El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no pasa por su mejor momento. Después de más de tres años y medio de guerra, el líder del … partido Servidor del Pueblo cada vez parece más desconectado de la población ucraniana, y el aura de libertador frente la autarquía de su archienemigo, Vladímir Putin, va perdiendo lustre. Dos losas lastran su figura dentro y fuera de su país: el desgaste bélico que se refleja estos días en Pokrovsk, un nudo clave del Donbás que podría caer en cualquier momento en manos rusas, y el escándalo de corrupción en torno a las mordidas que algunos miembros de su gobierno cobraban en los contratos de la empresa estatal de energía atómica Energoatom, y que podrían alcanzar los cien millones de dólares.
La mayoría de analistas militares alaban la defensa ucraniana frente a la invasión rusa. El hecho de que Zelenski se mantenga aún en el cargo cuando muchos creían que Kiev caería en cuestión de días es toda una hazaña. Ha demostrado que ‘el segundo ejército más poderoso del planeta’ es un tigre de papel, pero el desgaste es evidente: cada vez resulta más difícil reclutar nuevos soldados, los que luchan en el frente están exhaustos, y se evidencia cierta fatiga bélica entre los socios del país eslavo, sobre todo tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Para mantener vivo ese apoyo, Zelenski arrancó el domingo una gira europea que le ha llevado a Atenas, París y, este martes, a Madrid, donde protagonizará un acto en el Congreso de los Diputados. «Llevamos preparándonos desde hace mucho tiempo y ahora podemos decir que la visita a España va a ser productiva», avanzaba el presidente, para el que «las prioridades más importantes son los sistemas de defensa aérea y los misiles». Al fin y al cabo, rara es la noche en la que Rusia no ataca su territorio con cientos de proyectiles que van dejando un reguero de muertos y una desesperanza que se está traduciendo en frustración.
Cunde la desesperanza entre ciudadanos y tropas: «No me extraña que cada vez más gente dude de para qué lucha»
Más aún ahora que se ha destapado el mayor caso de corrupción durante su mandato. Dos ministros han sido ya cesados en una operación de la agencia anticorrupción NABU, que ha acusado a media docena de personas más de soborno, abuso de poder y enriquecimiento ilícito. Zelenski no es una de ellas, pero sí está en la lista un estrecho amigo y colaborador suyo, Timur Mindich, con quien fundó la productora Kvartal 95 en 1997.
Eran otros tiempos. Zelenski era un humorista de éxito que no podía prever aún que su serie ‘Servidor del Pueblo’ acabaría convirtiéndose en el partido gobernante. Al palacio presidencial llegó con la promesa de acabar con la endémica corrupción de un país gestionado por oligarcas, y ahora cada vez son más los que creen que esa puede acabar siendo la causa de su desahucio.
Olga resume desde Kiev el enfado que se está extendiendo a gran velocidad entre la población: «Siempre pasa lo mismo: hicimos la revolución del Maidán con nuestra sangre para acabar con este sistema injusto. Pero quienes llegaron después con promesas de una democracia limpia se demuestran igual de corruptos que sus antecesores. ¿Para qué vuelven a derramar su sangre los pobres? Para que se enriquezcan los de siempre, esos que tienen a sus familias viviendo de lujo en Europa».
Las noticias también afectan a la moral de la tropa. «No esperábamos que todavía se produjesen escándalos de este tipo. Que unos tipejos asquerosos se llenen los bolsillos mientras la gente sufre y muere por ideales opuestos», comenta un soldado destacado en Kostiantynivka, cerca del frente de Pokrovsk, bajo la condición de anonimato. «No me extraña que cada vez más gente dude de para qué lucha», sentencia.
Desconfianza creciente
Zelenski es plenamente consciente de lo mucho que está en juego. Porque si se acaba confirmando que la trama de corrupción energética implica a más miembros de su gobierno, no solo va a perder legitimidad entre sus compatriotas –algunos de ellos molestos con la imposibilidad de celebrar elecciones en tiempos de guerra– también fuera de sus fronteras. Quizá no haya tanta gente dispuesta a ovacionarle en parlamentos de todo el mundo si finalmente se cierra sobre Zelenski el cerco de la corrupción.
Por eso, el pasado fin de semana propuso una reforma del sector energético que dificulte meter la mano en la caja. Desafortunadamente para él, desde que el pasado mes de julio trató de debilitar a las agencias anticorrupción NABU y SAPO, provocando las protestas antigubernamentales más nutridas desde el inicio de la invasión a gran escala, su credibilidad al respecto ha caído en picado.
«Rusia atacará a un país de la OTAN antes de 2030», avisa la UE
La Unión Europea lanzó este lunes una alerta sobre la posibilidad de que Rusia ataque a un país de la OTAN antes de 2030. El objetivo más probable sería una nación báltica. Así lo advirtió el comisario de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius: «Nuestros servicios de inteligencia, incluidos los de Alemania, Dinamarca, Finlandia, los Países Bajos y los bálticos, indican que Putin podría estar listo para poner a prueba el Artículo 5 durante los próximos dos a cuatro años, antes de 2030». Ese artículo es el que establece que una ofensiva armada contra un miembro de la Alianza Atlántica «se considerará un ataque contra todos». Y la respuesta será conjunta.
Enlace de origen : Un Zelenski debilitado por la corrupción y la guerra busca renovar el apoyo de Europa

