La expectación en Francia no se centraba este jueves alrededor del Nobel de Literatura -el ganador fue finalmente el húngaro László Krasznahorkai- o de la … Paz, sino sobre el nombre del primer ministro. El país vecino vuelve a estar encerrado en un bucle informativo y político que se ha vuelto recurrente y agotador durante el último año. Tres responsables del Ejecutivo han dimitido en apenas diez meses. Después de la renuncia de Sébastien Lecornu el lunes por la mañana, el gabinete del presidente, Emmanuel Macron, indicó el miércoles por la noche que «nombraría a un primer ministro en las próximas 48 horas».
Han pasado cerca de las primeras 24 horas y el jefe del Elíseo aún no ha designado a un responsable del Ejecutivo. Será el sexto en el más que accidentado segundo mandato de Macron, salvo que decida nombrar de nuevo a Lecornu. Todo apunta a que el nombramiento tendrá lugar el viernes. De hecho, la agenda oficial del presidente para el jueves por la tarde está muy apretada: primero, con su participación en la parte inicial en la reunión sobre Gaza entre ministros europeos y de países árabes y, luego, con la ceremonia de entrada en el Panteón del féretro de Robert Badinter, ministro de Justicia entre 1981 y 1986 y que abolió la pena de muerte en Francia.
El gabinete presidencial no precisó en su comunicado que se trataría de un nuevo primer ministro, por lo que dejó abierta la puerta a nombrar otra vez a Lecornu, de 39 años. «Mi misión se ha terminado», dijo el responsable del Ejecutivo el miércoles por la noche en el plató de France 2. Pero en la política las palabras se las lleva el viento. Durante esa entrevista, el dirigente saliente dio pocas pistas sobre el perfil del próximo jefe del Gobierno. Además, reconoció que las negociaciones in extremis que había llevado a cabo desde el lunes por la tarde habían terminado sin un acuerdo, aunque percibe que «hay un camino» para adoptar los presupuestos del año que viene.
Eso no ha impedido la rumorología y la habitual circulación de nombres este jueves en los medios. Estos hacían sus quinielas a partir de las filtraciones -algunas de ellas interesadas- desde las altas esferas y las pocas pistas que dio Lecornu. Una de ellas fue que aseguró que el próximo Gobierno «debe estar completamente desconectado respecto a las ambiciones presidenciales para 2027». Representó una pulla evidente contra el ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau. El líder de la derecha tradicional de Los Republicanos (LR), que aspira a presentarse en esos comicios, ha sido uno de los detonantes de esta crisis y no resultaría ninguna sorpresa su ausencia en el próximo gabinete.
Lecornu reforzó con esa frase la idea de que el próximo Ejecutivo puede estar liderado por un perfil más veterano y técnico, y menos político. Por ese motivo, el digital Politico y otros medios mencionan el nombre de Jean-Louis Borloo, exministro de Ecología (entre 2007 y 2010) durante la presidencia de Nicolas Sarkozy. El fundador en 2012 del partido de centro-derecha UDI cuenta con la baza de ser un dirigente experimentado, que gusta a los diputados macronistas y de LR y no irrita profundamente a los socialistas. «No sé nada de estos rumores», dijo Borloo al ser preguntado sobre ello por la Agencia France-Presse.
«Plataforma de estabilidad»
Durante su entrevista del miércoles por la noche, Lecornu también se había referido a que «hay 210 diputados -la mayoría absoluta se sitúa en 289- que desean formar parte de una plataforma de estabilidad». El hecho de que mencionara esa cifra no fue anodino, porque se trata de la suma de los representantes macronistas y de la derecha republicana. Pese a las fuertes tensiones desde el domingo por la noche entre esos partidos, el primer ministro saliente se decantaba por mantener la actual alianza. «Contamos con una coalición gubernamental que puede seguir existiendo», ha defendido este jueves Aurore Bergé, portavoz del Gobierno en funciones.
Estas afirmaciones supusieron un jarro de agua fría para aquellos que esperan el nombramiento de un primer ministro de izquierda o centro-izquierda. Aunque la coalición progresista del Nuevo Frente Popular quedó primera (con poco más de 190 escaños) en las elecciones del verano de 2024, cotiza a la baja en estos momentos la posibilidad de que Macron designe a algunos de los líderes actuales del Partido Socialista (PS), como Olivier Faure, secretario general, o Boris Vallaud, presidente del grupo parlamentario.
Menos improbable parece que se decante por un dirigente veterano que en el pasado hubiera formado parte del PS; por ejemplo, el exprimer ministro Bernard Cazeneuve o Pierre Moscovici, actual presidente del Tribunal de Cuentas. Macron debería dejar de deshojar la margarita antes del sábado. Y así cumplir con el plazo de 48 horas que se dio él mismo.
Enlace de origen : Macron alarga el suspense sobre su primer ministro