Yo siempre soy optimista». Cuatro palabras que dicen mucho. Iñaki Sáenz fue uno de los grandes protagonistas en la victoria de la UD Logroñés de este pasado domingo en Zaragoza. Ni fue titular ni marcó gol alguno, pero esos doce minutos que jugó suponían … poner punto y final a 301 días alejado de la competición por una grave lesión en el tendón de Aquiles. El capitán ha vuelto y no quiere perder el tiempo, sino cerrar estos seis meses con el ascenso.
Corría el minuto 53 del partido que la UD Logroñés estaba jugando contra el Barakaldo en Las Gaunas el 17 de marzo del 2024. Iñaki caía al césped en su demarcación, en el lateral izquierdo. Chema Urraca, médico del primer equipo, alertaba al banquillo de la necesidad del cambio. La lesión era grave. «Iñaki está jodido. Es la zona del tendón de Aquiles», desvelaba poco después Diego Martínez. En realidad, estaba roto.
El 26 de marzo, el capitán pasaba por el quirófano en la clínica Intermutual de Bilbao y comenzaba su particular cuenta atrás para volver a jugar a fútbol. Acababa contrato, que la entidad le renovó con celeridad, y sabía que no volvería a jugar ese año o que era muy difícil lograrlo.
Presente
«Estamos exigidos en la clasificación y tenemos que hacer una gran segunda vuelta para colocarnos primeros»
Iñaki Sáenz
«En todo este tiempo he pasado por etapas, por momentos. Ha sido especialmente largo. Veía que la recuperación no avanzaba todo lo que yo quería en mi cabeza, pero es cierto que en otras semanas ha ido mucho más rápido de lo que creía. En todo momento me he refugiado en la familia y en los amigos. Mi mujer y mis hijas han estado siempre a mi lado y han hecho que todo fuera más fácil. Creo que ha sido la base de una buena recuperación, estar con la gente que quieres. Y por supuesto, el vestuario y los servicios médicos. Jamás he sentido que no podía superar la lesión», explicaba ayer al acabar el entrenamiento matinal.
El 30 de marzo aparecía por la ciudad deportiva de Valdegastea con muletas y una bota ortopédica para proteger su tobillo derecho. Y desde entonces, su presencia ha sido habitual en la instalación y en los partidos. Ha seguido ejerciendo de capitán, aunque no luciera el brazalete. «Nunca me he sentido solo. Todos los compañeros, tanto de esta temporada como de la anterior, han estado muy pendientes de mí. Siempre he recibido mensajes interesándose por cómo evolucionaba de la lesión. Estoy muy agradecido al vestuario porque siempre ha estado conmigo. Esa alegría que yo tenía al acabar el partido también la veía reflejada en ellos y es de agradecer», expresaba.
Recuperación
«Estos díez meses han sido especialmente largos, pero nunca me he sentido solo. He contado con familia, amigos y el vestuario»
Iñaki Sáenz
Y es que cuando finalizó el partido en Zaragoza, sus compañeros le ovacionaron en el vestuario. Sonrisas, abrazos y alegría. No se podía pedir más a una mañana de domingo. Lástima de la lesión de Álvaro Barrero. Ese instante, el del vestuario, queda como imagen propia del día, al igual que la de colocarse el brazalete en el minuto 78 para saltar al campo. Despertaba de un mal sueño y con él, el aficionado blanquirrojo. «En ese momento todo fluye, pero ahora que lo comentas me haces visualizarlo y estoy más nervioso que en aquel momento. Cuando piensas en todo lo que has pasado, en todo lo que has vivido, pueden aparecer los nervios, pero también valoras todo mucho más. El brazalete de capitán del Logroñés es muy importante para mí, es un honor. Solo puedo dar las gracias por jugar en el Logroñés y por ese brazalete. La verdad es que durante el partido no me sentí nervioso, pero al acabar sí. Cuando entré en el vestuario tenía muchos mensajes y fui más consciente de que al final todo el trabajo realizado durante diez meses había ‘acabado’. Ahí sí que aparecieron los nervios». explicaba.
