La sinfonía ‘Leningrado’, una mñusica imprescindible en tiempos de guerra

El 8 de septiembre de 1941 las imparables tropas alemanas completaron el cerco de la gran ciudad de San Petersburgo (entonces denominada Leningrado). Comenzaba uno de los asedios más largos y cruentos de la historia moderna. Fueron casi 900 días de horror, de bombardeos, sufrimiento, destrucción y muerte. Perdieron la vida más de un millón de personas, la mayoría por hambre, frio, miseria y enfermedades, pero la ciudad no se entregó. Uno de los ciudadanos sitiados fue el compositor Dmitri Shostakovich (1906-1975), que, en medio de toda esa tragedia inició la composición de su séptima sinfonía, pronto denominada «Leningrado», que inmediatamente se convirtió en un símbolo universal de la lucha contra la barbarie, un inmenso alegato contra la guerra y sus horrores. Tuvo una difusión increíble por todo el planeta y en pocos meses, en plena guerra, se estaba interpretando en las principales ciudades de Europa y América. Es famoso el concierto dirigido por Arturo Toscanini en Nueva York en 1942, transmitido por radio en directo a todo el país, con millones de oyentes, y todavía más impactante el concierto llevado a cabo el 9 de agosto de 1942 en la propia ciudad sitiada, con unos músicos famélicos, que casi no podían aguantar sentados, amplificado con potentes altavoces a toda la ciudad e incluso a las líneas alemanas, convirtiéndose en el ejemplo más heroico de un pueblo aplastado por la violencia que es capaz de levantar la cabeza orgulloso de su dignidad.

Hoy, con tambores de guerra sonando por todo el mundo, con nuevas carreras armamentísticas disparadas, reclutamientos preventivos y ambiente prebélico en amplias zonas del planeta, tenemos la oportunidad -y no debemos perdérnosla- de sumergirnos en este inmenso fresco musical descriptivo de todos los horrores, glorias, miserias y sufrimientos que provoca la guerra, con la visita a Logroño (Riojafórum) de la orquesta ADDA Simfònica de Alicante, en el marco de La Rioja Festival, que nuestro querido Pablo Sáinz Villegas organiza para remover el ambiente cultural-musical de nuestra región. En pocos años desde su creación esta orquesta se ha situado entre la élite sinfónica de nuestro país, gracias al fenomenal trabajo de su director-fundador Josep Vicent. En programa estará la colosal Sinfonía nº 7 «Leningrado» de Shostakovich, que atrapa con su lenguaje musical directo, incisivo e impactante, con sus imponentes clímax sonoros y sus amargos momentos de desolación y ruina, sus sorprendentes cambios de color y la variedad instrumental que utiliza. Siempre es un acontecimiento presenciar una orquesta descomunal, como precisa esta sinfonía, con un auténtico ejército de cuerdas, maderas y metales, a los que añadir nada menos que ocho percusionistas, dos arpas y hasta un piano, para completar el centenar de músicos: un tremendo espectáculo visual y una indescriptible fuerza musical y emotiva, que seguro fascinará al público asistente.

Solo por el inmenso primer movimiento merece la pena la escucha. Comienza con un resuelto tema y una bella melodía en los violines que reflejan la apacible vida en esa bella ciudad, cuando empiezan a percibirse unos redobles de tambor, al principio lejanos y poco amenazadores, con una cancioncilla, entre marcha y rústico estribillo, que poco a poco va creciendo con la incorporación paulatina de diversos instrumentos (en un crescendo que nos recuerda enseguida al Bolero de Ravel) hasta convertirse en una horrísona máquina militar que todo lo arrasa, con la música distorsionada y con acento aterrador. Es un momento inolvidable. En el resto de la sinfonía hay lugar a momentos líricos, sarcásticos, incluso bromistas -tan típicos de Shostakovich- mezclados con la tragedia, con un despliegue de intervenciones solistas de casi todos los instrumentos, con diálogos entre ellos. La paleta de colores sonoros es de una riqueza casi infinita. El movimiento final, al que en un principio denominó «La Victoria», concluye con otro gigantesco crescendo de una intensidad tremenda, que, con apariencia alegre, nos recuerda la horrible máquina de guerra del primer movimiento, como queriendo dejar claro que «en una guerra, el ganador también pierde». Posteriormente, tras la muerte de Stalin, el compositor aclaró que esta sinfonía no sólo representa una denuncia a la violencia de la guerra y los horrores del nazismo, sino que también incluía la violencia de las purgas estalinistas y de todo régimen totalitario como el que él había padecido. Valiosa lección.

Eduardo Aisa Melgosa

Sábado 18 mayo 2024 – 19:30h – RIOJAFÓRUM

Orquesta ADDA Simfònica. Josep Vicent, director

Sinfonía nº 7 en Do Mayor, Op. 60 «LENINGRADO», de Dmitri Shostakovich

Enlace de origen : La sinfonía 'Leningrado', una mñusica imprescindible en tiempos de guerra

Scroll al inicio