El tradicional desfile militar con motivo del Día de la Fiesta Nacional se ha celebrado este domingo en Madrid presidido por los Reyes, quienes … han estado acompañados por la Princesa Leonor y la Infanta Sofía en el palco central de autoridades en la Plaza Cánovas del Castillo (Neptuno), donde han pasado por tierra y aire casi 3.900 miembros de las Fuerzas Armadas. Vestido en esta ocasión con el uniforme de capitán general de la Armada, don Felipe y su familia llegaron a la tribuna real a las 11.00 horas, después del Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el almirante general Teodoro Esteban López Calderón; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el presidente, Pedro Sánchez; y el resto de autoridades del Estado.
Tanto a su llegada dos minutos antes que la Familia Real pero sobre todo a la salida, el jefe del Ejecutivo ha recibido pitidos aislados procedentes de las zonas habilitadas al público en general en las inmediaciones de la Plaza de Neptuno. La parada militar ha durado este año una hora y 20 minutos, se ha desarrollado sin incidencias significativas y con la única salvedad de que, debido a la nubosidad existente, se ha reducido el paso de las aeronaves inicialmente previstas en el desfile aéreo.
En clave política, las ausencias más significativas han sido las de las ministras de Juventud e Infancia y Sanidad, Sira Rego y Mónica García, respectivamente, quienes han comunicado su ausencia por estar de viaje oficial en Jordania y Berlín. Rego tampoco acudió el año pasado. Además, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, excusó su asistencia por acudir a los actos por la patrona de Santa Cruz, la Virgen de la Candelaria; el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, no ha ido, como tampoco el valenciano Carlos Mazón, descolgado a última hora por las nuevas alertas meteorológicas en su comunidad; y el lehendakari Imanol Pradales tampoco ha estado presente como viene siendo habitual. El líder de Vox, Santiago Abascal, también se ha ausentado para no compartir espacio con el Gobierno, aunque ha aparecido por las calles de Madrid para criticar al Ejecutivo «corrupto y mafioso» que nos dirige.
El desfile militar se ha realizado a lo largo del Paseo del Prado y el Paseo de Recoletos de Madrid. Más de 1.500 metros desde la glorieta Emperador Carlos V hasta la Plaza de Colón. Ha sido el tercer año consecutivo en el que se realiza esta ruta, ante la imposibilidad de celebrarlo en el Paseo de la Castellana por las obras de soterramiento del tráfico y la complicación material para el normal desarrollo del desfile.
De la Patrulla Águila a la Formación Mirlo
Tras la llegada de los Reyes, se les han rendido honores militares y Felipe VI ha recibido las novedades del jefe de Batallón de Honores. Después, los monarcas han saludado a las autoridades. Luego tuvo lugar el salto paracaidista frente a la tribuna real con la bandera de España a cargo de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (PAPEA).
Los componentes de la PAPEA que han saltado este año fueron el sargento primero Óscar Marsal y su compañero José Carlos González, ambos componentes de la Selección Nacional Militar de Paracaidismo. El sargento primero Marsal ha portado la enseña nacional, de 24 metros cuadrados y 15 kilos de peso. Entró en la PAPEA en 2016 y cuenta con un bagaje de más de 3.389 lanzamientos paracaidistas. De su lado, el sargento primero González, que actúa como guía, entró en la patrulla acrobática en 2018 y ha llevado a cabo más de 3.000 lanzamientos paracaidistas.
A continuación, se ha izado la bandera y se ha llevado a cabo el homenaje a los que dieron su vida por España. Después, tuvo lugar el sobrevuelo con los colores de la bandera española, uno de los momentos más esperados del desfile y que este año ha incorporado una novedad: la Formación Mirlo sustituye a la Patrulla Águila, que se ha extinguido debido a la ‘jubilación’ de los aviones que volaban, los Casa C-101, retirados tras 40 años de servicio en el Ejército del Aire.
La Formación Mirlo, compuesta por instructores de vuelo destinados en la Academia General del Aire y del Espacio de San Javier (Murcia), donde imparte su instrucción militar la Princesa Leonor, vuela con la nueva aeronave de formación de los aviadores, el Pilatus suizo PC-21. Ha estado compuesta por cinco aviones, que incorporan un sistema que permite los humos de color que simulan la bandera nacional, aunque debido a la nubosidad no se ha apreciado mucho.
El borrego Baraka
Tras ella, se ha desarrollado un desfile aéreo limitado por la citada climatología adversa en Madrid. Inicialmente estaba prevista la participación de 45 aeronaves, entre los que destacan cazas, aviones de transporte, de evacuación o de lucha contra incendios, y 29 helicópteros, repartidos en 18 formaciones. A continuación se ha iniciado el desfile terrestre, en el que pasaron 123 vehículos, como acorazados o vehículos pesados de intervención y 39 motos, 229 caballos y seis perros. Este año el Tercio ‘Gran Capitán’ 1º de la Legión ha acudido con un borrego macho de tres años llamado Baraka, que en árabe significa buena suerte.
En total, 3.847 integrantes de las Fuerzas Armadas, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y otras instituciones participaron con uniforme de gala en la parada militar. (200 menos que en 2024). De ellos, 3.323 son hombres y 524 son mujeres (un 13,6%). Al finalizar, los Reyes saludaron a las autoridades militares responsables y participantes en el desfile, se despidieron y se arrió la bandera nacional. Felipe VI, Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía y el resto de autoridades se trasladaron a la tradicional recepción ofrecida en el Palacio Real, que contará con unos mil invitados.
Enlace de origen : La nubosidad limita el paso aéreo de un desfile militar con pitidos aislados a Sánchez