Martes, 1 de octubre 2024, 20:48
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Una de las fortalezas de las fiestas arnedanas es que se asientan sobre los firmes cimientos de la tradición. Un legado que cuidan en enseñar, compartir y contagiar de generación en generación, desde la herencia religiosa alrededor de los santos patronos que fundamentan estas fechas grandes hasta lo más lúdico, como el ambiente y actividades de las peñas, del toro en la calle tan del gusto en la ciudad, las degustaciones que tanta gente reúnen…
La penúltima jornada de las fiestas patronales por San Cosme y San Damián de Arnedo fue este martes un claro exponente de cómo los arnedanos cuidan de la cantera y le muestran el camino a seguir para disfrutar de sus fiestas: el programa guardaba para los niños citas específicas como una suelta exclusivamente chiqui en el Arnedo Arena o el pasacalles infantil de los Lubumbitas, además de la aventura con Gorgorito, el concurso del mayo, talleres infantiles…
Es cierto que se ha ido mucha gente, unos por vacaciones, otros por quehaceres laborales en el mundo extra festivo, muchos jóvenes por obligaciones estudiantiles muy a su pesar… En la suelta de reses bravas que abrió el día de ayer en la calle República Argentina, que tardó casi un cuarto de hora en comenzar, ya no se arremolinaban decenas de jóvenes con cara de no haber dormido alrededor de la música de un conocido bar. Ya ocurrió en la del lunes. Andarían en clase. Es cierto que había huecos inusuales por el vallado. También en la grada. Pero quienes estaban, estaban. Citaban a las reses mayores bajo la mirada de los pequeños, habituales recortadores locales arrancaban aplausos por sus quiebros y valentía cerca de las astas… Y quien paseaba por el vallado recibía invitaciones constantes a desayunar o almorzar. O a echar un trago. Pura tradición e identidad arnedana.
Tras el cohete final, camino del Arnedo Arena, donde decenas de pequeños esperaban ansiosos su turno en las sueltas mientras operarios de la brigada municipal terminaban de acicalar el coso. Fue la suelta con menos público en la grada… la gran parte de aficionados estaba en el coso. Alguno con algún susto y golpetón.
Vuelta a las calles en un mediodía en el que el sol peleaba un sitio entre nubes, que parecía aspiraban a regresar a los cielos con el final de las fiestas como lo hicieron en su principio. Cientos de familias ayudaban a Gorgorito ante un concilio de brujas, los más jóvenes de La Chispa unían sus manos al reparto de 2.000 raciones de suelas de jamón en la Puerta Munillo, la Asociación del Casco Antiguo repartía los billetes para retarse ante el mayo… y la charanga de Makoki ponía ritmo festivo a temas infantiles. Era el pasacalles de los Lubumbitas, que llenó de alegría el mediodía. A su paso, los mayores veían en ellos los herederos de estas fiestas, que este miércoles llegan a su final, una despedida que van a vivir al máximo arnedanos de todas las edades.
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Enlace de origen : El programa de fiestas de Arnedo se hizo 'chiqui'