Cada 11 de septiembre los españoles nos ponemos a mirar a Cataluña. Unos con interés, otros con preocupación y otros con indisimulado aburrimiento. La Diada, esa conmemoración convertida en altavoz independentista, ha dado muchos titulares de prensa. Pocos como los de aquel 2012 cuando la marea humana demostró que los que querían dejar España no eran precisamente cuatro locos. Desde entonces, ese intento ha provocado mucho sufrimiento y poco bueno. Y ahora, diez años más tarde, las manifestaciones son mucho más pequeñas, entre otras cosas porque ni los independentistas consiguen ya ponerse de acuerdo en casi nada. ¿El futuro? En otros diez años se lo contamos.
12 de septiembre de 2012
Una victoria (mínima) de España y truchas muertas en el Ebro. Ah, y Cataluña.
Enlace de origen : La Diada de 2012