Un intenso sábado
Sin embargo, esas imágenes son el final de un largo proceso. Lo vivido en Zaragoza se gestó horas antes, aunque ya llevaba tiempo ejercitándose con el grupo. El club no hizo pública su inclusión en la lista de dieciocho expedicionarios hasta la noche del sábado. «Durante la semana había trabajado con normalidad y existía la posibilidad de que fuese convocado, pero no me dijeron nada hasta pasado el mediodía del sábado. Ya en Zaragoza, Sergio me dio la oportunidad de jugar. Estoy contento, muy contento porque además necesitábamos ganar y lo conseguimos», reflexionaba.
El capitán, con más de 320 partidos con la camiseta de la UD Logroñés, advierte, no obstante, de que necesitará más tiempo para recuperar la versión que la memoria almacena de su juego. «Es obvio que no estoy al cien por cien, pero lo iré cogiendo tanto con los entrenamientos y con los partidos. Ahora mismo estoy en la puesta a punto, con todas las molestias olvidadas, que por suerte han sido mínimas. Ponerme a punto y estar en condiciones de dar el cien por cien y poder ayudar al equipo. Yo siempre estoy dispuesto a jugar todos los minutos y más con esta camiseta, por lo que representa para mí. Ahora vamos a trabajar cada día de cada semana y cada partido. Por mi parte, no hay ningún problema en quemar etapas más rápidamente», señalaba.
Regreso
«Ahora visualizo el momento de colocarme el brazalete en Zaragoza y me pongo nervioso. Para mí es un honor portarlo»
Iñaki Sáenz
Como siempre, Iñaki es ambicioso y aspira a lo máximo que puede alcanzar el equipo en cada ejercicio. Ha sido una constante en su pensamiento, pero no oculta la realidad. «Estamos exigidos en la clasificación y tenemos que ganar más partidos que los equipos que nos preceden. Nuestro objetivo es ir a ganar todos, sin pensar mucho más allá del próximo, pero sí es cierto que tenemos que hacer una gran segunda vuelta para colocarnos primeros», asumía.
De momento, se ampara en el 0-4 de Zaragoza para alimentar esa ilusión. «Yo siempre soy optimista. He estado en lo más alto con el Logroñés y tenemos unos buenos mimbres para conseguirlo. Hemos empezado muy bien la segunda vuelta y creo que enero es muy importante y que conseguiremos reducir más la distancia actual. Tal y como estamos en la clasificación y echando un vistazo al calendario, este mes será determinante. Creo que podemos conseguirlo», sentenciaba. El capitán ha vuelto.
«Sergio lo es todo. Es la figura del entrenador del Logroñés»
La UD Logroñés reúne en este momento a tres símbolos blanquirros. Su mejor entrenador, Sergio Rodríguez, y sus dos jugadores más importantes, Miguel Martínez, hoy técnico, y el propio Iñaki Sáenz. El destino los ha vuelto a juntar y el aún futbolista no duda de su técnico.
«Sergio lo es todo en este club. Es la figura del entrenador del Logroñés. Todo el mundo es consciente de que tenerle en el banquillo implica dar el máximo porque él lo da a diario. Tanto mis compañeros como yo estamos muy cómodos con su forma de entender el juego y su forma de encarar los partidos. Sabemos que él más que nadie va a defender los colores del Logroñés y nosotros tenemos que acompañarle en ese sentimiento», detallaba ayer.
Fe ciega, con un poco de fortuna y la necesidad de tiempo. «Todo entrenador necesita su proceso de adaptación al equipo y en su caso no ha tenido pretemporada. Poco a poco ha ido introduciendo conceptos y la Navidad nos han venido bien porque ha tenido tiempo para inculcar sus ideas sin pensar en que el domingo había partido. El equipo está creciendo, está cómodo y no encaja goles, que es algo muy importante también. Vamos cogiendo su idea», concluía.
Enlace de origen : Iñaki, y la UD Logroñés, recuperan la sonrisa