El gasto militar, fuente de conflictos en el seno del Gobierno de coalición

Las tiranteces llegaron, primero, por parte de Unidas Podemos, cuya líder –la entonces ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra– tildó al PSOEde «partido de la guerra» después de que Moncloa destinara, por la puerta de atrás durante la negociación de los Presupuestos Generales del Estado de 2023, la concesión de un crédito de más de 1.000 millones de euros para aumentar el gasto en el departamento de Margarita Robles. Este pulso tuvo su cénit cuando Madrid acogió, en Junio de 2022, la cumbre de la OTANy, especialmente, cuando Defensa decidió enviar una decena de carros blindados Leopard al frente ucraniano, que no fue bien visto por los morados.

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Con la entrada de Sumar en el Ejecutivo, ahora son los de Yolanda Díaz los que han heredado la posición antimilitarista en el Consejo de Ministros. El asunto genera incomodidad a la vicepresidenta segunda, que no respalda la decisión del presidente del Gobierno de aumentar este gasto hasta alcanzar el 2% del PIB, como reclama la OTAN –una cifra aún lejos del 5% que exige el presidente estadounidense, DonaldTrump–.

De hecho, en abril del año pasado, en plena campaña electoral en el País Vasco y a pocas semanas de las catalanas y las europeas, los ministros de Sumar llevaron su protesta al Consejo de Ministros por una nueva partida de 1.129 millones de euros para el Ministerio de Defensa. Unas discrepancias que, entonces, minimizaron desde elPSOE.

El último capítulo de este enfrentamiento en público se produjo el pasado octubre, cuando Sumar se desmarcó del PSOEy se alineó con el PPal votar a favor de reformar la Ley de la Defensa Nacional para que las misiones militares en el exterior y el envío de armamento se sometan a la votación del Congreso.