El ciclismo vasco ha perdido a uno de sus referentes e impulsores. Luis Zubero (Zeberio, 77 años) ha fallecido este jueves. Fue corredor del mítico equipo KAS que tanto hizo sufrir al mejor ciclista de la historia, Merckx. «Eddy nos tenía miedo», contó en una entrevista en EL CORREO. Acabó segundo el Tour de Porvenir y fue profesional entre 1968 y 1976. Luego, con su mujer primero y con sus hijos ahora, ha estado al frente de la tienda de bicicletas que lleva su nombre y en cuyo escaparate miles de aficionados han pegado la nariz para ver el mejor catálogo de este deporte. Zubero ha sido guía y consejero de todos los que durante décadas han pasado por su establecimiento. En su palmarés hay unas cuantas victorias y un pelotón infinito de amigos a los siempre echó una mano. Y con los que compartió inolvidables charlas sobre ciclismo.
Ganó pruebas como el Circuito de Pascuas y el G. P. Sabiñánigo. Participó en los Juegos Olímpicos de México de 1968, en una edición de la Vuelta, tres del Giro y cuatro del Tour, la carrera que mejor le iba «por el calor y los puertos largos». Acabó segundo la etapa ‘reina’ de la Grande Boucle de 1970. Sólo pudo batirle Merckx en aquella jornada con final en Grenoble. En una imagen mítica del libro de ‘L’Equipe’ que resume la hitoria del Tour, se ve en primer plano al ‘Caníbal’ belga y tras él, con su planta de ciclista completo, al vizcaíno que con compañeros como Gandarias y Fuente protagonizaron los grandes duelos entre el KAS y Merckx.
Para los críos de su época, el ciclismo era una aventura. «Ibamos a ver el paso de la Vuelta a Miraballes, a Orduña, a donde fuera. Y volvíamos a casa pedaleando de noche y sin linterna». La vocación le entró por los ojos. «En cuanto mi padre llegaba de trabajar, le cogía la bicicleta y salía por Zeberio», recordaba. Guardó siempre ese viejo cacharro a pedales. Su aita era pintor. Recorría los pueblos con los botes de pintura a lomos. En Zeberio despuntaba entonces un ciclista ya hecho, José Antonio Artiñano. Un día se encontró con él en la subida a Barazar. Zubero, un chaval de 16 años, le aguantó el ritmo sin problema, «silbando». Artiñano le animó a competir. Luis, de camino al ‘curro’ o tras la jornada laboral como tornero, empezó a entrenarse en serio. Y a correr las carreras de todos los pueblos. «Comía una lata de melocotón y a competir».
Segundo tras Zoetemelk
Pronto se convirtió en una gran promesa. Sin ser profesional terminó entre los mejores en la Vuelta al País Vasco y sólo Joop Zoetemelk le ganó en el Tour del Porvenir de 1969. El KAS de Dalmacio Langarica y Antón Barrutia se fijó en él y le hizo debutar en el Tour de Francia, en 1970. El recién llegado ocupó la decimoquinta plaza final. Un destello. «Andaba muy fácil. Pensaba que les iba a ganar a todos. Hasta a Merckx. A éste lo mato el año que viene, pensaba». Pero tuvo que cortar su carrera para cumplir con el servicio militar. Año y medio de ‘mili’, buena parte en El Ferrol, en la Marina. No se puede pedalear en el mar. Ese frenazo ralentizó su biografía ciclista.
Compartió pelotón con Merckx, Poulidor, Thevenet… Y lució el mismo maillot amarillo del KAS de Gabika, Fuente, Aurelio González, Manzaneque, Momeñe, Nemesio Jiménez, Galdos, Lazkano, López Carril… Y fue rival y admirador de Luis Ocaña. «Era superexplosivo, rompía la carrera como nadie». Zubero tuvo el privilegio de vivir un ciclismo inolvidable. Estuvo con el ‘Tarangu’ Fuente cuando el KAS le discutía el Giro a Merckx. Pasaron de líderes a asistir a otra ‘pájara’ del genial escalador asturiano. Camino de San Remo, el vizcaíno le remolcó como pudo hasta la meta. «Zeberio, ponte delante que no veo», le repetía Fuente, sin fuerzas ni para abrir los ojos.
Italia era entonces el templo del ciclismo. Allí se fabricaban las mejores bicicletas. Mientras era ciclista aprendió a manejarse con los cuadros, los frenos y las ruedas. Y le puso su apellido a la tienda de material ciclista que ha llenado en el centro de Bilbao tantos sueños de tantos aficionados. Llevaba ya un tiempo retirado, aunque aún se le veía de vez en cuanto por allí, apoyando a sus hijos, que le han dado relevo. Luis, que también acompañó a Fernando Astorqui en el coche médico durante muchas ediciones de la Vuelta, era de los que en verano, cuando llega el Tour, iba a los Pirineos. «Subo el Tourmalet hasta donde puedo y después me tiro horas viendo pasar la caravana y los corredores. Estuve cuando ganó Laiseka en Luz Ardiden. Lloré y todo al verle pasar», contó en este periódico. En esas carreteras queda para siempre la huella de Luis Zubero.
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Enlace de origen : Muere a los 77 años Luis Zubero, ciclista del mítico equipo KAS que tanto asustaba a Eddy Merckx
