El Gobierno federal alemán aprobó esta semana la llamada jubilación activa para fomentar la prolongación de la vida laboral entre los pensionistas germanos. La medida … tiene como fin último descargar las cajas sociales y aliviar la falta de mano de obra especializada, un objetivo para el que incluyen como incentivo que los primeros 2.000 euros que estas personas cobren cada mes, con independencia de la pensión, resulten libres de impuestos.
Así, por ejemplo, quien gane 3.000 euros brutos al mes por su trabajo en el futuro, una vez jubilado solo tendría que pagar impuestos por 1.000 euros mientras que el resto de los ingresos quedarían exentos. Y eso sin dejar de cobrar su pensión, que ya de por sí está sujeta a impuestos por encima de una cantidad exenta básica; y sin que aumente la carga fiscal por las cantidades adicionales.
El Ejecutivo que dirige el canciller federal, el conservador Friedrich Merz, cuenta con que ese proyecto de ley se apruebe antes de Navidad para que entre en vigor el próximo 1 de enero. De esta manera quiere crear un incentivo para aprovechar mejor el potencial laboral de las personas mayores y conservar durante más tiempo su experiencia y conocimientos en las empresas.
Sectores afectados
Muchas áreas sufren una escasez de personal, como la asistencia sanitaria, la educación o los oficios
En base a un estudio previo realizado por el Ministerio federal de Trabajo, el Gobierno confía en que unos 168.000 empleados pudieran pasar a beneficiarse todos los años de esta pensión activa. Esto significaría que uno de cada cuatro nuevos jubilados aceptara la oferta de la pensión activa al alcanzar la edad de jubilación.
«Quienes trabajen voluntariamente más tiempo se beneficiarán en el futuro de la pensión activa», afirmó el ministro de Finanzas, el socialdemócrata Lars Klingbeil. «Esto fortalece al mercado laboral, refuerza la economía y supone una verdadera ventaja para todos aquellos que desean seguir en activo profesionalmente», añadió.
Aplazar la salida
La jubilación está fijada en los 67 años para los nacidos desde 1964 y se habla de elevarla a los 70
La normativa se dirige a los trabajadores sujetos al pago de cotizaciones sociales, para los que el empleador paga cotizaciones al seguro de pensiones. La deducción fiscal está limitada a 24.000 euros al año. Quedan excluidos los autónomos, los funcionarios y los trabajadores en empleos de baja remuneración, así como la agricultura y la silvicultura.
Con esta exención fiscal, el Gobierno calcula una pérdida de ingresos anual de 890 millones de euros que se repartirán entre el Estado federal, los estados federados y los municipios. En el primer año, las pérdidas serán algo menores y ascenderán a 820 millones. Y es que las cotizaciones sociales siguen siendo exigibles en el caso de la pensión activa. Además, los trabajadores y los empresarios deben pagar al seguro médico y de asistencia, y los empresarios también cotizarán al seguro de pensiones y de desempleo, ya que la exención fiscal tiene como objetivo, además, reforzar las arcas sociales.
«Con la obligación actual de cotizar a la seguridad social, los sistemas sociales también se benefician de la bonificación», explicó un portavoz del ministerio de Finanzas. «Al final, todos se benefician, ya que se alivia la carga de los sistemas sociales, se combate la escasez de mano de obra y, por lo tanto, se refuerza la posición de Alemania en su conjunto», argumentó.
Detractores del plan
A corto plazo, se pretende conceder ventajas fiscales a aquellos jubilados que dependen de ingresos adicionales y que, de todos modos, ya trabajan por cuenta propia. Dependiendo del éxito de la pensión activa, también podría reavivarse el debate sobre el aumento de la edad de jubilación, actualmente a los 67 años para los nacidos desde 1964, aunque ya se viene hablando de aumentarla hasta los 70 años.
La coalición entre conservadores y socialdemócratas también tiene grandes esperanzas en el efecto que esta iniciativa tendrá en el mercado laboral: desde hace años muchos sectores sufren una gran escasez de personal cualificado, como es el caso de la asistencia sanitaria, la educación, las artes y oficios, la gastronomía y otros servicios.
Los detractores de la pensión activa subrayan que, especialmente en los sectores con escasez de mano de obra, las cargas físicas o mentales son tan elevadas que pocas personas pueden o quieren trabajar más allá de la edad de jubilación. Además, tampoco está claro cuántos empresarios están realmente dispuestos a contratar específicamente a personas en edad de jubilación y, por lo tanto, a aceptar el mayor número de bajas por enfermedad que por estadística podrían asumir.
Los críticos también lamentan que se favorezca a los empleados y se discrimine a los autónomos. Por ejemplo, los autónomos con oficios como fontaneros o electricistas que trabajan por cuenta propia no tienen acceso a la pensión activa. Sin embargo, en ese tipo de sectores ya se ha constatado que la escasez de mano de obra cualificada es enorme.
Enlace de origen : Alemania corteja a sus jubilados para que vuelvan a trabajar sin pagar casi impuestos


