Desirée es de Pamplona y no había estado nunca en El Rasillo. La de este sábado fue su primera vez. Se acercó al enclave camerano acompañada por Ana, Diego y Rubén, tres amigos de Logroño que sí conocían el pantano y el club náutico, y el plan le acabó conquistando. «Me está gustando mucho, es todo muy cómodo», resaltaba la navarra mientras enseñaba a jugar al mus a algunos de sus acompañantes.
Estos jóvenes son solo un ejemplo de las numerosas personas que eligieron El Rasillo para combatir las altas temperaturas de la primera ola de calor del verano. «Queríamos cambiar de aires y huir de la ciudad, que con este sol es horrible», señalaba uno de los amigos de la pamplonesa. Ellos habían decidido tumbarse al sol con el objetivo de «ponerse un poco morenos», pero el entorno también ofrece muchas sombras a los visitantes. Bajo los árboles, por ejemplo, se situaron Eduard y su familia. Viven en Calahorra, pero siempre que pueden intentan pasar el día en El Rasillo. «Venimos bastante; hay otro pantano yendo hacia a Pamplona (el de Alloz), pero este es mejor», opinó el vecino de la localidad riojabajeña.
Además de su familia, Eduard estaba rodeado por tres perros, ya que el club náutico cuenta con una zona en la está permitido bañarse junto a los canes. «Eso es importante porque podríamos ir a playas cercanas, como San Sebastián, pero allí no dejan entrar con los animales», señalaba uno de los múltiples bañistas que eligieron este sábado el pantano riojano para hallar un alivio contra las altas temperaturas.
El Rasillo no es San Sebastián, pero los servicios resultan muy similares a los de una playa al uso. ¿Hidropedales? Hay para alquilar. ¿Tablas de paddle surf y kayaks? También. ¿Una plataforma en medio del agua con toboganes para los más pequeños? No falta. ¿Un bar para tomarse una cerveza y un restaurante para comer? Muy cerca del agua. ¿Socorristas para combatir cualquier contratiempo? Unos cuantos. Todo lo que tiene cualquier playa, menos las olas y la arena.
El Rasillo contó este sábado con numerosos visitantes.
Sonia Tercero



El resto de los ingredientes los ponen los propios visitantes, muchos llegados desde La Rioja y otros cuantos desde otros puntos de la geografía nacional. Entre los primeros, por ejemplo, se encontraban este sábado varios usuarios de la asociación Igual a Ti que, con la entidad Proyecto Infinito, acudieron al lugar para disfrutar de diversas actividades, como el kayak o la espeleología.
Entre todos esos bañistas se asomaban abundantes ‘tuppers’ con tortilla de patata, macarrones, ensaladas o filetes de pollo empanados. Tampoco había que hacer demasiados esfuerzos para encontrar botellas de agua fresca o cervezas. Y las colchonetas y las palas también se dejaban ver con facilidad en la orilla o unos metros más al fondo.
El pantano, con mucha agua
Así, todo lo necesario para una jornada playera (de interior, eso sí) estaba presente este sábado en el club náutico camerano, donde, además, la gran cantidad de agua que luce el embalse González Lacasa ayuda a que el enclave se convierta en un lugar de referencia durante este verano. «Hacía mucho que no lo veía tan lleno; está siendo un lujo tanto para los bañistas como para nosotros porque nos ofrece la posibilidad de sacar todo el partido posible al complejo», se congratulaba Iván Robles, el actual responsable del club náutico. «Llevamos muy poco en esto: un mes con el restaurante; y con las actividades desde que se inició la temporada», especificaba poco después de que un usuario le devolviera una de las tablas que se ofertan.
Para Robles, el club náutico riojano «no tiene nada que envidiar» a otras opciones para refrescarse como la costa o las piscinas. «Tienes todo en un mismo sitio; tienes montaña, tienes agua y el lugar para tumbarse es precioso», reseñó el responsable del proyecto. «Además, también tienes un bar donde te puedes echar una cerveza si te apetece», apostilló antes de explicar que, entre sus objetivos se encuentra el de organizar eventos variados (este sábado, por ejemplo, hubo una sesión de karaoke) a lo largo del estío.
Para ese fin, el establecimiento hostelero cuenta con una terraza en la que ayer estaba sentado el alcalde de El Rasillo, Rubén Martínez Soriano. «Es una maravilla tener esto en pleno Cameros, en el centro de La Rioja; hay que intentar potenciarlo», afirmó el primer edil del municipio. «Para El Rasillo, esto lo es todo. Es el motor económico del pueblo y animamos a la gente a que venga», sentenció. «Es la playa de La Rioja», concluyó.
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Enlace de origen : La ola de calor en El Rasillo: igual que en la playa, pero lejos de la costa