«Los profesores son los que menos trabajan y aún quieren trabajar menos»

Un turno de la DGT «que no sirve», un agradecimiento y una nueva zona de esparcimiento canino, hoy en nuestra sección

El ‘Teléfono del Lector’ comienza hoy con la queja de Carlo sobre «el deplorable acontecimiento» que tuvo que afrontar el pasado miércoles en la Jefatura Provincial de Tráfico de Logroño. Aquel día, después de haber cogido cita a través de su página web para convalidar su permiso de conducir, «llegué a la DGT a las 11.30 horas y cogí el tique de espera con código RP-01 y estuve esperando mi turno para las 12.00». A pesar de que «yo era el único con ese código, vi que pasaban todos los demás y a mí no me atendía nadie. Pregunté a uno de los empleados que estaba sentado en la mesa 4 y me dijo que ya me llamarían». Ya una hora más tarde, añade, «hablé con uno de seguridad, quien tras comprobar mi número y consultarlo con otra persona, me comentó que el siguiente sería yo», pero no fue así, porque «pasaron turno y el de seguridad le preguntó al de la mesa 4 si no había llegado el mensaje de que fuese mi turno, a lo que contestó que ‘hubiese estado más espabilado’». «¿Para qué sirve pedir cita?», se pregunta molesto este italiano antes de señalar que es «mejor el método antiguo, en el que sacas un tique y esperas tu turno como siempre se ha hecho». Después de «perder toda la mañana, tres euros de parking» e irse sin ser atendido, espera que «se le realice una llamada de atención al empleado maleducado por falta de respeto y educación».

Nuestra siguiente comunicante quiere evidenciar su malestar por la reclamación de UGT de reducir las horas lectivas de los docentes. Según esta logroñesa, «los profesores son los que menos trabajan, ya que tienen tres meses de vacaciones y aún quieren trabajar menos y jubilarse con 30 años cotizados. Esto es una vergüenza; no lo puedo entender», sentencia.

Enrique, de Logroño, quiere agradecer la «empatía» que mostró el servicio de teleasistencia del Gobierno de La Rioja con la situación que padeció. «Hace unos días tuve un dolor agudo del tobillo que duró toda la noche y aunque tomé analgésicos al día siguiente, el malestar fue creciendo. Antes de llamar a mis hijos para que se quedaran con su hermana, que tiene dependencia severa, pulsé el botón de emergencias del servicio de teleasistencia explicándoles la situación para que no tuviese que abandonar mi domicilio durante mucho tiempo». «El operador –añade– se lo transmitió al médico de Urgencias y media hora más tarde, me avisaron de que fuese a Urgencias del Carpa que me estaban esperando». «Me pareció un chiste –recuerda–, pero cuando llegué y abrí la puerta del taxi había una persona que me estaba esperando y que me acompañó a la consulta del facultativo, que me atendió inmediatamente y me recetó tratamiento posterior. Al salir, además, avisó a un taxi para que regresase al domicilio, pero lo más importante es que mi hija solo estuvo sola 40 minutos. Les doy las gracias por su empatía».

Cerramos esta sección con la propuesta de una logroñesa para que habiliten por la zona de La Guindalera «un área de esparcimiento canino para perros». «Se agradecería tener una zona acotada para poder soltar a nuestros perros con seguridad», asegura.

«Se veía venir», dice con desagrado y tristeza quien envía esta fotografía. «Esta chusma incívica ya no respeta nada», continúa, refiriéndose a las pintadas de la fachada. «En tanto no se instalen cámaras de seguridad para localizar a esta banda de descerebrados y se haga algo ejemplar con ellos… Ahora le ha tocado a nuestro flamante Sagasta. Mi más firme repulsa», concluye.

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