«Claro que se me cae la baba, tienen a su madre pero ellas son mis hijas»

Se miran, sonríen, hay complicidad y amor. Un cariño labrado a base de esfuerzo y agradecimiento mutuo desde que el destino les llevó a crear un hogar en 2011. En agosto de ese año las dos hermanas, Andrea, de 12 años, y Desiree de 6, abandonaron el piso de acogida en el que vivían para trasladarse a Pradejón, donde encontraron en Loly Ezquerro a una segunda madre y ella a dos niñas sobre las que, a regañadientes tras intentar hacerse la dura, confiesa «pues claro que se me cae la baba, tienen a su madre pero ellas son mis hijas».

Enlace de origen : «Claro que se me cae la baba, tienen a su madre pero ellas son mis hijas»

Scroll al inicio