No se puede acampar en El Espolón. Está prohibido. Pero las asociaciones Amistad por Palestina y Acampada por Palestina tienen la sana intención de quedarse de ronda permanente por el entorno. «Si hace falta dormiremos de pie, hay que responder y, si nos turnamos, aguantaremos», describió Tirso Irigoyen, uno de los representantes de estas dos organizaciones que quieren despertar el empuje de una sociedad saciada del horror en Gaza.
Desde este miércoles, todos los días, a las 20.00 horas, habrá una asamblea frente a la Delegación del Gobierno. Allí se irán recopilando ideas y acciones para seguir mostrando el desacuerdo por una causa que «es de total gravedad en este momento histórico». «Se pretende acabar de un plumazo con los Derechos Humanos y no podemos ser cómplices. La humanidad no puede quedarse sin valores ante la injusticia», agregó Irigoyen.
Sonia Tercero

«No hay ninguna duda de lo que está pasando en Gaza, después de 67.000 palestinos asesinados, entre ellos casi 18.000 niños, más de 14.000 desaparecidos entre escombros y en cárceles, así como más de 12.000 heridos y mutilados, y 2 millones de desplazados», expuso este activista.
Las asociaciones invitan a la sociedad civil a unirse a la condena por la masacre y el bloqueo de Gaza
Ambas asociaciones se aferran a que encuestas recientes estiman que un 70% de la sociedad está en contra de la matanza de personas, el asedio de un pueblo, la gestión del hambre, las necesidades básicas y también de la aniquilación étnica. Es por eso que ambas asociaciones confían en ejercer de imán de ese impulso social para atraer adhesiones y demostrar que con medidas concretas se puede parar una barbarie que estos momentos es muy difícil de digerir.
«Imparable y hermoso»
«Esto nos puede llevar a convertirnos en un movimiento imparable y a la vez hermoso en el que la sociedad civil unida diga ‘¡No!’ a la barbarie. Hay que reaccionar. La ONU ha lanzado una alarma por la inminente muerte de miles de niños y niñas en Gaza por la hambruna. No creo que nadie pueda decir que está de acuerdo».
Dos centenares de personas se dieron cita este miércoles en el primer acto. Carteles, leyendas, banderas, familias palestinas… Muñecos ensangrentados sobre una bandera palestina. Junto a La Rosaleda del Espolón, donde los amigos jugaban partidas de ajedrez, las organizaciones que buscan parar la masacre ordenada por Israel también trazan sus acciones sobre un tablero en el que el simbolismo resulta, al menos, tranquilizador, para no sentir que no se hizo nada o se miró a otra parte ante la barbarie.
«La ONU avisa de que miles de niños pueden morir de hambre de manera inmediata. Hay que reaccionar»
Amina Achek, otra de las voces asociativas, puso de manifiesto que hay que «hacer partícipe a la sociedad para ver cómo se gestionan acciones contra este genocidio. Los gobiernos tienen que activar medidas comerciales que sirvan para frenar la actitud de Israel. Se trata de decir que no estamos de acuerdo», significó.
Julio Orellana, otro de los asociados, puso su voz contra «el genocidio perpetrado por el gobierno sionista de Benjamín Netanyahu. Hay que denunciar estos hechos, tanto a él como a sus socios imperialistas. No se sostiene la matanza ni el horror. Se está matando por terror», expuso vívidamente.
El espíritu de esta concentración seguirá viva frente a la Delegación del Gobierno «hasta que dejen de matar en Gaza, termine el asedio del hambre y se permita el acceso a la ayuda humanitaria», precisaron las organizaciones.
Denuncian que la UR colabora con un centro de investigación israelí
El Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino de la Universidad de La Rioja (formado por personal docente, investigador, técnico, de gestión, de administración y estudiantado) denunció este miércoles la participación de la UR en un proyecto de investigación liderado por Technion, centro público de investigación israelí «implicado en la estrategia de exterminio por hambre y bombas en Gaza». En tales términos se expresó ayer la entidad de ayuda a Palestina, que recordó que la Universidad de La Rioja «se comprometió a seguir la política de CRUE en relación con el genocidio en Palestina» y, en particular, en la colaboración con entidades israelíes. Según dicho acuerdo, se deben «revisar y, en su caso, suspender los acuerdos de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes que no hayan expresado un firme compromiso con la paz y el cumplimiento del derecho internacional humanitario».
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Enlace de origen : Dormir de pie contra el genocidio