Acogedor, tradicional y vanguardista

El Lagar es uno de esos restaurantes de referencia en Logroño que, aunque alejado de las calles más emblemáticas de la ciudad para la gastronomía, ha logrado hacerse un hueco destacado por mérito propio. Los hermanos Juan y Luis Moreno están al frente del negocio desde hace más de un año, liderando por primera vez de forma conjunta un restaurante propio gracias a su experiencia como sumiller y cocinero, respectivamente, en otros establecimientos. «Luis y yo hemos llevado trayectorias paralelas por separado tanto en la cocina como en sala, ambos formándonos continuamente, hasta que nos hemos juntado en este proyecto para poder ofrecer nuestra experiencia», explica Juan Moreno.

El Lagar, situado al inicio de la calle Huesca, es un restaurante de cocina tradicional con toques vanguardistas, un espacio elegante y acogedor donde poder disfrutar de la gastronomía. Por ejemplo, a los caparrones o a la crema de calabacín más tradicional le aportan detalles especiales como un crujiente de queso, perlitas de aceite de albahaca… En cocina disponen de brasa para poder preparar carnes y pescados como la mejor brasería. «Trabajamos mucho los productos de temporada, ya sea por la campaña de la alcachofa, el tomate o de la sardina, chicharros, lubinas, rodaballos… Todo lo que haya fresco en lonja lo traemos al restaurante», detalla Juan Moreno, sin olvidar la carne, apostando siempre por un muy buen producto que poder ofrecer a la clientela como clave de una buena elaboración y de un buen servicio al cliente.

«Nuestra carne es curada, de forma que, cuando la cortas, se deshace, tiene un muy buen sabor», destaca Juan. Y es que la calidad y el servicio son las señas de identidad del restaurante El Lagar, que cuenta con la categoría de dos tenedores. «Queremos ofrecer un plus diferenciador. Como no estamos en el centro, nos tienen que venir a buscar, pero lo bueno que tenemos es que, una vez que nos conocen, dan buenas referencias de nosotros», subraya Juan.

Aunque los dos hermanos Moreno ya habían coincidido antes trabajando en un mismo restaurante, tuvieron la ocasión de hacerlo en su propio negocio cuando surgió la oportunidad de coger las riendas de El Lagar y optaron por intentar sacar adelante el restaurante manteniendo la línea anterior que dio a conocer el local, como la ambientación limpia y agradable, algo que también define la que ofrece comida.

Además, destaca la vinoteca a la vista, con una colección tanto de grandes vinos como de bodegas pequeñas que se puede contemplar en el acceso al comedor desde la barra. «Disponemos de una carta de vinos muy extensa y completa, también con respecto a los precios, con vinos de casa de 9 euros y otros de renombre de hasta 140 euros. Dentro de ella hay una serie de ‘Vinos silenciosos’, de bodegas pequeñitas, que solo se encuentran en enotecas especializadas, y que gustan mucho porque sorprenden. Mucha gente vienen a dejarse sorprender», explica Juan.

«Educar el paladar»

No obstante, El Lagar también dispone de barra. «No hemos querido atarnos a ser ‘el bar de tal pincho’ sino que tenemos una barra variada que rotamos, según lo que se le ocurra y elabore mi hermano. E igual hacemos con el vino, no tenemos un único vino sino que tenemos ‘El vino del mes’, siempre muy interesante y que presentamos, de forma que intentamos educar el paladar de la gente, ofrecemos probar otros vinos, un servicio que pretendemos que también sea didáctico», expone Juan.

Y es que no solo disponen de vinos de Rioja. En El Lagar también cuentan con una selección de espumosos, rosados y otras denominaciones como Ribera de Duero y Ribeira Sacra, a fin de poder dar a conocer y probar diferentes posibilidades. «Así conseguimos una barra divertida, cambiando todas las semanas la barra de pinchos y todos los meses, los vinos», subraya Juan.