
Jueves, 7 de noviembre 2024, 08:06
Cómo explicar que María, una feminista convencida, fue la negra literaria de Gregorio durante toda su vida? ¿Y cómo hacerlo sin caer en lo morboso? José María Lander pensó que la mejor manera de acercarse a su misterio era escribiendo una obra de teatro, «igual que ella empleó el teatro para buscar explicaciones a los claroscuros de la naturaleza humana».
El escritor logroñés ha ganado la vigésimo primera edición del Premio de Textos Teatrales ‘Raúl Moreno’, que concede la Federación de Asociaciones de Teatro de Extremadura (Fatex), con la obra titulada ‘Las horas serenas’, inspirada en la dramaturga y política riojana María Lejárraga.
El galardón, dotado con 4.000 euros, le será entregado este domingo en Hervás (Cáceres). Además, la obra se publicará como libro y una de las compañías asociadas la montará y representará durante dos años por toda Extremadura. «Ojalá pueda verse también en La Rioja», dice el autor.
«Gregorio, aunque también tuvo muchísimos méritos propios, a su manera fue un trepa en su época»
Para Lander, «se dan muchas circunstancias bonitas en este certamen», entre otras que «no hay muchos premios de teatro de prestigio», y le hace especial ilusión que la pieza vaya a ser representada: «Es una forma de llevar el teatro a los pueblos y la gente».
De hecho, este escritor, periodista y profesor de la Universidad Popular, que ha investigado la figura de Lejárraga durante años, concibió el texto «como un proyecto pedagógico» que no fuera, por número de personajes, complicado de montar. Sin embargo, no pudo ser. El original estuvo años guardado en un cajón hasta tener noticia de esta convocatoria y, al coincidir con el doble aniversario de la escritora (San Millán de la Cogolla, 1874-Buenos Aires, 1974), se animó a presentarlo.
«Esto es como cerrar un círculo –señala ahora– y también es la mejor manera de homenajear a María Lejárraga, porque para mí tenía que ser a través del teatro y que pudiera verlo cuanto más gente mejor».
‘Las horas serenas’ se adentra en la historia personal de María a través de las conversaciones con un estudiante español que se traslada a Buenos Aires para conocer los motivos por los que mantuvo el anonimato durante décadas. Lander ha imaginado para ese personaje «un trasunto contemporáneo de Gregorio Martínez Sierra», el marido que ponía la firma a las obras de su esposa y socia.
«Gregorio –explica–, aunque yo creo que también fue una persona con muchísimos méritos propios, a su manera fue un trepa en su época y pensé como trasunto suyo en un joven investigador de nuestros días que quiere medrar dentro la universidad a través de los estudios de género».
El joven en cuestión viaja a Buenos Aires para mantener una serie de entrevistas con María Lejárraga, ya mayor, e «indagar en el misterio que esconde». A los dos personajes protagonistas se suma mediante flashbacks el propio Martínez Sierra, representado a su vez por el universitario.
«Una mujer sabia y fuerte»
De esa manera, con ese juego dialogado de conversaciones, secretos, presuntas mentiras y medias verdades, Lander dibuja el retrato de «una mujer sabia y fuerte»: «En el fondo ella quiere ocultar cosas de su pasado porque sabe que pueden desatar el morbo de mucha gente. Yo creo que es algo que ella no quiso hacer nunca».
También hay un doble juego con el título que tiene significado e insinúa, además de una personalidad compleja, un espíritu conciliador: la obra de Lander iba a llamarse ‘María de la O’, «un título muy coplero», pero el autor optó finalmente por ‘Las horas serenas’, que era a su vez el título original de las memorias de María Lejárraga, publicadas en México en 1953 como ‘Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración’.
«Cuando ella repasa su vida, no quiere que haya ni resentimiento ni rencor, quiere serenidad. Desde la experiencia, quiere sanar las heridas que sufrió con Gregorio y dejar esa imagen de sí misma ante ese joven que le recuerda al que, pese a todo, fue su amor. Ella siempre huyó de demonizar a Martínez Sierra y estoy seguro de que entre ellos hubo una relación más allá de lo que nosotros podamos entender de forma morbosa».
En definitiva, José María Lander, invocando la misma sensibilidad de María Lejárraga, ha encontrado a través de la dramaturgia matices de la persona que solo la creación literaria puede apreciar: «Una mujer con un espíritu y un carácter fuerte en el sentido bueno de la palabra, con unas convicciones morales tan fuertes que no tiene ningún miedo, una persona perfectamente capaz de sobrevivir en su soledad aun sabiendo de la incomprensión que puede suscitar. Toda una lección cívica».
Periodista y profesor, con vocación de escritor y dramaturgo
José María Lander (Logroño, 1968) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco y posee el título de Arte Dramático por la Escuela de Teatro de Basauri del Gobierno Vasco. Ha ejercido el periodismo en distintos medios de comunicación regionales durante una década. Desde sus inicios forma parte de la revista de cultura popular riojana Piedra de rayo. Actualmente lleva trabajando cerca de veinte años como profesor de adultos en la Universidad Popular de Logroño. Ha escrito varios libros de ficción, entre los que destaca ‘Cepas nómadas’, y se dedica especialmente al relato. A lo largo de su trayectoria ha ganado numerosos premios literarios, como el logroñés ‘De buena fuente’ en 2004, siendo el presente ‘Raúl Moreno’ Fatex el más relevante.
Enlace de origen : Conversaciones con María de la O