
Llegó el día de los aranceles. Donald Trump puso este jueves a las doce un mensaje: «Es medianoche!!! Miles de millones de dólares en … aranceles están ahora fluyendo hacia los Estados Unidos de América». Pese al habitual tono infantil del presidente, como de niño de segundo de la ESO que acaba de ganar una partida al Monopoly, este mensajito inaugura un nuevo orden comercial mundial de resultados imprevisibles. Los temidos aranceles acaban de entrar en vigor. Aunque fuentes de la Unión Europea insisten, cada vez con menor esperanza, en que todavía se siguen negociando excepciones, de momento las aduanas estadounidenses gravarán el vino y los productos agroalimentarios del viejo continente con un 15%, un 5% adicional sobre los aranceles-base anunciados en abril y más de un 10% sobre lo que se venía cobrando en la época preTrump de libre comercio. Y no hay visos de que ese porcentaje cambie, al menos a corto a plazo.
Nadie sabe en realidad cómo afectarán los aranceles a las economías de los diferentes países, aunque los augurios no son buenos. La Rioja puede sufrir ese embate de manera sustancial, sobre todo por su impacto en la exportación de vino. Según los datos del Departamento de Aduanas de enero a mayo –último mes disponible–, Estados Unidos es el sexto destino mundial de las exportaciones riojanas. Se trata del primer país no europeo en esta lista de clientes, por delante de Marruecos (36,48 millones). En los cinco primeros meses del año, el valor de las exportaciones riojanas a Estados Unidos superó los 43 millones de euros. El saldo comercial –eso que tanto irrita a Trump– es muy favorable para La Rioja (31,12 millones), aunque no tanto como el que se mantiene con Francia, Portugal o Reino Unido.
En este montante, el peso del vino es más que sustantivo. De enero a mayo de 2025 se distribuyó vino a Estados Unidos por valor de 20 millones de euros (casi la mitad del total de las exportaciones). Los epígrafes siguientes quedan ya a mucha distancia: conservas (8,9 millones), caucho y sus manufacturas (3,6 millones), máquinas y aparatos mecánicos (2,2 millones) y calzado (1,9 millones).
Euro fuerte
En los próximos meses se comprobará cuál es el comportamiento del mercado tras recibir el yugo del 15%. Quizá no sea un porcentaje lo suficientemente alto como para expulsar a un producto de las estanterías –como sí hubiera sucedido con los aranceles del 200%–, pero sí para frenar la expansión del vino en un destino cada vez más apetecible. Estados Unidos se ha convertido en el segundo país de destino de las botellas de la DOC Rioja, tanto por volumen como por valor.
La situación, además, se complica por la concurrencia de un euro fuerte frente al dólar, lo que dificulta aún más las exportaciones, y por el diferente trato dispensado a según qué países.Mientras que la UE (España, Francia, Italia) debe pechar con un 15%, otros grandes productores de vino como Argentina, Chile y Australia se han quedado con un 10%, lo que les garantiza una importante ventaja competitiva. Nueva Zelanda, que en principio contaba con estar en este grupo privilegiado, recibirá finalmente un arancel del 15%, castigo que ha sido recibido entre los vinateros de la isla oceánica con exclamaciones de tragedia.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha citado a todas las comunidades autónomas en Valencia el 17 de septiembre para analizar el acuerdo arancelario. Del mismo modo, el presidente riojano, Gonzalo Capellán, anunció en el Parlamento su disposición a reunirse con los sectores más afectados.
Enlace de origen : La Rioja entra en la era de los aranceles con Estados Unidos como sexto cliente mundial