Bailar todo el domingo en MUWI es la misión

Domingo, 31 de agosto 2025, 22:14

La última jornada del MUWI siempre es un compendio de vampiros y familias. La música no para de sonar durante todo el día, haga sol o llueva, y el programa se estira como un chicle. Tras una mañana dedicada a los niños, con las actuaciones de Pata Punn!!, Pin Pan Pum, Paola Feregrino y los habituales combos Amadeus MUWI Band, a las 14.00 arrancó la parrilla de conciertos con el directo de Paipo. Después de tres noches de intensa música el festival se convierte en una cuestión de supervivencia: los no muertos se refugian en la escasa sombra y padres y madres de familia disfrutan del sol con sus hijos.

La Asociación Pro Infancia Rioja organizó talleres y una guardería creativa, gracias a lo que se pudo vivir la habitual jornada con protagonismo de las familias, que así pueden asistir al festival. Es una iniciativa preciosa. Pero siempre hay un pero. Los descansos entre los conciertos fueron eternos, tanto que se vivieron estaciones enteras en ellos: sol abrasador de verano y lluvia otoñal. Y el agradable espacio del parque del Ebro, auténtico refugio climático, se cerró por la tarde.

El proyecto liderado por el riojano Jorge Garde ofreció una música muy veraniega, muy cálida, con violín y trombón, ritmos suaves y sensuales, como bosanova y reggae. Bajo un sol picante Garde declaró con algo de ironía: «Muchas gracias por el calorcito que estamos recibiendo». Y también dedicó unas palabras a la guerra de Gaza, tónica predominante en este MUWI por parte de casi todos los artistas: «El único barco que hay que hundir ahora mismo es el del fascismo». Al final, la corista Celia Pérez adquirió protagonismo y la música cobró mayor belleza.

Tras una refrescante lluvia volvió a salir el sol y tocaron Los Bengala, dúo formado en origen por Guillermo Sinnerman y Borja Téllez, que tras la baja del segundo se ha convertido en trío con Álvaro Clemente y Juan Carlos González, y finalizó el concierto como cuarteto con la incorporación de otro guitarra. Así, esa rareza con la que se dieron a conocer de ser solo dos músicos, guitarra y batería, lo dejan ya para otras bandas como Niña Coyote eta Chico Tornado y Cala Vento. El directo fue de menos a más, con más ímpetu y acierto que calidad, y un rock divertido. Tanto que para redondear la gracia pincharon la versión flamenca del ‘Wonderwall’ de Oasis que hicieron Los Sobraos, una auténtica marcianada que tuvo hasta gracia.

El colofón lo pusieron Jo & SwissKnife con un rock sureño americano a la vieja usanza, con contrabajo, violín y banjo, rockabilly clásico, con el batería tocando de pie. Fue una sucesión de canciones muy animada, con aires de country, bluegrass y swing. Pasadas las 19.00 horas, el público que resistía no solo bailaba como en trance con las buenas sesiones de continuidad de David Van Bylen y Edu AnMu, también con Jo & SwissKnife y quién sabe si hasta con una sirena de Bomberos, si se hubiera dado el caso. Ya con el público desangrándose, el último directo fue una guinda entretenida. La misión parecía ser bailar todo el domingo en el MUWI.

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