No es algo nuevo, pero lo de este verano ha llamado tanto la atención como para que algunos lo califiquen de ‘boom’. De hecho, la … explosión verde aún puede verse aquí y allá, pues tiñe las aguas del Ebro a su paso por Logroño en diferentes tramos. Un fenómeno que tiene una explicación que se repite año tras año en el río en los meses de más calor con las algas como protagonistas.
El presente estío no ha hecho más que ratificar la tendencia de olas de calor más largas e intensas, siendo precisamente tales períodos el caldo de cultivo ideal para la proliferación de macrófitos, «plantas acuáticas visibles a simple vista». Y lo cierto es que estos días, también los pasados, han centrado las miradas de quienes pasean habitualmente por las riberas.




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«Durante el verano, las elevadas temperaturas que se dan de forma prolongada, el menor caudal circulante y la cantidad de nutrientes que lleva el agua, en ocasiones, provocan la aparición de algas en tramos de ríos con poca velocidad, como el Ebro en Logroño, sin que causen a priori problemas importantes en la calidad del agua ni en el funcionamiento del ecosistema», explican desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ante el interés de Diario LA RIOJA.
De hecho, y aunque cada verano se pidan explicaciones al respecto desde uno u otro punto del curso del río pues vendría a ser algo habitual por estas fechas, «sí que parece haber registrado una proliferación importante en algunos puntos estos últimos días». Una proliferación que si bien en algunos casos ya está remitiendo, obliga a mantener la observación por parte de la Guardería Fluvial –también conocida como Policía de Cauces–. El control de la calidad del agua, en ese sentido, se lleva a cabo ininterrumpidamente con resultados en tiempo real.
Vistas desde la pasarela peatonal.
Justo Rodríguez

Así, el ‘boom’ de algas de este verano, el aumento repentino de la cantidad de estos organismos que han aflorado por el Ebro a su paso por Logroño, en principio, no conllevaría ningún riesgo, si bien hay que estar alerta ante su incremento descontrolado de cara a la conservación y el mantenimiento de infraestructuras y la posible floración de cianobacterias con potencial riesgo para la salud tanto humana como animal.
Por lo demás, la presencia de las mismas, según los expertos, tiene su lado positivo ya que, siempre que no sean plaga, están consideradas como «un importante indicador biológico que aporta información muy relevante sobre la calidad del agua a medio y largo plazo» –no en vano, son organismos sensibles a los cambios en su entorno–.
Su presencia no supone ‘a priori’ grandes problemas «para la calidad del agua ni para el funcionamiento del propio ecosistema»
Fuentes oficiales de la Confederación Hidrográfica del Ebro recuerdan que episodios como el que puede verse en el río en la capital de La Rioja son más frecuentes en el Bajo Ebro en la época de estiaje, con explosiones asociadas históricamente con situaciones de bajo caudal, aguas más cálidas y estancadas, y la presencia de especies invasoras, lo que a su vez puede favorecer a otros organismos como la mosca negra.
Enlace de origen : Las algas tiñen de verde partes del Ebro a su paso por Logroño