La mesa más especial del año

Una mesa navideña con adornos. / L.R.

Decoración. Los elementos de adorno no deben restar funcionalidad a la mesa de Navidad, que normalmente se suele sobrecargar de platos y fuentes con diferentes tipos de alimentos

La mesa cobra en La Rioja una trascendencia especial porque todas las celebraciones giran en torno a ella, pero es en Navidad cuando representa el centro de unas veladas cargadas de emotividad.

Lejos de formalismos, sí que es cierto que la mesa navideña incluye algunos detalles que no son habituales en ninguna otra celebración del año.

Porcelanas, cristales y metales de calidad aportan distinción a la mesa, y por ejemplo, es una de las pocas veces en las que se suelen usar todas la piezas de la cristalería y sobre la mesa se coloca tanto la copa de agua como la de vino (si se es muy exquisito, la del vino tinto y la del vino blanco), y en la mayoría de las ocasiones, también la del cava o champán. El orden de colocación suele ser el de uso, empezando por el agua y siguiendo por el vino tinto, blanco y cava.

La mesas de los días de Navidad incluyen elementos que no son los habituales

De la misma forma, se colocan los diferentes juegos de cubiertos, siempre en el orden en el que vayan a ser utilizados de fuera a adentro. Los cuchillos estarán a la derecha (con el filo hacia el plato) y a la izquierda los tenedores con las púas hacia arriba.


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El de más afuera ha de ser el normal, en la de dentro el tenedor de postre, y a veces, puede aparecer en medio el de los entrantes y también la pala para el pescado. Si hay cuchara se pondrá junto a los cuchillos, con la concavidad hacia arriba.

Los cubiertos de postre se pueden colocar en la parte superior del plato, entre el propio plato y las copas, o colocarse cuando se vaya a servir el postre y la mesa se ha ‘aligerado’ un poco de platos y cubiertos ya utilizados previamente.

Si se le quiere dar un mayor glamour –y también un toque más formal– a la celebración, se colocará para cada comensal un bajo plato, sobre él, un plato liso y encima uno hondo. Todos ellos perfectamente centrados.

Mantel y servilletas

Tampoco es normal que ni siquiera en las principales celebraciones domésticas del resto del año, la mesa esté tan vestida como lo está los días de Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo e incluso, en algunas familias, el Día de Reyes.

No obstante, también hay que ser prácticos. Se ha de tener en cuenta, por un lado, que la visión de la mesa es el primer impacto visual que va a encontrarse el comensal, por eso ha de estar bien preparada; pero también hay que tener en cuenta que lo normal es que esos días de fiesta navideña en la mesa abunden los platos, por lo que no hay que abusar de los adornos y que impidan poder usar la mesa para el que es su sentido original.

Todo ello puede ir colocado sobre un mantel de aire navideño, aunque hay que ser cuidadosos a la hora de elegirlo (no vale ni un hule ni tampoco un mantel de papel por muy decorado que esté) o toda la buena imagen que se quiere dar con el resto de los elementos puede irse al traste con una mala elección tanto del mantel como de las servilletas (que han de ir a juego).

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