El asunto del bolso’, ‘Le cas du sac’ en francés. Ese fue el título de la exposición que hace poco más de cuatro lustros el … Museo de las Artes Decorativas de la capital del Sena dedicó a este complemento. Fue una completa muestra que reunía más de trescientas piezas, de diferentes épocas, tamaños, formas y colores, y que resultó un éxito de público durante los cuatro meses que permaneció abierta. En el certamen no solo se exponía este accesorio; el público también tenía la oportunidad de observar la evolución en cuanto a usos y costumbres del ser humano -sobre todo de las mujeres, por ser las principales usuarias-, y respecto a la creatividad e ingenio que este puede llegar a desplegar a la hora de diseñarlos.
El tema regresa a la actualidad; en la misma ciudad, aunque no en el mismo lugar, sino bajo la gran cúpula de acristalados vidrios de colores del Le Printemps parisiense. Allí se presenta hasta el próximo domingo ‘Sac, sac, sac. Más que un bolso’: ochocientos metros cuadrados divididos en doce apartados en los que poder apreciar desde las más emblemáticas piezas, a las más rompedoras y originales, con formas que simulan desde una barra de pan y un racimo de uvas, hasta una bolsa de patatas fritas, una cafetera o una plancha, dinamita o apio en rama, por poner algunos ejemplos.
Símbolo de estatus, de los gustos de su dueño; contenedor y transportador de enseres, que en más de un caso se carga demasiado; fabricados en piel -la mayoría-, en tela o con material sintético, hay icónicos modelos que forman parte de la historia de la moda, como el ‘2:55’ de Chanel, el ‘Kelly’ de Hermès o el ‘Jackie’ de Gucci, tres de los grandes que no pueden faltar en la muestra parisina, donde se da un diálogo entre el pasado y su herencia y la creatividad de hoy.
Bolso con forma de mancuerna.
Longchamp
Si en la España de los 80 toda mujer de buena posición tenía, como mínimo, un bolso de Loewe en su armario, firma presente en la exposición en el planeta global de la segunda década del siglo XXI, los modelos de marca, cuyos precios explotaron, más que fabricados para durar en el guardarropa de su propietaria, han creado la ilusión de haber sido ideados solo para la temporada en cuestión. Un asunto que puede parecer frívolo pero que no lo es en absoluto si se tienen en cuenta los millones de euros que aporta a las firmas que los crean, siendo motor en el sector del lujo, por detrás de los perfumes y los cosméticos.
La exposición repasa la historia de este accesorio desde el siglo XIV y recoge las innovaciones en cuanto a formas y diseños, con propuestas curiosas como bolsos unidos que se convierten en prendas, como la chaqueta de Maison Margiela o el vestido de Balenciaga (era Gvasalia) -ambas presentes en la muestra-, así como las típicas bolsas de plástico negras para la basura que lucen bordados realizados a mano e inspirados en la Naturaleza.
Entre artistas y escritores
En el 160 aniversario de Le Printemps, en la última planta de los famosos grandes almacenes, se desarrolla este homenaje al accesorio preferido por las mujeres junto con los zapatos. Porque aunque cada vez lo usan más hombres, se trata de un artículo estrechamente ligado al género femenino, e históricamente «a las mujeres más recatadas se las representaba aferradas a un bolso cerrado. Albrecht Dürer aludió a la pureza de María mediante la bolsa cerrada de San Joaquín», señala la especialista en la materia Anna Johnsson, en su libro ‘Handbags,’ donde cuenta que «artistas y escritores también se han divertido con el bolso. Los surrealistas los cortaron para hacer collages y esculturas. Y en la obra ‘Los días felices’, de Samuel Beckett, la vida entera de una mujer (en el sentido más literal) está dentro de su bolso».
El famoso bolso de pecho de Sarah Levy se vende por 1.190 euros.
Sarah Levy
Con una bibliografía cada vez más abundante del tema, también en español, la muestra de París dedica un apartado a los diferentes modelos utilizados por los carteros franceses, quienes han requerido de propuestas amplias y resistentes para llevar al hombro su abundante mercancía. También se aborda el tema de las falsificaciones y copias, junto a una sección en la que mujeres y hombres anónimos desvelan el interior de sus bolsos.
De entrada gratuita, también se puede disfrutar del trabajo in situ de un artesano, así como de un apartado de prototipos elaborados por alumnos de la célebre escuela Esmod de la capital gala, entre quienes figura la madrileña Carla García Faya, con una propuesta inspirada en el clip.
Enlace de origen : Bolsos de alta costura