
La edad es solo un número, pero hay gente que consigue llegar más allá de sus posibilidades en situaciones inimaginables. Carlos Soria es historia viva … del alpinismo mundial. Con 86 años ha logrado coronar el Manaslu (8.163 metros), una hazaña que le convierte en la persona con más edad en alcanzar una cumbre de más de 8.000 metros. Un hito en el mismo lugar donde empezó hace más de medio siglo con un viaje «increíble», aunque «realmente duro». «No me acordaba de los años que había cumplido, se me olvida que tengo 86», afirmó el alpinista.
El esfuerzo y la capacidad de sufrimiento de Carlos Soria quedaron reflejados durante los días que duró su ascensión a la cima del Manaslu y posterior descenso al campo III. Exhausto, con dificultades tanto para alimentarse como para comunicarse, con problemas físicos por los elevados y complejos esfuerzos que conlleva una gesta así, nada fue capaz de detenerlo. Medio siglo después del primer ‘ochomil’ español, Soria coronaba la octava montaña más alta del planeta para hacer historia.
Se ha convertido de esta manera en un ejemplo para todos. «Hemos vivido maravillosas situaciones del alpinismo, he vuelto espachurrado, he perdido bastantes kilos, pero estoy encantado de lo que ha ocurrido y de cómo nos ha salido», confirmó. El ascenso resultó ser complicado, más de tres días de dura travesía por las nevadas y heladas rampas del Manaslu, pero lo peor estaba por llegar. «Los descensos siempre son muy duros porque hay mucho cansancio y normalmente son más peligrosos. Yo me di un golpe y en el campo III decidimos pedir un helicóptero para bajar; lo más complicado ya estaba hecho», señaló Soria, cuya historia dejó atónitos a todos en la sede de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid.
«Yo tengo prótesis en la rodilla izquierda, solo no llego a 90 grados justitos al flexionar y en la bajada me cuesta mucho. Además, en la derecha tengo problemas en el tobillo, después de mi accidente a 7.700 metros con fractura abierta de tibia y peroné, y todo esto me da problemas; no es lo mismo que cuando tenía 40 ó 50 años pero lo supero y lo llevo con dignidad», subrayó Soria acerca de los problemas físicos con los que se ha encontrado durante su hazaña en el Manaslu, pero que no le han impedido pasar a ser leyenda del deporte que tanto ama.
Por si no fuera suficiente todo lo que ya tenía encima la dureza del reto, tuvo problemas con su prótesis dental que le impedía seguir con su alimentación habitual: «He perdido seis kilos y ya he recuperado un par de ellos. Ahora solo me apetece comer y dormir, llevo un par de días así y lo voy notando poco a poco. Se me rompió una prótesis y he tenido que comer con la lengua y el paladar. Ahora me apetece comer lentejas, patatas, fruta, cosas con proteína y con creatina«, destacó el montañero abulense afincado en Moralzarzal, un pueblo en la sierra de Madrid.
Más homenaje que récord
La cima de Manaslu cierra un círculo personal que venía desde 1975. «No sabía que íbamos a armar el follón que ha sido», afirmó Soria. Su intención inicial era hacer un homenaje para celebrar el 50º aniversario de la montaña en la que se hizo el primer ‘ochomil’ español. No fue una idea que saliera de él, pero desde el primer momento que lo escuchó «sabía que lo iba a hacer». Al final, solo tres personas han sido capaces de realizar este «gratificante» viaje, pero «muy duro», que aunque tuviera un objetivo de celebración, ha terminado teniendo un impacto muy grande en la sociedad al batir un récord internacional que perdurará en el tiempo.
A pesar de que se hacía con esa intención de homenaje, la misión tuvo un coste de 70.000 euros, financiados principalmente por su bolsillo, ya que las grandes patrocinadoras han sido sus cuatro hijas y su mujer. La Comunidad de Madrid brindó una ayuda de 18.000 euros para cubrir cierta parte de la gesta. «Conseguir patrocinios siempre es complicado. Una persona nos ofreció hacer una película, a cambio de pagar la expedición. Pero me hacía firmar un contrato por el que yo no podía utilizar ninguna de las imágenes. Y dime, mira, ya estoy al final de mi vida, a mí nadie me va a manejar. Quiero tener la libertad de hacerlo a mi manera», confesó Soria.
Estuvo acompañado de Luis Miguel López Soriano, compañero de expedición y que al mismo tiempo será el encargado de realizar un documental que pronto saldrá a la luz. «Tengo la suerte de haber acompañado a mi amigo Carlos durante muchos años. Hemos estado juntos en cumbres como el Manaslu o el Aconcagua. He tenido la gran fortuna de ser testigo de su acción de cerca. Desde hace tiempo estaba la idea de hacer un documental porque había que contar la historia, devolver lo que las montañas nos habían dado», desveló el integrante de este selecto grupo que conquistó el mundo.
La relación del alpinista con las cumbres viene marcada por la durísima situación en la que convivió con la posguerra y que le hizo comenzar a trabajar cuando apenas tenía 11 años de tapicero, un oficio que le acompañó hasta la fecha de su jubilación. «Estoy acostumbrado a la vida dura. Aguanto y he aguantado todas estas cosas. Tuve que dejar el colegio, porque entonces era más importante comer que estudiar. Pero estoy encantado de mi vida. Quiero conservarla el máximo tiempo posible. No hago locuras, es parte de mi manera de vivir y de entender la vida. Y hasta ahora estoy encantado», confirmó Soria.
Nuevos retos
A pesar de que cualquier persona podría dar por finalizado cualquier nuevo reto después de conseguir una gesta de este calibre, Soria no se rinde: «Yo no cierro los círculos, los dejo abiertos. Espero escalar hielo bastante y seguir subiendo montañas. Vivir como me gusta el máximo tiempo posible, para eso me cuido y también lo hago con mi familia», afirmó el madrileño.
«La historia de Carlos es como un molinillo, ha dado una vuelta completa, completando un ciclo, pero nunca dejará de girar, ya que lo hará para siempre», concluyó el acompañante de Soria en una de esas aventuras inolvidables. Pero principalmente quedará en la retina de los valientes que se dispusieron a intentarlo todo, aunque pareciera que todo estaba en contra. «Hay muchos momentos emocionantes, pero cuando ya lo has conseguido es increíble», recordó Soria, al que todavía le queda mucha caña por repartir.
Enlace de origen : Carlos Soria: «No me acordaba de mi edad, se me olvida que tengo 86»