Enric Gardiner
Madrid
Viernes, 11 de julio 2025, 18:26
Carlos Alcaraz tiene en estos momentos una capa de invencibilidad que le hace resistir todo y salir siempre victorioso. Lleva 24 victorias seguidas, 20 consecutivas en Wimbledon, donde no pierde desde 2022, y disputará este domingo (17:00 hora española) su tercera final en el torneo londinense, esta vez ante Jannik Sinner.
¿Quién puede parar a Alcaraz?, es lo que se pregunta todo el circuito, porque ni un Taylor Fritz en condiciones pudo siquiera empujarle a un quinto set (6-4, 5-7, 6-3 y 7-6 (6)). Poco se podrá reprochar el estadounidense, que hizo uno de sus mejores partidos ante un top, pero acabó derrotado, como casi siempre. Cuando vaya a consultar con su equipo y a preguntarse qué pudo hacer mejor, pocas respuestas podrá encontrar más allá del «es que Alcaraz es muy bueno».
Y es que el murciano parece haber encontrado en la hierba londinense la receta para sus lagunas. La concentración que exige esta superficie le ha hecho más atento, preciso y menos dado a los vaivenes. En todo un partido de dos horas y 51 minutos, solo tuvo dos, un mal saque en el segundo set que le costó el parcial y cinco puntos seguidos perdidos en el ‘tie break’ del cuarto. Ambos incendios, por fortuna para él, acabaron con final feliz.
Primero, porque Alcaraz tenía la ventaja de haber salido al partido con la cafeína aún reciente en el cuerpo. No sesteó y un primer juego al resto fue suficiente para inclinar el primer parcial. Perdido el segundo set, Fritz tomó una de esas decisiones que sí puede comentar con su equipo. Irse al baño durante diez minutos, cortando todo su ritmo y permitiendo a Alcaraz rearmarse con su equipo. Mientras el español comentaba con su nutrido banquillo, Fritz perdía el tiempo en el baño y hacía que un partido que se estaba nivelando se volviera a desbalancear hacia Alcaraz.
Fue un error de novato en estos partidos, que muchas veces se deciden más por temas mentales y por detalles que por otras casuísticas. El partido, además, era soporífero en muchos aspectos, por el calor, por los problemas en la grada, un problema en el ojo que afectó a Alcaraz unos minutos en el primer set y, sobre todo, porque no había un ritmo vertiginoso.
Todos los puntos se decidían en pocos golpes y los saques dominaban. Los primeros de ambos superaban el 80% y los segundos, el 55%. Eran porcentajes altísimos y que describían un partido muy directo, no especialmente bonito para el ojo, pero que necesitaba de ser ganado.
Fortaleza mental
Y en esa necesidad, Alcaraz tiene un punto mental más que Fritz, que perdió el tercer set por la pausa para irse al baño y encontró de nuevo su tenis en el cuarto, el set más tenso. Porque Alcaraz no terminaba de rematar y sabía que se movía en un desfiladero en el que un par de errores le mandaban al quinto. En el horizonte, un ‘tie break’, territorio en el que últimamente no se desenvuelve bien. Desde que ganó el famoso superdesempate contra Jannik Sinner en la final de Roland Garros, había perdido los siguientes cuatro.
Cuando Fritz colocó un ‘ace’ y forzó otro desempate, Alcaraz suspiró. Cara o cruz. Vértigo. Derrapes y cambios de sentido. Del 4-1 a favor del español se pasó al 6-4 y dos puntos de quinto set para Fritz. Era el momento que el estadounidense llevaba ansiando mucho tiempo, un par de puntos que no le aseguraban ganar, pero sí al menos cubrirse de un halo de competidor que necesita.
Y lo cierto es que no pudo hacer mucho más. No se le fueron las oportunidades por nervios o errores groseros. Alcaraz jugó cada punto a la perfección y volteó el electrónico. Del 4-6 al 8-6. Tercera final en Wimbledon, 20 victorias seguidas en este torneo.
«Ha sido un partido muy difícil, como siempre que juego contra Taylor. No pienso en la racha de victorias, no pienso en los resultados. Pienso en que esto es mi sueño y mi sueño es jugar en este tipo de pistas, en los torneos más increíbles del mundo», dijo Alcaraz, que este domingo puede convertirse en el quinto tenista en la historia en ganar tres Wimbledon consecutivos.
«Ahora mismo, no quiero pensar en el domingo, para ser sincero. Solo quiero disfrutar este momento, disfrutar de alcanzar mi tercera final seguida aquí en Wimbledon. Es algo que es muy difícil y tengo que pensar sobre ello, tomarme mi tiempo para ser consciente de ello con mi equipo y los míos. Ya tendré tiempo de pensar en el domingo».
Enlace de origen : Alcaraz se coloca a un paso del triplete