Hamás asumió este jueves el «fin oficial de la agresión de las fuerzas de ocupación israelíes contra la Franja de Gaza». Su principal líder y … negociador del acuerdo en Egipto, Khalil al-Hayya, anunció a última hora de la tarde que «se ha alcanzado un acuerdo de alto el fuego permanente». La organización, añadió, ha recibido «garantías» de los enviados estadounidenses y de los mediadores árabes y turcos de que «la guerra ha terminado completamente».
La declaración de Al-Hayya cerró una jornada de vértigo en la que israelíes e islamistas discutieron sobre los últimos flecos del acuerdo de alto el fuego cerrado en la ciudad egipcia de Sharm el Sheikh. El Consejo de Seguridad y el Gobierno hebreos celebraron largas reuniones para ratificarlo. La de los ministros continuaba al cierre de esta edición, aunque Netanyahu contaba con una mayoría sólida para refrendar el pacto. Las únicas objeciones procedían de su ala ultraderechista.
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Por primera vez desde la tregua de marzo, las armas callarán en Gaza. Pero, eso sí, después de nuevos bombardeos que castigaron Gaza City y dejaron medio centenar de muertos. El ejército reconoció a última hora del jueves que la fuerza aérea bombardeó el barrio de Sabra para eliminar una «célula» de Hamás que «representaba una amenaza inmediata» para las tropas. El ataque derrumbó un edificio bajo el que quedaron atrapadas 40 personas. Al menos otros cuatro cadáveres fueron rescatados.
Con el fin de este infierno se pondrá en marcha la primera fase de un compromiso que contempla el intercambio de los 48 rehenes aún en manos de Hamás -20 de ellos con vida- por 2.000 presos palestinos, la entrada de ayuda humanitaria -con permiso inicial de 600 camiones diarios- y el repliegue de las fuerzas israelíes a las líneas delimitadas por EE UU dentro de Gaza. Si todo avanza según lo previsto, el lunes apunta a ser el día clave para el canje.
«Gracias, Trump. Quien salva una vida, salva al mundo», rezaba uno de los muchos carteles de agradecimiento al presidente de Estados Unidos en la plaza de los Rehenes de Tel Aviv. Desde las tres de la madrugada, cuando se hizo público el acuerdo entre Hamás e Israel, comenzó a llegar gente a esta plaza que ha sido el epicentro de la protesta civil que, durante dos años, sin descanso, ha pedido la liberación de los cautivos. Uno de los primeros familiares en llegar fue Itzik Horn, padre de Iair, liberado en el acuerdo anterior, y de Eitan, quien volverá a casa ahora después de más de dos años de cautiverio. «Espero ver a Eitan y a los demás el lunes. Entonces me creeré de verdad lo que está pasando», declaró Horn.
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El pacto permitirá que 600 camiones de ayuda humanitaria entren a diario en el territorio
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Israelíes e islamistas se muestran victoriosos, aunque ambos han cedido a la presión de Washington
La noche fue muy larga y la alegría se extendió desde los escombros de Gaza hasta el corazón de Tel Aviv. Después de cuatro días de intensas negociaciones en Egipto, la presión de Donald Trump obligó a ceder a las dos partes y él mismo anunció en redes sociales que aceptaban «la primera fase de nuestro Plan de Paz. Lo que significa que los rehenes saldrán muy pronto e Israel retirará sus tropas a las líneas delimitadas como primeros pasos hacia una paz fuerte y duradera». El presidente anunció su intención de viajar a la región en los próximos días para la «firma oficial» del acuerdo en una doble visita a Egipto e Israel, donde hablará en el Parlamento.
Trump agradeció el papel de Catar, Egipto y Turquía como mediadores. El primer ministro israelí aseguró que se trata de «un gran día» para su país y, ante las informaciones de Egipto sobre el cese de hostilidades a mediodía, el embajador hebreo en Estados Unidos, Yechiel Leiter, aclaró que había que esperar a que el gabinete ratificara el acuerdo.
Un joven palestino reparte caramelos entre los niños del campamento de Nuseirat para festejar el alto el fuego.
AFP

Cesiones por los dos bandos
Hamás confirmó en un comunicado que este pacto significa «el final de la guerra en Gaza, la retirada de las tropas de ocupación, la entrada de ayuda humanitaria y el intercambio de prisioneros». Ambas partes tratarán ahora de mostrar una imagen de victoria ante los suyos tras dos años que dejan casi 68.000 muertos y la destrucción absoluta de la Franja, pero las dos han tenido que ceder ante la presión de Trump.
Hamás acepta liberar a todos los secuestrados sin lograr la retirada del ejército, que seguirá controlando el 53% del territorio hasta que se entregue al último de los cautivos y sólo después se retirará hasta la denominada «zona de contención», en los límites de la Franja. Y las garantías principales sobre el «el final de la guerra» están en manos de Trump, quien en marzo no movió un dedo cuando Netanyahu rompió de forma unilateral el acuerdo por fases al que llegaron en enero.
Los israelíes también han tenido que ceder y parar sus operaciones sin haber acabado con los islamistas, el mantra que repetían las autoridades para justificar el uso máximo de la fuerza. Hamás ha sido descabezada, ha perdido a los cerebros de la masacre del 7 de octubre, pero fuentes militares hebreas declararon en mayo a medios como ‘Haaretz’ que el enemigo contaba con una fuerza de 40.000 hombres, la mitad de ellos combatientes.
El brazo armado del grupo ha logrado reclutar suficientes milicianos nuevos para compensar las bajas, lo que mantendría su fuerza relativamente estable, aunque se trata de combatientes sin apenas entrenamiento. Netanyahu tampoco ha logrado que sus soldados y servicios de Inteligencia liberaran a los cautivos en operaciones especiales y ha tenido que aceptar el intercambio para que abandonen la Franja de forma segura. Quedan muchos enigmas por resolver, como el papel que jugará Tony Blair en un futuro gobierno de transición, cómo se formará la fuerza internacional que se desplegará en Gaza, cómo y cuándo entregará sus armas Hamás, todos ellos puntos del plan de paz de Trump.
Hamás recibirá a 2.000 presos, pero entre ellos no estará ninguno de los milicianos que participaron en la operación ‘Inundación de Al Aqsa’ el 7 de octubre de 2023. Los islamistas se habrían comprometido además a no celebrar ningún tipo de ceremonia en la entrega de los rehenes, según el Canal 12 israelí. La confección de la lista final se suele cerrar en el último instante, como ocurrió en anteriores intercambios. Marwan Bargouthi, el carismático líder de Fatah condenado a cinco cadenas perpetuas, seguirá entre rejas pese a la petición de Hamás.
Los islamistas reclamaron tiempo para poder recuperar los cuerpos de algunos rehenes. Otros no podrán retirarlos porque se encuentran en zonas bajo control del enemigo y por eso se planea establecer un grupo de trabajo conjunto -formado por Israel, Estados Unidos, Catar, Turquía y Egipto- creado para localizar los cuerpos de los cautivos fallecidos cuyo paradero se desconoce. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó su interés en participar además en el grupo de trabajo que supervise el alto el fuego y la implementación de sus cláusulas.
La entrada de ayuda humanitaria es otro punto clave de la primera fase. Naciones Unidas declaró la situación de hambruna hace más de un mes. Su plan para los primeros 60 días tras la entrada en vigor del alto el fuego pasa «por aumentar el suministro a cientos de camiones cada día».
Enlace de origen : Hamás dice que ha recibido «garantías» de que la «guerra ha terminado por completo»