
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, evitó este jueves la que hubiera sido su segunda dimisión en apenas diez días. La moción de censura presentada … por la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos) obtuvo 271 votos y se quedó a 18 del umbral de la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (289). No hubo sorpresa en el primer embate ante un muy fragmentado Parlamento al que se ha enfrentado el responsable del Ejecutivo, el tercero que hay en el país durante el último año. El fracaso de las dos mociones de censura -hubo una segunda presentada por el partido de Marine Le Pen que solo obtuvo 144 votos- comporta que no haya a corto plazo otras elecciones anticipadas.
«Solo quería que dejaran andar un poco» a su segundo Gobierno, dijo el primer ministro, de 39 años, en declaraciones a los medios al salir de la Cámara Baja. La votación reflejó, sin embargo, la debilidad parlamentaria de Lecornu y, en especial, de su acuerdo no escrito con el Partido Socialista (PS). Ese pacto se basa con el anuncio hecho el martes por la tarde de que suspenderá hasta 2028 la reforma de las pensiones de 2023, una de las medidas más impopulares del presidente, Emmanuel Macron. ¿Será un acuerdo duradero? ¿O saltará por los aires al cabo de pocos meses? De momento, el responsable del Ejecutivo ha logrado una tregua hasta finales de año cuando concluirá un complejísimo debate presupuestario.
Noticias relacionadas
El desenlace de este jueves también da oxígeno a Macron. El jefe del Estado galo, cuya popularidad cayó la semana pasada a sus niveles más bajos (14%), temía que la coalición presidencial saliera aún más debilitada en caso de unas nuevas legislativas. Eso explica que haya cedido respecto a la única gran reforma que ha logrado aplicar -la subida de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años (con 43 años cotizados para recibir una pensión completa)- durante su más que accidentado segundo mandato.
Como en Francia el voto de investidura no es obligatorio, las mociones de censura a las primeras de cambio se han vuelto habituales estos últimos años. El texto presentado por los insumisos obtuvo el apoyo de sus socios comunistas y ecologistas, pero también de la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen. Además, fue respaldado por siete diputados socialistas (de un total de 69), que no respetaron la consigna de voto de su partido, y uno de la derecha tradicional de Los Republicanos. A diferencia de España, en Francia el voto de una moción no es sinónimo del respaldo a un Gobierno alternativo, y eso favorece alianzas circunstanciales tan heterogéneas como la de este jueves.
La censure du gouvernement Lecornu n’est pas passée !
Nous appelons à la résistance populaire et parlementaire contre ce budget de malheur.
Aux militants socialistes affligés par ce choix de votre direction : rompez les rangs pour rester fidèle au programme du NFP ! pic.twitter.com/l9pZq8nzNX
— Antoine Léaument 🇫🇷 (@ALeaument) October 16, 2025
La izquierda y la extrema derecha deseaban una caída de Lecornu para oponerse a sus presupuestos, cuyo proyecto de ley comporta un recorte del gasto público de 30.000 millones de euros. Pero también aspiraban a ello para contestar la decisión de Macron de nombrar cuatro veces a primeros ministros afines (Michel Barnier, François Bayrou y dos veces a Lecornu), a pesar del batacazo en las elecciones legislativas del año pasado en que su coalición perdió un centenar de diputados y quedó segunda.
Disyuntiva
«O empezamos el debate de los presupuestos o nos adentramos en la crisis política definitiva»
El auge de la derecha
«Todo lo habéis hecho para evitar una vuelta a las urnas», espeta Le Pen a Lecornu y los socialistas
El presidente «se ha atribuido de nuevo el derecho de designar un Gobierno de los derrotados», denunció la diputada insumisa Aurélie Trouvé, que presentó el texto del partido de Jean-Luc Mélenchon. Esta representante, que fue la primera en hablar durante el debate matutino, advirtió que «los recortes tendrán un efecto recesivo para la economía» de Francia, país que sufre un crecimiento raquítico y un elevado déficit público. Además, dijo a sus «compañeros socialistas» que la promesa de una suspensión temporal de la reforma de las pensiones «es un espejismo» y «no hay ninguna garantía de que esté presente en el texto final».
«¿Deseamos el orden republicano?»
Durante su intervención, Lecornu alertó que en estas mociones de censura estaba en juego «la posibilidad de que empecemos el debate de los presupuestos», o bien «nos adentremos de manera definitiva en la crisis política». «¿Deseamos el orden republicano con debates en la Asamblea Nacional? ¿O deseamos el desorden?», se preguntó de manera retórica el sexto primer ministro que ha habido en Francia desde principios de 2022.
La Francia Insumisa
271
apoyos
recibió su moción de censura y se quedó a 18 de la mayoría en la Asamblea.
Agrupación Nacional
144
parlamentarios
respaldaron la moción del partido ultra de Marine le Pen.
