«Buenos días, vengo a la rueda de prensa». El recepcionista del hotel Novotel de la madrileña calle O’Donnell señala con desdén una … escalera que lleva al sótano -1. La pregunta no era necesaria, un reguero de periodistas, cámaras y fotógrafos desciende como un río hasta la planta inferior entre gritos de «¡Ya ha llegao!». Turistas y huéspedes curiosos observan la escena, móvil en modo grabación en alto, mientas piensan que en el recinto donde se alojan se va a presentar el último fichaje del Real Madrid. Nada más lejos de la realidad, la persona que levanta tanta expectación es Leire Díez.
Exmilitante socialista, exconcejala del municipio cántabro de Vega de Pas, ex directora de Filatelia y Relaciones Institucionales, licenciada en Ciencias de la Información; «socialista y periodista», «ni fontanera, ni cobarde», en sus propias palabras; pero, sobre todo, una persona muy puntual. La hora prevista de inicio eran las 10:00 h., pero son las 9:33 y Díez ya se mantiene impertérrita frente al enjambre de hasta 19 micrófonos que la rodean y el claqueo de los obturadores de las cámaras que la apuntan. «No empezamos hasta las diez, por favor», dicen algunos cámaras, con la señal ya comprometida con sus cadenas. Así permanecerá durante media hora mientras sostiene la mirada a los fotografos y ojea, de vez en cuando, los papeles que ha traído.
«Muchas, muchas gracias por vuestra asistencia. Creo que no necesito explicar quién soy», señala antes de explicar que los audios filtrados en los que se la escucha intentado hacer gestiones contra altos funcionarios públicos son parte de un libro que está realizando como periodista, que escribe como un trabajo de investigación que lleva a cabo en nombre propio, y que no trabaja para el PSOE.
En un momento de la comparecencia Díez parece otear a alguien entre los asistentes, recoge sus papeles y se levanta. Entonces se desencadena el caos, las carreras e incluso grítos. La persona a la que miraba la exmilitante del PSOE es el empresario Víctor de Aldama, empresario investigado por la trama de hidrocarburos y por el ‘caso Koldo’, que irrumpe a su lado entre gritos de «sinvergüenza» y «di la verdad».
«Se van a enterar»
Lo que se desencadena tras a aparición sorpresa es difícil de narrar. Todos los cámaras se levantan mientras Leire huye por un lado y Aldama la persigue. Los periodistas intentan acercarse a la escena formando una avalancha humana que acaba tumbado una mesa donde se encotraba una docena de botelas de agua mineral de cristal, que acaban hechas añicos en el suelo. «Estaba haciendo un directo y me han arrastrado, lo hemos flipado», relatará posteriormente a este periódico una compañera de la radio.
Los trabajadores del hotel intentan, a duras penas, poner algo de orden mientras regañan a un cámara que se ha subido a una mesa para captar mejor la escena. Frente a un ascensor, Aldama da una improvisada rueda de prensa en la que sigue pofiriendo insultos contra Díez y amenaza al PSOE y al Gobierno. «Se van a enterar ésta, Santos Cerdán y el presidente», zanja.
La que iba a ser la comparecencia estrella de la semana acaba abruptamente. La sala parece el escenario de una película de catástrofes naturales, con agua, cristales y todo tipo de objetos por el suelo. Los encargados del hotel pieden a los presentes que abandonen el recinto y, a los pocos minutos, aparece una pareja de la Policía Nacional como fin de fiesta.
En el hall del hotel, sin embargo, la vida sigue su curso natural. Una pareja con dos hijos se registra en la recepción mientras, detrás, un grupo de azafatas de China Air espera su turo. Los periodistas más veteranos del lugar, sin embargo, coinciden en su diagnóstico: «Nunca habíamos visto nada parecido».
Enlace de origen : De la aparición estelar de Leire Díez a la mañana de los cristales rotos