Alcaraz pasa al contraataque

Enric Gardiner

Madrid

Domingo, 6 de julio 2025, 22:33

Carlos Alcaraz ya está al nivel óptimo que requiere la candidatura a ganar un Grand Slam. El murciano, que hasta estos octavos de final había pasado a medio gas, jugó de largo su mejor partido del torneo y doblegó al correoso Andrey Rublev (6-7 (5), 6-3, 6-4 y 6-4) para estar por tercer año consecutivo en los cuartos de final de Wimbledon.

Alejado de una brillantez total, Alcaraz se había ganado el hueco en estos octavos a gatas entre las trincheras y cuando vio que el fuego enemigo, encarnado en los golpes duros de Rublev, se endurecía, sacó su mejor juego para desarmar al ruso, que llegó a poner en jaque la resistencia del español durante varios minutos.

Porque Rublev parece haber dado con la tecla de la calma en este torneo, como demostró el hecho de que, pese a perder por unos pocos detalles, no la tomó ni con su raqueta ni con su banquillo ni con su puño, ese que tantas veces ha estrellado contra las cuerdas de la raqueta que empuña.

Tras ganar un primer set que se balanceaba entre uno y otro lado -Rublev tuvo primero un 4-1 y después Alcaraz dos saques en el ‘tie break’ para rematar-, el ruso se mantuvo estable, pero no pudo lidiar con un Alcaraz que a todas luces es mucho mejor.

En los momentos que decidieron el partido, el español se hizo grande, mientras que el moscovita empequeñeció. Fueron dos juegos malos en el segundo y tercer set los que perpetraron el triunfo de Alcaraz. Rublev, incapaz de acertar en su diana de las oportunidades, abrió dos veces la puerta al murciano, y en la dos ocasiones este se coló. Especialmente bonita e interesante fue la del tercer set, cuando ganó uno de los puntos del torneo en una defensa con cuatro golpes de lado a lado que sentenció con un ‘passing’ desde prácticamente la grada.

«El tenis es un deporte en el que todo puede cambiar en un punto. El partido entero puede cambiar. Lo que tienes que hacer tú es mantenerte mentalmente fuerte todo el partido», explicó Alcaraz, que aun en encuentros casi perfectos se ve margen de mejora. «Sabía que iba a jugar mejor que en el primer set y que tendría que aprovechar las oportunidades. Creo que el ‘break’ del segundo set lo cambió todo y me empecé a sentir mucho más cómodo», señaló.

El muro de Rublev

Con el 2-1, a Rublev se le vinieron los fantasmas del pasado, la carretilla de decepciones que lleva en su mochila a sus 27 años. Es un tenista, que pese a ser campeón de Masters 1.000, no puede ganar a los mejores en los mejores torneos. Se ha estrellado las once veces que se ha enfrentado a un ‘top 5’ en Grand Slam y es el único en la historia que siempre pierde cuando llega a cuartos de final (0-10).

En el cuarto set, el de intentar rebañar algo a Alcaraz y probar su resistencia física, Rublev no dispuso ni de un punto de ‘break’. Solo consiguió forzar un ‘deuce’ en el último juego y con una rotura, que pudieron ser dos de haber estado más afinado, Alcaraz selló un partido al que hasta se acercó Emma Raducanu para disfrutar varios juegos.

El español, el más joven en alcanzar doce cuartos de final en Grand Slam, se enfrentará ahora a un británico como Cameron Norrie, que ganó en cuatro horas y media a Nicolás Jarry (6-3, 7-6 (4), 6-7 (7), 6-7 (5) y 6-3. Norrie y Alcaraz se conocen de sobra y se han enfrentado seis veces en el circuito. Alcaraz ganó cuatro choques y Norrie dos, en Cincinnati 2022, antes de que el español ganara su primer Grand Slam, y en Río de Janeiro 2023, cuando estaba lesionado.

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