Bolivia se asoma a una nueva era política. La primera vuelta de las elecciones presidenciales celebrada el pasado domingo dejó fuera a la izquierda con … una derrota histórica del Movimiento Al Socialismo (MAS) tras casi dos décadas en el poder. El próximo gobierno del país latinoamericano será de derechas, y sólo queda saber si estará liderado por el senador Rodrigo Paz (Partido Demócrata Cristiano) o el expresidente Jorge’Tuto’ Quiroga (Libre) tras obtener el 32,1% y el 26,8% de los votos, respectivamente. Las urnas darán su veredicto definitivo el próximo 19 de octubre, cuando está convocada la segunda ronda de los comicios.
La jornada electoral dejó varias sorpresas. Por un lado, el gran favorito en las encuestas, Samuel Doria (Alianza Unidad) –considerado el empresario más poderoso del país– no llegó al 20% de las papeletas y aceptó la derrota nada más conocer los resultados. El millonario, como prometió en campaña, dio su apoyo al aspirante más votado, Paz, de cara a la segunda vuelta. Por otro lado, Andrónico Rodríguez, que lideraba la plancha de la izquierda (Alianza Popular), se quedó con el 8,2% y MAS, con Eduardo del Castillo, cosechó apenas un 3%.
La primera vuelta de las presidenciales arrojó un resultado que evidencia el hartazgo de los bolivianos con la izquierda y con la crisis económica y social que sufre el país. Las reservas de dólares escasean, falta combustible y la inflación interanual alcanza el 25%, la peor en décadas. El candidato del Partido Demócrata Cristiano –nacido en Santiago de Compostela durante el exilio de su padre, el expresidente Jaime Paz tras los sucesivos golpes militares– parte ahora como favorito para enderezar la crítica situación desde la presidencia. «No hemos ganado nada. Tenemos que jugar una final que se tiene que celebrar dentro de dos meses. Tenemos que seguir trabajando y no descuidarnos. Bolivia no solo está pidiendo cambio de gobierno, también un cambio en el sistema político», señaló Paz, quien no dio su victoria por lograda pero anunció «el inicio de una gran transformación».
La lucha contra la corrupción es uno de los objetivos de este candidato de centroderecha al que ningún sondeo daba opciones de pasar a una segunda vuelta. Y eso que lleva varias décadas en primera línea política, como edil, alcalde y senador de Tarija. Los analistas consideran que Paz, de 57 años, arrastró a una parte del electorado desencantado con la izquierda gracias a su discurso más moderado y su promesa de «capitalismo para todos». Tanto él como su rival en la cita de octubre comparten iniciativas como el fin de los subsidios a los combustibles, la bajada de impuestos y la ruptura con el modelo estatal impuesto por MAS.
Acusaciones de Morales
Quiroga, de 65 años, también se refirió al cambio que se avecina en este país de 11,3 millones de habitantes. «Es una jornada que marcará la historia de Bolivia y la transformará. Han sido dos décadas destructivas, polarizantes, de persecución y dolor. Este domingo sale el sol», declaró a la prensa el líder de Libre, que ocupó la presidencia entre 2001 y 2002 y se distinguió en campaña por sus desencuentros con otros aspirantes. Su candidatura fue la más votada por los bolivianos residentes en el exterior, por ejemplo, en España, Francia o Italia.
El país está sumido en una gran crisis económica y social, con escasez de reservas de dólares y falta de combustible
No hubo grandes incidentes durante las votaciones pese al temor a que se intentara boicotear el trabajo de algunas mesas electorales. El único episodio destacable ocurrió en el momento en que el aspirante de Alianza Popular pasó por las urnas en el municipio de Entre Ríos, antiguo bastión de Morales, que acabó con el candidato apedreado. Rodríguez, a quien ahora consideran un traidor en la zona, llegó a sonar en el pasado como sucesor político del expresidente, que a lo largo de todo el domingo llamó al voto nulo. Su mensaje tuvo eco al superar el 19%. El líder indígena dejó entrever un posible fraude –algo que los observadores internacionales negaron– y atacó durante la campaña al actual Ejecutivo, encabezado por Luis Arce, quien renunció a la reelección. «Queremos decirle a la población que vamos a hacer un tránsito democrático», se comprometió.
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