cargo de la Inteligencia ucraniana citado por la agencia Reuters, llegará este año a fabricar 120.000 bombas planeadoras. Baratas y devastadoras. Hay factorías que trabajan las 24 horas y los siete días de la semana. Hasta ahora tenían un alcance de 90 kilómetros. Moscú ya ha iniciado la producción de modelos con un radio de acción de 200 kilómetros y tiene en manos un proyecto para llegar a los 400.
Ucrania, que como Rusia se ha convertido en un país experto en drones, reclama el respaldo internacional ante esta ofensiva que no cesa. «Hay una gran cantidad de trabajo en marcha con los socios para reforzar la defensa aérea, pero no es suficiente», avisa Zelenski. «Necesitamos refuerzos con sistemas adicionales y misiles interceptores. Europa y Estados Unidos pueden ayudar. Gracias a todos los que nos apoyen», subrayó el presidente ucraniano tras confirmar el ataque mortal a un edificio de Kiev. Ania, una vecina que vive a dos pasos de ese bloque de apartamentos, acudió con ropa de abrigo para socorrer a los afectados, «que se han quedado sin nada».
Enlace de origen : Otra noche de terror y lluvia de drones sobre Kiev deja al menos cinco muertos