
«A mí no me llamó el ministro ni nadie de su equipo del Ministerio de Transportes para contratar con esta empresa. Ni hubo indicaciones … a mí, no las hubiera aceptado, ni hubo ninguna orden por mi parte para que se contratara con ninguna empresa en pandemia. Es más, Koldo García ha declarado que no contacto conmigo para las compras a esta empresa», aseguró tajante Ángel Víctor Torres el martes 2 de abril de 2024 en la rueda posterior al Consejo de Ministros.
Pero no fue así. El hoy ministro de Pedro Sánchez, siempre en contacto diario con Koldo, se implicó mucho más allá de sus funciones como presidente autonómico para conseguir que las empresas del conseguidor de la trama Koldo, Víctor de Aldama, fueran beneficiadas por el Gobierno canario. Y no hubo solo gestiones. También hubo presiones a sus funcionarios, sobre todo, para acelerar los pagos de las 12 millones de euros de la venta de mascarillas y acabar así con las reticencias de los técnicos por la falta de «comprobaciones» en esos expedientes. A ello -siempre según la Guardia Civil- se sumaron las maniobras en Madrid para conseguir que la red corrupta tuviera luz verde para otros 4,3 millones de euros en pruebas pcr de antígenos a finales de 2020, una vertiente de este caso bastante menos conocida que la de los tapabocas.
La Unidad Central Operativa (UCO), en las 350 páginas de su último informe, incluye más de un centenar de mensajes de WhatsApp y audios que se cruzaron en la segunda mitad de 2020 el entonces presidente canario y Koldo García, entonces –sobre el papel- un simple asesor del Ministerio de Transportes, pero que en realidad ya estaba cobrando –recuerdan los investigadores- 10.000 euros mensuales de De Aldama por facilitar al empresario contactos con la administraciones socialistas, tanto del Gobierno central como de los autonómicos. Un dinero que luego -según la UCO- se repartía con José Luis Ábalos.
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Y es que la UCO no solo revela en su informe que sí que intervino en esa gestiones sobre material para la covid –y mucho- sino que presionó a su administración y a la Administración para doblegar sus reticencias. Como cuando el 21 de julio de 2020, seis después de la cena en Madrid del 15 de julio en la que –ha revelado la UCO- participaron Torres, De Aldama, Ábalos y Koldo, el presidente autonómico mandó un audio al exportero de prostíbulo para garantizarle que estaba haciendo todo lo posible («Llevo desde el viernes y ayer incluso con el consejero, centrado en este asunto») para vencer la «resistencia» de sus técnicos a hacer «los abonos sin las comprobaciones de las validaciones» o para evitar que sus propios funcionarios «torpedearan» los proyectos.
Esas maniobras fueron particularmente contra Ana María Pérez, directora general de Recursos Económicos del Servicio Canario de Salud (SCS), que era la alto cargo que desde el principio puso objeciones a pagar, hasta el punto de que Ángel Víctor Torres amagó con cesarla («déjame el día de hoy que me voy a cagar en todos los santos con la responsable económica. O lo soluciona o la levanto para el aire»).
Para entonces, el Gobierno canario ya tenía encima de la mesa una carta del 30 de abril de Mercedes Cueto, directora gerente del Hospital Universitario de Canarias, denunciando que, al menos, parte de las mascarillas de Soluciones de Gestión, la empresa de De Aldama, no cumplían con las especificaciones.
«He activado el paso»
Dio igual. Los audios y los mensajes revelan que desde julio de ese 2020 las interferencias de Torres, presionado por Koldo, en los procesos administrativos fueron constantes.
«Yo he trasladado la excepcionalidad de esta factura»; «Esta mierda te la resuelvo sí o sí»; «He activado el paso último de comprobación requerido por los servicios técnico/jurídicos del departamento. Lo tenían todo parado»; «he dado el golpe preciso en la mesa para acabar con esto»; «El Tesoro ingresa los días 20 y los días cinco, pero ya ha dado orden a Antonio (Antonio Olivera, ex jefe de Gabinete del ministro de Torres y exdirector del Servicio Canario de Salud) de que se pague con carácter inmediato»; «estoy haciendo todos los esfuerzos»… Mensajes a Koldo, pero también directamente a Íñigo Rotaeche, mano derecha de De Aldama como administrador de Soluciones de Gestión.
Incluso promesas de todo un presidente de dar explicaciones personalmente al propio Víctor de Aldama por las objeciones que sus propios funcionarios autonómicos estaban haciendo a los pagos de las mascarillas. «Hablaré hoy con la persona que conocí el otro día en el restaurante. Estate tranquilo que estoy haciendo todos los esfuerzos ¿eh?», le envió el hoy ministro del Gobierno de Pedro Sánchez a Koldo.
Pero las mascarillas fueron solo el principio de la implicación personal de Torres (y sus maniobras) para favorecer las empresas que apadrinaba Koldo García. A partir del segundo semestre de 2020 comenzaron los mensajes y gestiones para que Eurofins Megalab SA, la otra empresa de De Aldama y sus tres socios, terminara llevándose, como así se cerró entre finales de ese año y principio de 2021, tres contratos por valor de 4,3 millones de euros para test pcr para los aeropuertos canarios.
Torres, en esa implicación personal para cerrar las adjudicaciones a Megalab, el 18 de noviembre de 2020 llegó a pedir a Koldo el teléfono personal de Víctor de Aldama. Y eso que el ahora ministro siempre ha negado haber tenido relación alguna con el conseguidor. Ángel Víctor Torres, es más, consta en el informe, llegó a mensajearse personalmente con Nacho Díaz, uno de los socios de De Aldama en Megalab, al que le reveló que «había hablado» con Salvador Illa y que había «buena recepción».
Bronca con Illa
En el marco de esos esfuerzos por favorecer a Megalab fue en el que Torres pasó de presionar a sus técnicos a enfrentarse incluso con el entonces ministro de Sanidad, reacio a que Canarias fuera por su cuenta en la desescalada del covid. De esos momentos son el mensaje que dirigió a Koldo de «no hay puta manera con Illa» o las maniobras del presidente autonómico para implicar a Pedro Sánchez como «opción desesperada» para acabar en este caso las reticencias no ya de sus técnicos sino del mismísimo ministro de Sanidad.
«Creo que debo ir y tener o intentar una última reunión con Pedro, José Luis e Illa. Qué te parece?», preguntó el actual ministro de Política Territorial a Koldo a finales de noviembre. El exportero se mostró favorable. Y la reunión supuestamente habría tenido lugar el 5 de diciembre. Torres, Ábalos, Illa y Sánchez volverían a encontrarse tres días después en los actos de la Constitución y a partir de ahí el proyecto de los antígenos empezaría andar. El 10 de diciembre, el director del Servicio Canario de Salud, Conrado Domínguez, cuyo teléfono le había pasado personalmente Torres a Nacho Díaz, le informó que la primera de las adjudicaciones de las tres a Megalab estaba cerrada.
Enlace de origen : «He dado un golpe en la mesa»: las presiones de Torres a sus funcionarios en Canarias y al Gobierno para que favorecieran a la trama