La Laurel. La emblemática zona gastronómica de Logroño vuelve a ser lugar de encuentro, celebración y reuniones muy esperadas
Vamos a pasar de puntillas por la Navidad de 2021. Todos nos acordamos de cómo la vivimos, y lo mejor que podemos sacar de ella son las ganas inmensas de celebrar la de este año, que vamos a disfrutar con más intensidad que nunca. Y no estamos hablando del plano más material del asunto. Por supuesto que nos gustan los regalos, más darlos que recibirlos, pero sin duda lo que hace que para nosotros estos días sean los más especiales del año son los reencuentros con muchos, muchos amigos que, como el turrón, vuelven a casa por Navidad.
El vermú y el tardeo navideño por La Laurel son tradición (y obligación) para todos los logroñeses y visitantes de paso estos días. Sus barras repletas de miles de sabores, a cuál más delicioso; su impresionante escaparate de vinos, donde el Rioja es el rey, y, sobre todo, la calidez, el ambiente y la alegría contagiosa de sus calles son un atractivo para propios y extraños, que se encontrarán desfilando hacia sus calles casi sin darse cuenta. Es oír «¿nos vamos de pinchos?»; y ya no hay lugar a equívocos: «Nos vamos a La Laurel».
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Nombre
La Laurel. -
Calles
calle del Laurel, travesía del Laurel, calle Albornoz, calle San Agustín y calle Capitán Gallarza de Logroño. -
Número de bares
80. -
Opciones gastronómicas
2.000. -
Referencias en vinos
1.000.
Aunque es cierto que en La Laurel se come de maravilla, y que se bebe mejor, hay otro factor que nos lleva a disfrutar de sus bares en las ocasiones especiales, y es que es lo que hemos hecho siempre. Desde el vermú en familia de la mano del abuelo a las tardes con la cuadrilla de risas y con poco bote, o como el lugar perfecto para desconectar después del trabajo, La Laurel ha sido siempre parte de nuestras vidas y el escenario de muchos de nuestros momentos más divertidos. Seguro que si haces memoria tienes por lo menos una decena de anécdotas memorables en la Senda de los Elefantes.
Es oír «¿nos vamos de pinchos?» y ya no hay lugar a equívocos: «Nos vamos a La Laurel»
Y, por eso mismo, es también el escenario perfecto para los reencuentros que se viven entre la ilusión de volver a vernos, la alegría que nos da el vino y la satisfacción de llenar el estómago con nuestros pinchos favoritos. Caminar por sus calles en Navidad es como ver un especial navideño de la tele: en cada esquina, un abrazo; en cada puerta, un apretón de manos; en cada bar, una familia, unos amigos o una pareja que se ha echado mucho de menos y que ha decidido celebrar el milagro de volver a estar juntos con una ronda por La Laurel. ¿Se os ocurre un lugar mejor?
Brindis
Así que, logroñeses de nacimiento, de adopción o de paso, porque no hay nadie en esta ciudad, aunque lleve solo un día en ella, que no se sienta hijo suyo, esta Navidad, como siempre, dejad que vuestros pasos os guíen solos. Veréis como, antes de que os deis cuenta, estáis apoyados en la barra con un pincho recién hecho y un Rioja en la mano para brindar por la salud ¡y lo que se tercie!
Enlace de origen : Navidad en familia en La Laurel