Cuarta sesión de juicio por el crimen de Cuzcurrita y el hijo de la víctima ha relatado que era habitual que su padre llevara dinero encima porque le gustaba pagar en mano. Al parecer, era ‘vox populi’ que tenía dinero escondido en casa, donde guardaba la recaudación del restaurante.
El hijo había retomado la relación con Guillermo Castillo después de que falleciera su madre. Antes, estuvieron diez o doce años, no ha sabido precisar, sin hablarse. Habían tenido algunas discrepancias laborales y diferencia de opiniones.
Este testigo ha detallado que de la muerte de su padre se enteró al día siguiente, el 2 de mayo de 2023. Su hermana le llamó para darle la fatal noticia. Estaba en el camión entrando en el País Vasco. Un día antes, como casi todos los días, pasó por Cuzcurrita, por delante de la casa de su padre. Eran las 23.30 o 23.35 y no había luz, así que ni paró ni entró para no molestarle.
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Un amigo del hostelero, a quien ha definido como «segundo padre» ha sido otro de los testigos clave de la jornada de este jueves. Durante su intervención, ha relatado que días después de la detención de los acusados, como ya había trascendido que la novia de uno de ellos era de Pradillo, acompañó a Yolanda Castillo, con quien mantenía una relación sentimenal, y otro amigo de la familia a la localidad camerana. «Yolanda estaba inquieta, no aguantaba más», así que «removimos Roma con Santiago porque Yolanda no podía con su vida».
Una vez en Pradillo, en el bar del pueblo, ha contado que vio a una mujer «sola, preocupada», le llamó la atención y le preguntó si se encontraba bien. Se sentó junta a la «chica» y «yo muy amable» empecé a hablar y ella se desplomó. Era la novia de C.S.R. y en un principio le confundió con el traficante de Lardero, él lo negó y poco después empezó a decirle que su pareja había venido preocupada porque creía que «le habían matado», «en un pueblo de Cuzcurrita», «que le han cogido y le han matado, que era un hombre muy malo del pueblo, que nadie le quería». Ella, además, dijo que habían utilizado su coche y su móvil, y que le había advertido a C.S.R. que no tenía que haberse juntado con esa persona, por A.D.G.
El testigo, a preguntas de la defensa de C.S.R., ha asegurado que «había gente que constantemente quería hacerle daño» y que todo comenzó con el robo, diez meses antes, de un vehículo propiedad de Guillermo Castillo en la plaza del Campillo, en Cuzcurrita, donde vivía el hostelero. El coche apareció tiempo después en Logroño.
En la misma sesión ha declarado un amigo de la familia, aunque hacía siete meses que habían roto la relación, también por un desacuerdo laboral y «malas formas». Al igual que el hijo, ha relatado que Guillermo solía guardar el dinero de la recaudación del restaurante en casa, en una caja fuerte en la despensa. Una recaudación que había mermado algo en los últimos tiempos porque era habitual que los comensales pagaran en tarjeta.
En su caso se enteró de la muerte del hostelero por un amigo que le llamó sobre las 11.00 horas del 2 de mayo. También se dedicaba a la restauración, pero en Casalarreina.
En la sala también se ha leído un oficio del sargento del grupo de delitos contra la persona de la Guardia Civil para informar a los miembros del jurado sobre el paradero del testigo protegido que, según han relatado, se encuentra trabajando en Francia, aunque habría sido imposible contactar con él.
Entre otros, también han declarado tres trabajadores del restaurante de Guillermo Castillo y de él todos han destacado que era muy buena persona y generoso. A preguntas de las partes, dos de ellos han afirmado que no tenían contrato y que era la hija la que les pagaba en mano.
La Fiscalía pide para cada uno de ellos de 23 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento y cuatro años más por robo con violencia en casa habitada para C. S. R. y cuatro años y nueve meses en el caso de A. D. G.. En total, 27 años y 27 años y nueve meses de internamiento, a los que el Ministerio Público suma otros diez años de libertad vigilada y una indemnización a los dos hijos de la víctima cifrada en 300.000 euros. Mientras, la acusación particular que encabezan dos abogados solicitan la prisión permanente revisable para ambos por los delitos de asesinato consumado, robo con violencia, con el agravante de alevosía y ensañamiento; robo con violencia y organización criminal, con el agravante de armas. Las defensas piden la absolución.
Enlace de origen : El hijo de Guillermo Castillo asegura que su padre solía llevar mucho dinero encima