Quizás por su nombre y apellidos, Basilio Martínez Vallanos, algunos no caigan, pero si se habla del «antiguo propietario del bar Colón y creador del festival de la chuleta al sarmiento», tal y como rezaba en su esquela esta misma semana, la cosa ya cambia.
‘Maese’ Basilio, como popularmente se le conocía, ha fallecido esta semana en Logroño a los 86 años de edad, y con su adiós no pocos han recordado aquellos maravillosos tiempos, los que entre 1966 y 1976 marcaron San Mateo dejando una huella recuperada en 2009 en forma de ‘exaltación’ y que actualmente se consolida edición tras edición.
‘Maese’ Basilio tras la barra del Colón en una imagen de archivo de 2002.
La Rioja

«Durante once años, las fiestas mateas tuvieron un memorable preludio en el Festival de la Chuleta, una iniciativa de Basilio Martínez que año a año fue creciendo en kilos de carne y en dimensiones frente al bar Colón, regentado por su familia en la calle del mismo nombre. Fueron once ediciones en las que ‘Maese’ Basilio, conocido así por su vinculación con el mundo gastronómico, nunca cató ni una chuletilla», escribía en 2005 Diario LA RIOJA en una entrevista a modo de homenaje, si bien las referencias al personaje y su obra son frecuentes en la hemeroteca de este periódico.
Basilio nació en 1939 en la Ruavieja, «en un palomar donde mis padres entraban agachándose», recordaba entonces. Con 12 años, «como no había dinero para seguir estudiando», se puso a trabajar en el bar que su padre (también llamado Basilio), acababa de abrir en la calle Colón.



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Allí estuvo 52 años, hasta su jubilación, alternando su actividad con otras barras y comedores, como los de la Universidad Laboral o la Feria Internacional del Campo. «Entonces el bar era una taberna, a las afueras de la ciudad, donde la gente iba con su meriendita», completaba su testimonio.
Cuentan las crónicas de entonces que cada año, en la calle Colón se daban cita cincuenta cuadrillas, de cuatro personas cada una, en torno a los humeantes sarmientos… y les acompañaban los cientos de logroñeses y visitantes de todos los rincones del país que también degustaban este preciado bocado del costillar del cordero.
Y es que al margen del concurso, donde Endañeta o los Otaola forman parte ya de la leyenda, había otras 80 parrillas para «surtir» a todo el que se acercase. Tanto que se llegaron a servir hasta 2.800 kilos en dos horas, amén del récord establecido por una cuadrilla, de cuatro, «que se comió hasta 12 kilos» o que un año el premio fue un Seat 600 por gentileza de Simago.




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La actual ‘exaltación de las chuletillas asadas’ rememora a la par que actualiza cada fiestas de la Vendimia riojana una cita que los logroñeses no olvidan y que llegó a la ciudad de la mano de Basilio, promotor de un tipo de evento, los «festivales», que hasta entonces no se asociaban con la gastronomía.
‘Maese’ Basilio, por tanto, creó tendencia desde la barra del Colón y, llegado el momento de su adiós, su barrio, con carroza propia durante el desfile de San Mateo también por su obra y gracia, recuerda lo mucho vivido y compartido en torno a una de nuestras señas de identidad gastronómicas (suculento bocado donde los haya).
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Enlace de origen : El adiós a 'Maese' Basilio recuerda aquellas maravillosas chuletadas