
Primera crisis para el acuerdo de paz de Donald Trump. Veinticuatro horas después del intercambio de los 20 rehenes vivos por casi 2.000 presos … palestinos, Israel y Hamás se acusan mutuamente de incumplir el pacto y aparecen las primeras grietas en el proceso diseñado por la Casa Blanca. El presidente estadounidense anunció en Egipto que «la segunda fase está en marcha», pero la primera no ha concluido y se enfrenta a unos obstáculos que ponen a prueba la solidez del pacto. Hamás no ha entregado todos los cuerpos y los israelíes, como represalia, han reducido la entrada de ayuda humanitaria a la mitad. Además, por primera vez desde la entrada en vigor del alto el fuego, el ejército disparó contra gazatíes que intentaban volver a sus casas y cruzaron la ‘línea amarilla’ a la que se han replegado las tropas. Hubo al menos nueve muertos.
La organización islamista devolvió el lunes solo cuatro de los veintiocho cadáveres de rehenes que dijo tener en su poder. El enfado generado entre las familias de los secuestrados, el Gobierno hebreo y el propio presidente de EE UU se convirtió ayer en mayúsculo. «Los quiero a todos de vuelta. El trabajo no está terminado», exclamó ayer Trump desde la Casa Blanca. Israel, por su parte, declaró que los islamistas no habían realizado esfuerzos «significativos» para localizar los restos antes del primer intercambio.
La presión pudo tener su efecto anoche. Hamás anunció la devolución a partir de las 22.00 horas (nueve de la noche en España) de los cadáveres de cuatro rehenes más, así como la posible entrega de otros tantos cuerpos durante esta mañana. La Cruz Roja envió algunas ambulancias a la Franja para hacerse cargo de los restos, que posteriormente fueron trasladados al instituto forense para confirmar las identidades de los fallecidos.
La propia Cruz Roja adelantó que podría tomar «mucho más tiempo» recuperar a los cautivos restantes «debido a las condiciones en Gaza», pero Israel no tuvo paciencia y decidió castigar a Hamás. Los dirigentes hebreos aceptaron la recomendación de las fuerzas de seguridad y decidieron retrasar la apertura del paso de Rafah para peatones –previsto hoy– y reducir el flujo de la entrada de ayuda a 300 camiones, cuando el pacto establece 600 vehículos. Los militares mantienen el control total de los accesos por tierra, mar y aire a la Franja, y el bloqueo sirve de arma de presión contra los islamistas.
Las autoridades israelíes, tras realizar los análisis pertinentes, anunciaron que los primeros cuatro cuerpos devueltos el lunes pertenecen efectivamente a cuatro cautivos. En la plaza de los Rehenes de Tel Aviv, los allegados levantaron una sección especial con las fotos de los 24 secuestrados asesinados que faltan por regresar en una especie de bosque construido con banderas de Israel. «Tienen que devolver los cuerpos de manera inmediata porque sin ellos no podemos decir que todos han vuelta a casa. Inmediatamente», explica Zehavit Blumenfeld, uno de los rostros casi permanentes en la plaza desde el comienzo de las movilizaciones. El contador que marca los días de secuestro desde el 7 de octubre sigue en marcha.
Fueron necesarios dos años, la presión del presidente estadounidense y los mediadores para aceptar un acuerdo de intercambio de rehenes por presos y detener la guerra, pero a la vista de los puntos que quedan por delante, esa parece que ha sido la parte sencilla. Israel exige el desarme de Hamás y la desmilitarización de la Franja. Es un tema complicado de lograr. Lo que han hecho los islamistas en los últimos días ha sido salir de los túneles y volver a imponer su ley en el territorio del que se ha retirado el ejército. Hamás ha lanzado una campaña brutal contra aquellos a quienes acusa de haber colaborado con el Estado hebreo.
Si no hay desarme, el escenario al que se asoma la organización en Gaza es parecido al del Líbano, donde Israel tiene un pacto con Hezbolá, pero la milicia chií no deja las armas y sufre ataques diarios contra sus miembros y depósitos de armas. Israel ha cedido la mitad de la Franja en esta primera fase y, para que se retire del todo, exige el desarme total.
Trump lanzó una advertencia desde Washington para que los milicianos no jueguen con este asunto. «Les hemos dicho que queremos desarmarse, y se desarmarán. Y si no se desarman, los desarmaremos, y será rápido y quizás con violencia, pero se desarmarán», subrayó el presidente estadounidense, quien añadió que, llegado el caso, la operación «se haría en un periodo de tiempo razonable». «Ellos saben que no estoy jugando». concluyó.
Quince tecnócratas
El difuso plan de paz plantea el establecimiento de una fuerza internacional y la creación de un comité de gobierno temporal, cuyo trabajo sería supervisado por una ‘Junta de paz’ internacional, liderada por el propio presidente de Estados Unidos. Badr Abdelatty, ministro de Exteriores de Egipto, adelantó que ya han elegido a quince tecnócratas palestinos para administrar Gaza y que la lista cuenta con la aprobación de Israel, Hamás y el resto de facciones de la región.
«Necesitamos desplegarlos para que se encarguen de la vida diaria de la gente. La junta debe apoyar y supervisar el flujo de fondos y recursos económicos que llegarán para la reconstrucción», dijo el jefe de la diplomacia egipcia. Abdelatty quiso dejar muy claro que, pese a tener ahora mismo el control de las calles y las armas, Hamás «no tienen ningún papel en el período de transición. Se han comprometido con eso».
El primer ministro palestino, Mohamed Mustafa, también se refirió al futuro político de la Franja y aseguró que «el cese de la guerra por sí solo no basta para poner fin a la tragedia. La verdadera garantía de paz y seguridad, así como de evitar que se repita lo ocurrido, radica en empoderar al Gobierno palestino para que desempeñe plenamente sus responsabilidades». El problema es que Israel no acepta que la Autoridad Nacional Palestina extiende su poder a la Franja por lo que su rol está en el aire.
Mientras se mantiene el pulso, los gazatíes necesitan ayuda urgente para intentar rehacer sus vidas en medio de los escombros. Los camiones de ayuda que han entrado en los últimos días solo alcanzan las partes del centro y sur de la Franja. Los camiones no pueden llegar al norte porque las carreteras están destruidas.
Enlace de origen : Hamás entrega los cuerpos de cuatro nuevos rehenes tras restringir Israel la ayuda a Gaza