Al Mundial sin pasar apuros y con otro récord en el bolsillo. España cumplió este martes la diligencia empatando con Turquía, cerró una fase casi inmaculada que refuerza su candidatura para hacerse con el trono planetario el próximo verano en Estados Unidos, México y Canadá e igualó la plusmarca de 31 partidos oficiales consecutivos sin conocer la derrota que amalgamó la Italia de Roberto Mancini entre 2018 y 2021.
Nada que ver el solvente cierre de la ruta hacia tierras estadounidenses que llevó a cabo el combinado de Luis de la Fuente en Sevilla con aquel otro pase agónico que certificó el bloque que comandaba Luis Enrique cuatro años atrás en el Estadio de La Cartuja, abrochado con un gol de Morata a cinco minutos de que expirase el tiempo reglamentario que evitó el riesgo de afrontar una repesca venenosa rumbo al Mundial de invierno que organizó Catar.
El mismo escenario que permaneció aquel 14 de noviembre de 2021 en vilo hasta el último suspiro viendo cómo peligraba frente a Suecia el pasaporte hacia la Copa del Mundo más atípica de la historia contempló este martes el burocrático ejercicio ofrecido por la actual campeona de Europa, que lidió con un césped en mal estado, una desangelada respuesta por parte de la hinchada y la previsible bajada de tensión al llegar con los deberes hechos para acabar sufriendo un arañazo intrascendente.
España
Unai Simón, Llorente, Cubarsí, Laporte, Cucurella, Mikel Merino (Ferran Torres, min. 46), Aleix García, Fabián Ruiz (Fornals, min. 83), Yéremy Pino (Baena, min. 62), Oyarzabal (Samu, min. 62) y Dani Olmo (Fermín, min. 74).
2
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2
Turquía
Bayindir, Çelik, Demiral (Akçiçek, min. 83), Akaydin, Söyüncü, Kadioglu (Karazor, min. 78), Kahveci (Sari, min. 69), Kökçü, Özcan (Eskihellac, min. 78), Yilmaz y Gül (Muldur, min. 69).
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Goles:
1-0: min. 4, Dani Olmo. 1-1: min. 42, Gül. 1-2: min. 54, Özcan. 2-2: min. 61, Oyarzabal. -
Árbitro:
Felix Zwayer (Alemania). Amonestó a Gül, Baena, Özcan, Demiral, Eskihellac y Bayindir. -
Incidencias:
Partido correspondiente a la fase de clasificación para el Mundial 2026, disputado en el Estadio de La Cartuja ante 30.812 espectadores.
En realidad el billete estaba asegurado de antemano, pero en liza aparecían el prestigio, la racha, la imagen y un puñado de objetivos secundarios por parte de un combinado que no entiende qué es aquello de jugar a beneficio de inventario. Honores máximos para una selección que disputará su decimoséptimo Mundial, el decimotercero consecutivo, que sigue sin conocer lo que es perder un choque clasificatorio rumbo a la Copa de Mundo como local tras 64 citas de este tipo disputadas en calidad de anfitrión y que lleva 967 días sin hincar la rodilla en duelo oficial. La Roja ha convertido lo excepcional en rutinario, y eso tiene un mérito tremendo. Hay valorarlo como se merece, por si algún día vuelven los tiempos oscuros.
Lejanos parecen, en cualquier caso, a tenor de la cegadora luz que emite esta España fresca y disfrutona que saltó al terreno de juego de La Cartuja con cuatro cambios respecto al once que dispuso De la Fuente tres días antes en Tiflis y estrenó la nueva camiseta que lucirá en el Mundial, pero que trató de ser fiel a su idiosincrasia pese a que la relajación le pasó factura.
Ni Turquía creía en la machada, lo que quedó aún más claro tras repasar la alineación de Vincenzo Montella. En ella no había rastro de los pesos pesados que tiene a su cargo el técnico italiano, quien prefirió ahorrarle el marrón a su gran estrella Arda Güler y protegió a Yildiz, Akturkoglu y Aydin, apercibidos de sanción, de cara a una repesca a la que se sabía condenado.
Montella armó una defensa de cinco que revelaba aún más sus intenciones conservadoras, pero el plan se desmoronó enseguida tras una colada de Cucurella por banda izquierda y centro que no pudo embocar Mikel Merino pero sí Dani Olmo. Duodécimo gol como internacional para el egarense, otro soldado que se suma a la causa.
Despejada la incógnita de cuánto tardaría en zaherir España a una Turquía todavía llena de costras por las seis quemaduras de primer grado que le provocó en septiembre, restaba por comprobar si a la campeona de Europa sería capaz de mantener la tensión y si los otomanos saldrían de la enfermería. A esto último ayudó la pizarra de Montella, que encontró a la salida de un córner lo que no le daba el juego. Gül, suplente de Samu en el Oporto, aprovechó la defensa laxa de España para dejar en 551 la cuenta de minutos sin encajar de Unai Simón con La Roja y ofrecer el primer signo de que Turquía no había ido a Sevilla de paseo.
‘Memento mori’
El recado agitó a España, que pudo hacer el segundo antes del descanso con un remate de Fabián Ruiz que sacó Bayindir y movió ficha al inicio de la segunda parte. Salió Mikel Merino y entró Ferran Torres, pasando Dani Olmo a jugar por dentro frente a una Turquía mucho más brava. Los otomanos se sacudieron los complejos con el gol de Gül, acariciaron el segundo con una chilena de Yilmaz que repelió Unai Simón y lo consiguieron finalmente con un disparo lejano de Özcan.
De buenas a primeras, una España destensada sufría su particular ‘memento mori’, lo que hasta cierto punto puede venirle bien para evitar peligros asociados a la euforia. De ese estado la rescató Oyarzabal, que remachó un remate de Yéremy Pino que había sacado sobre la línea Demiral. Fue el último acto de servicio del eibarrés, autor de nueve tantos con la selección en lo que va de año, antes de dejar paso a Samu.
El intercambio de golpes revitalizó el pleito, con Unai Simón evitando que Yilmaz hiciese el tercero de Turquía aprovechando que España dejaba espacio para correr y La Roja empujando hasta el final en busca de otra victoria que le permitiese salvar el pleno. No lo consiguió, pero ya piensa en la ‘Finalissima’ ante Argentina, preludio de un Mundial en el que partirá como favorita.
Enlace de origen : España sella el pase al Mundial con récord y aviso