Para salvar su cargo, este dirigente ha cedido ante algunas exigencias del PS, como el aplazamiento de la reforma de las pensiones y el hecho de no utilizar un polémico decreto gubernamental (el 49.3) durante el debate presupuestario. Con una hábil maniobra, sin embargo, ha condicionado la suspensión temporal de la subida de la edad mínima de jubilación a la aprobación de una enmienda en los presupuestos de la Seguridad Social. De esta forma, ha alentado a los socialistas a desmarcarse de sus socios de la izquierda y asociarse a la adopción de las cuentas públicas, probablemente marcadas por la austeridad.
Frágil acuerdo con los socialistas
«No nos comprometemos a nada y aún menos a dejar aprobar los presupuestos recesivos e injustos que han presentado sus ministros», advirtió el diputado socialista Laurent Baumel. Durante su intervención en el hemiciclo, recordó «el precedente de Bayrou», al que los socialistas permitieron la aprobación de las cuentas del 2025 a principios de este año, pero luego pasaron a una oposición frontal. El PS se ha caracterizado en los últimos años por sus constantes bandazos. Por consiguiente, no puede descartarse que vuelva a acercarse a sus socios de la frágil coalición progresista del Nuevo Frente Popular, tras haberse desmarcado de ellos esta semana.
Notre non censure d’aujourd’hui n’est en aucun cas un « pacte de non censure ».
Nous ne nous engageons à rien, et surtout pas à voter ou laisser passer le budget récessif et injuste que vos ministres nous ont présenté.
Nous ne renonçons à rien.
– @laurentbaumel pic.twitter.com/1IfBtJJHUU
— Députés Socialistes et apparentés (@socialistesAN) October 16, 2025
Aparte de su concesión respecto a las pensiones, que ha irritado de manera considerable a la derecha republicana, Lecornu ha salvado su cargo gracias al miedo de una parte significativa de la clase política a un adelanto electoral. Ese temor no solo se debía a un posible avance del lepenismo, sino también al miedo de muchos representantes de perder su escaño. Macron había advertido el martes que se trataba «de unas mociones de disolución» de la Asamblea.
«Todo lo que habéis hecho ha sido para evitar una vuelta a las urnas», afirmó Le Pen durante el debate. La líder del populismo de derechas galo criticó, asimismo, el culebrón de la semana pasada, marcado por la dimisión del primer ministro el lunes por la mañana y su designación de nuevo el viernes por la noche: «Es una crisis del politiqueo, de los viejos partidos que solo tienen un objetivo: evitar que lleguemos al poder». A pesar de no haber logrado los comicios anticipados que anhelaba, el lepenismo aspira a sacar un rédito del momento actual. Además de beneficiarse del declive del macronismo, busca aprovecharse de la mala imagen dada por los políticos y de la división de la izquierda.
Un complejo debate presupuestario a partir del 24 de octubre
Tras el difícil parto del Gobierno de Sébastien Lecornu, Francia se adentra a partir de ahora en otra pantalla igual de complicada: el debate parlamentario de los presupuestos del año que viene. El proyecto de ley de las cuentas públicas fue examinado el martes en el Consejo de Ministros y empezará a debatirse el viernes de la semana que viene en el hemiciclo de la Asamblea Nacional. La Constitución gala limita a un máximo de 70 días el tiempo que puede discutirse en el Parlamento y el Senado antes de final de año.
Los presupuestos del 2026 son la madre del cordero de la actual crisis política en Francia. François Bayrou, predecesor de Lecornu, perdió el cargo el 8 de septiembre al ser derrotado con claridad en un voto de confianza que convocó para salvar su plan de austeridad, valorado en un total de 44.000 millones de euros. El actual Ejecutivo ha propuesto un tijeretazo de 30.000 millones del gasto público. Tiene como objetivo reducir el elevado déficit público del país, del 5,4% al 4,7% del PIB a finales del año que viene.
El borrador, transmitido esta semana a la Asamblea, incluye medidas impopulares. Por ejemplo, una congelación de las pensiones, ayudas sociales y del salario de los funcionarios, así como subidas de impuestos a través -entre otras políticas- de la no actualización del barómetro fiscal, decisión que afecta especialmente a las clases bajas. Las oposiciones intentarán suavizar esta austeridad a través de los debates en la Cámara Baja y la Alta. Estos se auguran más que complejos teniendo en cuenta la actual fragmentación en el Parlamento y la mayoría conservadora en el Senado, que difícilmente aceptará medidas como la suspensión temporal de la reforma de las pensiones.
A ese puzle parlamentario se le suma la novedad de la promesa de Lecornu de no recurrir a un polémico decreto gubernamental (el 49.3), que sirve al Ejecutivo para imponer una medida sin una votación. Los distintos Gobiernos utilizaron ese mecanismo para adoptar las cuentas públicas desde 2022. La ausencia del 49.3 aboca a Francia a un escenario nuevo. Por ese motivo, una parte significativa de la clase política ya especula con la posibilidad de que los debates terminen sin acuerdo y al final el primer ministro apruebe los presupuestos por ordenanzas. Un desenlace hipotético que haría peligrar su cargo de nuevo.
Enlace de origen : Lecornu salva las mociones de censura y Francia evita nuevas elecciones