Con la mirada puesta en la Inteligencia Artificial

Estas son solo algunas de las principales conclusiones de la primera jornada sobre Inteligencia Artificial. IA en la empresa, organizada por Diario LA RIOJA, con el patrocinio del Ejecutivo regional, la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (ADER) y Banco Sabadell. En esta cita, presentada por la periodista de TVR Elsa Martínez, el consultor empresarial Xavier Marcet hizo especial hincapié en la importancia de la ecuación entre personas y tecnología, en la que no se puede olvidar el sentido común. «La competencia fundamental que vamos a tener va a ser nuestra capacidad de pensar. Si la tenemos, llevaremos la tecnología a nuestro favor».

Tampoco hay que caer en el papanatismo, sino «repensar la ecuación». «Nos jugamos mucho», aseguró Marcet antes de reiterar que, en el caso de las empresas, lo esencial va a ser la capacidad de reflexionar, porque «razonar se hace en equipo y nuestro trabajo es decidir entre dudas. Si no las hubiera, sí que tomarían las decisiones las máquinas». «Habrá dudas muy importantes, pero tendremos que aprender a gestionar la complejidad sin aumentarla», afirmó.

Sin embargo, dado el contexto de la Inteligencia Artificial, «en el que hay muchas máquinas que darán respuestas y cada vez lo harán mejor, es importante que las personas sepamos hacer preguntas, que tengamos el monopolio de las preguntas». A su juicio, detrás de estas herramientas siempre están las personas y, por eso, «cuando me hablan de que las máquinas superarán a las personas, no me creo nada». «La humanidad tiene muchos problemas, pero no creo que lleguemos a ser tan estúpidos, porque existe algo devastador, el sentido común».

En el caso de las empresas, también resulta fundamental «la capacidad de aprender». El problema, sin embargo, es que «la decisión de aprender es personal». De ahí la necesidad de que las entidades «miren hacia delante» y se adapten a los cambios. «Nosotros podemos sembrar complicidad y tener empatía, pero las máquinas nunca podrán ponerse en el lugar del otro», aseguró mientras añadió que también hay que «poner el foco y aprender a combinar paciencia y agilidad». «Con la IA tenemos que ir en serio, pensando primero en los clientes y en cómo les va a afectar, en lugar de en las máquinas; y solo con pensar, alcanzaremos la sencillez y nos diferenciaremos».

En este punto, advirtió de que «con mandar no es suficiente, porque se necesitan líderes, y se empieza a liderar cuando el verbo influir pesa más que el verbo mandar». Las empresas, a su vez, también necesitan «un poco de sabiduría, para combinar un conocimiento profundo con mucha humildad, y no miles de expertos en Inteligencia Artificial». Lo importante, a su vez, es el componente social de cada entidad. «Hay que crecer haciendo crecer a los demás, a los clientes, darles oportunidades y hacerles pensar; la estrategia son las personas».

Más tarde, Miguel Moya, cofundador de Cerolimit, puso el foco en las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías para lograr «una mejor eficiencia y prosperar como humanos, como empresas y como sociedad». En este punto, detalló que existen tres etapas «de adopción» de la IA en las empresas. «Cientos de miles la utilizan para lo rutinario, para las cosas que nosotros no queremos hacer, como lo administrativo, y un asistente nos ayuda a hacer de nuestra labor un trabajo donde podemos centrarnos en lo más innovador y poner en valor nuestra actividad profesional». En la siguiente etapa, «cuando le damos a estas tecnologías acceso a información, tenemos un asesor que es capaz de personalizar el conocimiento para los empleados y hacerlo más accesibles».

De ahí que «tenemos que ver si el concepto del trabajo, tal y como venía siendo hasta ahora, es vinculable a una máquina». Sobre todo, porque «estamos aplicando la IA en todos los ámbitos de la empresa, pero hay que ver cuál es la cultura corporativa y, desde ahí, se construye una adopción o no y se determina en qué medida nos puede ayudar a tener equipos más implicados y motivados».

Al poco, Aitor Vidal, director de negocio de Onirix, desglosó algunas de las herramientas de Inteligencia Artificial que han integrado en esta empresa. «Los asistentes basados en IA los conocemos desde hace tiempo y los tenemos en el mercado, pero les hemos dado una capa de humanización digital con la representación 3D». Sin embargo, donde más ponen el foco es en el reconocimiento espacial con IA, con «las llamadas habitaciones inteligentes, en las que combinamos la IA conversacional con el sistema de reconocimiento de espacios para que la máquina tenga información de los elementos que hay en la sala».

Por su parte, el responsable de Analtíca de datos e Inteligencia Artificial en Banco Sabadell, Luis Echávarri, desgranó las lecciones aprendidas de aplicar esta tecnología. «Trabajamos en muchas cosas, pero el gran potencial se ha visto con la IA generativa, que entiende, resume muy bien y encuentra las cosas. Funciona», aseguró mientras apuntó que «ahora están empezando a verse los primeros usos hacia los clientes, más como un asistente». Para ello, sin embargo, detectaron que «tiene que haber un equipo especialista en IA y que las diferentes áreas sepan cómo utilizarla, cómo preguntar a un asistente. Hay que trabajar mucho con los datos y afinar mucho con las preguntas, porque estos modelos no tienen ni idea de lo que tienes en la cabeza», apuntó mientras resaltó la importancia de la calidad de los datos y que existan perfiles diferenciados en IA.

Por otro lado, Alfredo Martínez, responsable de I+D de la ADER, puso el foco en las ayudas que la agencia pone a disposición de las empresas para que implementen la Inteligencia Artificial. «Las empresas deben incidir mucho en la motivación y la ADER no pone solo el foco en las tecnologías, sino en las personas con ayudas a la formación directiva, con ayudas de cheque de seguridad…».

«No sustituirá a las personas»

En acto de bienvenida corrió a cargo de Goyo Ezama, director general de Nueva Rioja; Vicente Arina, director de Oficina de Grandes Empresas de Navarra del Banco Sabadell; y Belinda León, consejera de Economía. En él, Ezama apuntó que la IA «es el más claro exponente de que el cambio es cada vez es más rápido, imprevisible y difícil de interpretar». De ahí que «nuestra primera y más básica reacción sea la de adoptar una actitud defensiva, pero la IA no sustituirá a las personas, aunque las que la utilicen sí que reemplazarán a las que no». León, por su parte, alertó de que «esta tecnología está transformando y revolucionando nuestras vidas e impulsando el progreso de la sociedad». Por ello, «hay que transitar hacia la economía del dato, garantizando la seguridad y privacidad, aprovechando las oportunidades que ofrece».