
El fantasma de Francisco Salazar, el exresponsable de la Coordinación Institucional de la Presidencia del Gobierno y exsecretario de Acción Electoral y Análisis de … la ejecutiva del PSOE, vuelve a aflorar cuatro meses después de que fuera apartado abruptamente de sus responsabilidades tras las acusaciones de una trabajadora de Moncloa y otra del partido de conductas indebidas -acoso- cuando era jefe de ambas. Hoy, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros semanal, la ministra portavoz, Pilar Alegría, se ha visto obligada a responder sobre la cena que mantuvo en un restaurante madrileño este lunes. Alegría lo ha justificado como un «encuentro en el ámbito personal» con «una persona» a quien conoce «desde hace muchos años y a la que no veía hace medio». «Sin más», ha tratado de zanjar.
La cita, imagen de ambos incluida y publicada por Artículo 14, se produjo en un italiano del barrio de Chueca, próximo al Congreso. El 6 de julio, Salazar tuvo que abandonar su cargo en el Ejecutivo en puertas del comité federal en el que iba a convertirse en uno de los adjuntos a la nueva secretaria de Organización de los socialistas, Rebeca Torró, sustituta de Santos Cerdán tras el ‘shock’ provocado por el informe de la UCO que derivó en la imputación primero y, después, en el ingreso en prisión del exdiputado navarro por encabezar supuestamente la ‘trama Koldo-Ábalos’.
Salazar, escudero de Pedro Sánchez desde los tiempos de las primarias fue señalado por dos mujeres en una información difundida ese mismo sábado, cuando los dirigentes del partido acudían al comité en Ferraz, por eldiario.es. Ambas, preservando su identidad, referían actitudes de presunto hostigamiento que iban desde requiebros sobre el atuendo a invitaciones a cenar o a dormir en casa de su entonces superior jerárquico si la jornada laboral se alargaba. Una de ellas estaba adscrita a Moncloa en la época en la que el excargo sevillano operaba en el equipo del primer jefe de Gabinete que tuvo Sánchez, Iván Redondo.
Aquella mañana, muy convulsa para una formación que digería el ‘terremoto Cerdán’, Alegría protagonizó un sonoro patinazo cuando, requerida por los periodistas a la entrada de la sede federal de los socialistas, definió a Salazar como «un compañero absolutamente íntegro». Casi en paralelo y en el mismo escenario, Adriana Lastra, quien fuera vicesecretaria general en el PSOE y hoy delegada del Gobierno en Asturias, respondía con un rotundo «no» a la pregunta de los periodistas sobre si el nombramiento del futuro adjunto debía consumarse. Lastra era la mano derecha de Sánchez antes de terminar defenestrada por Cerdán, en lo que ella interpretó como un ejercicio de machismo hasta que se desnudaron las supuestas corruptelas.
El PP preguntará esta tarde en el Senado a Alegría por su «condescendencia con el acoso sexual» tras la cena con Salazar. Los populares denuncian que hoy se desconoce el resultado de la investigación interna abierta por los socialistas a su ex alto cargo. En la Moncloa sostienen que, en este tiempo, no se ha presentado ninguna denuncia de ninguna trabajadora contra el exalto cargo. En el PSOE, mientras, el asunto se lleva con reserva. En todo caso, fuentes gubernamentales aseguran que el vínculo laboral quedo extinguido ya en junio y que no se ha retomado de ninguna manera ahora que Salazar ha puesto en marcha una consultoría política, Servicios e Ideas Estrategias Sociales y Electorales SL, relativamente cerca tanto de Ferraz como de la sede de Presidencia del Gobierno.
Enlace de origen : Alegría justifica como un «encuentro personal» su cena con Salazar, el exdirigente del PSOE apartado por acoso