A Francisca Castañares Ibáñez, ‘Paca’, le gusta la fruta, sobre todo los paraguayos. Trabajó en el bar familiar y en la fábrica Muebles Salcedo. Presumida, usa a diario la crema facial Cebid y luce colgantes de la Virgen del Carmen y el Sagrado Corazón de Jesús. Le gusta ver las telenovelas de Nova y ‘Pasapalabra’. No tendría demasiado de particular si no fuera porque Paca tiene 107 años. Los celebró este miércoles con una comida familiar y un chocolate con bizcochos con los vecinos al que invitó el Ayuntamiento de Torrecilla en Cameros, donde vive.
Su secreto de longevidad es «estar siempre activa, en casa me caliento la comida que me trae mi sobrina María Jesús, voy de un lado para otro con el tacatá… No me gusta estar parada. El caso es estar entretenida». Aunque sale a pasear un par de horas diarias, Paca confiesa que está mejor en casa. «Son muchos años ya y me cansa salir a la calle», reconoce. Cuerpo y mente le funcionan bastante bien para su edad. «Mientras tenga bien la cabeza, bien va la cosa», admite. Confiesa que le duelen las caderas, pero cabe señalar que se ha fracturado las dos, con 95 y 102 años.
«No como mucho pero me gusta todo», subraya. Sus sobrinas indican que, además de la fruta, bizcochos y yogures son algunos de sus caprichos. Así ha logrado ser la más mayor de su familia ya que, de siete hermanos, solo quedan vivos ella, que fue la primera hija, y el menor, ya con 89 años. Soltera y sin hijos, cuenta con sorna que no se casó porque «los que me daban no quería y los que quería no me daban». Y presume de que «todo el mundo me conoce y a muchos no los conozco yo» porque todo el pueblo ha acudido a la plaza a celebrar su cumpleaños.

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Francisca posa con María Jesús, una amiga y Beatriz, en Torrecilla en Cameros.
Justo Rodríguez
María Jesús Castañares, hija de un hermano de Francisca, asegura que ella «es muy suya». A esto, como para confirmar involuntariamente lo que asevera su sobrina, Paca expone: «Cuando le digo: «¿Por qué no me moriré? Se enfada. ¿Pero qué hago yo aquí ya?»». A lo que la sobrina responde: «El que no se quería morir, se murió, y la que se quiere morir, no se muere. Si estamos aquí es por algo así que hay que vivir con ganas y alegría». María Jesús revela un secreto que Paca no soltaba: «Toma mucha miel, le echa miel a todo».
Lo que no destaca nadie es el humor y la despreocupada sinceridad de Paca. A una mujer gruesa que le felicita el cumpleaños le pregunta cuántos bizcochos se ha comido, le responde que dos y le espeta: «Pues no los necesitas». Metódica, mujer de costumbres, con fuerza de voluntad o tozuda, el caso es que Paca es un ejemplo de sana longevidad. «Cuando se rompió la primera cadera, al mes estaba ya en su casa», recuerda María Jesús. Beatriz Sainz, esposa de otro sobrino, describe que «tiene su genio, hace lo que quiere».
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Enlace de origen : El secreto de Paca, riojana de 107 años: paraguayos, miel y 'Pasapalabra'