El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz, se han mostrado este viernes escépticos respecto a una rápida resolución de la guerra … de Ucrania. Pese a los esfuerzos de Estados Unidos para alcanzar un acuerdo de paz entre Kiev y Moscú, han advertido de que, en palabras de Merz, el conflicto «aún puede durar muchos meses».
La guerra de Ucrania y la competitividad económica de Europa han sido los dos principales temas de discusión en el Consejo de Ministros franco-alemán que han presidido ambos mandatarios en suelo galo. En este escenario han constatado que uno de sus principales puntos de convergencia es el conflicto entre Moscú y Kiev. Macron y Merz comparten su desconfianza respecto a la voluntad negociadora del jefe del Kremlin, Vladímir Putin y creen poco probable que se produzca en los próximos días o semanas un cara a cara con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. «Esperamos que se produzca esa reunión bilateral y también la trilateral (Putin, Zelenski y Trump). Pero si eso no sucede (…), significará que Putin ha vuelto a engañar a Trump», ha señalado Macron.
«Si la semana que viene sigue sin haber noticias, apostaremos claramente por la adopción de nuevas sanciones primarias y secundarias» con el objetivo de «forzar a Rusia a que vuelva a la mesa de negociaciones», ha defendido el inquilino del Elíseo. Ambos dirigentes europeos se entrevistarán telefónicamente este fin de semana con Donald Trump, al que intentarán convencer de que regrese a su posición de principios de agosto, cuando puso un ultimátum al Kremlin y amenazó con sanciones a Rusia y a otras potencias aliadas, como China o India. Una posición que Trump cambió en 180 grados tras reunirse el 15 de agosto en Alaska con el mandatario ruso.
Además de la amenaza de más sanciones, el presidente y el canciller han acordado aportar a Ucrania un mayor apoyo en la defensa antiaérea, que le sirva para hacer frente «a los bombardeos rusos masivos». Respecto a la colaboración militar entre Francia y Alemania, el documento pactado este viernes menciona «un diálogo estratégico» entre ambos países sobre la posibilidad de compartir el armamento nuclear galo.
Merz y Macron también han debatido sobre la unión de capitales en la UE y prepararon la cumbre sobre la soberanía tecnológica del Viejo Continente que se celebrará el 18 de noviembre en Berlín. En este sentido, el presidente francés ha tachado de «coercitivas» las amenazas formuladas a principios de esta semana por Trump sobre aquellos países que intenten regular la actividad de los gigantes tecnológicos norteamericanos.
El de ayer fue el 25 Consejo de Ministros franco-alemán, y el primero tras la investidura de Merz a principios de mayo. La victoria electoral en febrero del dirigente conservador había suscitado grandes esperanzas entre las altas esferas galas, quienes creían en un nuevo impulso en un averiado motor franco-alemán.
Puntos de fricción
Pero a pesar de que Macron tiene una mejor sintonía con el líder de la CDU que con su predecesor, el socialdemócrata Olaf Scholz, no han desaparecido los puntos de fricción estructurales entre París y Berlín; por ejemplo, la energía nuclear, acuerdos comerciales (con Mercosur o el más reciente entre Bruselas y Washington) o proyectos armamentísticos, como el avión del futuro SCAF.
No obstante, el gran obstáculo al que se enfrenta la nueva etapa del binomio franco-alemán es la inestabilidad interna en ambos países, especialmente en Francia. Los primeros cuatro meses del Gobierno de Merz han resultado complicados y tanto la CDU como el SPD -el otro socio gubernamental- han caído en los sondeos. Al otro lado del Rhin, el primer ministro galo, François Bayrou, tiene probablemente los días contados al frente del Ejecutivo, puesto que sus posibilidades de superar la moción de confianza del 8 de septiembre son casi nulas. El espectro de una crisis política asoma sobre Francia. Y amenaza con dejar en ‘stand by’ la esperanza de un nuevo impulso en el motor franco-alemán.
Moscú ataca al líder francés por llamar «ogro» a Putin
Las autoridades de Rusia han acusado este viernes al presidente de Francia, Emmanuel Macron, de «sobrepasar los límites de la decencia» al llamar a su homólogo ruso, Vladímir Putin, «ogro» y «depredador que no quiere la paz», unas palabras pronunciadas la semana pasada en relación con la invasión rusa de Ucrania y el proceso de negociación para lograr un alto el fuego.
La portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, ha afirmado que son «insultos vulgares» que «exceden cualquier razonamiento», y añadió que también suponen «insultos al pueblo ruso».
Por su parte, Putin se prepara para volver a hacer acto de presencia en la escena internacional gracias a uno de sus aliados, China. El presidente ruso viajará este domingo al gigante asiático para participar en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, donde tratará de continuar desarrollando «el potencial de la relación estratégica» entre ambos países antes de trasladerse a la capital, Pekín, para el gran desfile militar de Tiananmen. No es nada habitual que un líder ruso haga una visita oficial de cuatro días, muestra de la importancia que para Putin tiene su relación con Xi Jinping.
Enlace de origen : Macron y Merz coinciden en pedir más sanciones para presionar a Rusia